Mi oscuridad favorita | FreenBecky (+18) || TERMINADA

31. Perdóname, porfavor

Caminé con lentitud hasta la terraza de la casa.

Habían sido unas semanas muy crudas y difíciles para mí. Tras haber estado 3 meses en cama, sin poder moverme ni realizar ningún movimiento, mis piernas comenzaron a fallar, a tales puntos de no poder caminar con normalidad.

Era algo normal, ya que sin poder moverse, las piernas debían recibir de alguna forma u otra oxigenación y riego sanguíneo por todas sus zonas, y al estar inválidas, la facilidad de caminar era mucho más complicada.

Nunca me rendí de ninguna forma, siempre había sido alguien muy competitiva y soñadora, por lo que gracias a unos ejercicios que me aconsejó el fisioterapeuta personal, a las semanas ya podía andar cómo lo hacía hace tan sólo unos meses.

En ese tiempo, me dio mucho espacio para reflexionar sobre mí vida, qué era sobre ella, y que haría con ella.
No fue sencillo superar a mi pequeña, pero debía levantar cabeza, sólo por ella y para ella.

No podía permitir derramar más lágrimas por culpa de un asesino y abusador, cabe recalcar, que Freen estaba haciendo todo lo posible para poder capturarle.

El otro tema era Freen, esa muchacha que tanto confundía mí mente y corazón.
Simplemente se alejó de mí, únicamente visitandome en las mañanas, preguntándome que tal estaba, hablaba con Lydia, y se iba.

No podía comprender su actitud. A veces estaba cariñosa, y otras distante. No podía creer a mi hermana, que simplemente me decia: "Ella te quiere". ¿Cómo podía quererme una persona que me estaba ignorando?.

Simplemente no podía comprenderlo, si tanto me quería, que se arriesgara por mí, que luchase por mi amor, ¿entonces por qué no lo hacía?

Todas esas preguntas vagaban por mi cabeza día y noche sin dejarme descansar correctamente, de verdad quería comprenderla, pero se me hacía muy difícil, la comunicación no es que fuera nuestro punto fuerte.

Lentamente, una mano se posó en mi hombro, sonriendo al ver quién era.

-¿Qué haces aquí sola, peque?- preguntó Irin con una gran sonrisa.

-Admirando el paisaje un ratito- sonrió levemente.

-Cualquier cosa que necesites, en serio, cualquier cosa dímelo, ¿sí?- tomó mi mano con fuerza.

Asentí sonriente, había vuelto mi mejor amiga a ser aquella que siempre conocí.

Simplemente ocurrió, tras unos días, volvió a mi lado, fue difícil poder perdonar todos los errores que ambas cometimos, ya que ella no estaba metida en todo el problema desde un inicio, simplemente estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Siempre me apoyó de una forma u otra, gracias a ella y a Lydia, pude superar la pérdida de mi pequeña. Había algo en mí que había cambiado, quería venganza, quería vengar a mi pequeña, así, mi corazón se quedaría mucho
Supe perdonarla, por lo que pensé, ¿qué haría con Freen?

Miré con cierta incertidumbre a la joven muchacha que se encontraba a mi lado, por más que las dudas recorrían mi cabeza, no dejaban de martirizar mi poca consciencia que quedaba en mi mente.

-Irin, necesito consejo...- suspiré observando los gestos de mi compañera.

-¿Sobre qué quieres consejo, Bec?- tomó mi mano gentilmente.

-Freen... No sé qué puedo hacer con ella, cada día la siento mucho más distante y esquivadiza...- tomé con suavidad el vaso con la bebida alcohólica en mis manos.

-Bec no deberías tomar alcohol...- me miró con ojos de perrito.

-Todo esto me está martirizando Irin. Ya, ya sé que no debería tomar, pero es muy difícil para mí comprender qué es lo que pasa por su cabecita criminal...- suspiré en abundancia, esta mujer acabaría agotando mis energías.