25. Un pasado difícil de olvidar

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Los meses pasaron rápidamente, así fue cómo me di cuenta, que estaba a tan sólo 3 meses de dar a luz a mi querida hija.
Sí, tal y cómo todos supieron, el bebé que estaba formándose en mi interior era una niña.

Aún recuerdo lo hermoso que fue averiguarlo al lado de mi hermana.

(Flashback)

–Bec deja de mover tanto el pie, vas a ponerme a mí también nerviosa– sonrió levemente calmando mi ansioso movimiento de pierna.

–Lo sé Lydia, pero no puedo evitarlo, es algo que me mantiene inquieta, todavía tengo dudas de si quiero tener al bebé– masajeé mi cabello con nerviosismo.

–Bec, has aguantado todo el camino hasta aquí. Has movido tierra y mar para poder escapar de las garras de esa mujer. Sé que puedes tener miedo, ya qué vas a ser madre con muy temprana edad. Pero creéme hermanita, no vas a estar sola, ambas vamos a apoyarnos en todo momento. Voy a estar para tí en todo lo que necesites– sonrió levemente.

Mis lágrimas cubrieron mi delgada tez, abracé con fuerza a mi hermana, sollozando sobre su hombro.

–Ya está Bec... ya está- alejó lentamente mi cuerpo, despejando las lágrimas de mi rostro.

Ambas sonreímos al momento, sabía que la tenía para todo aquello que podría necesitar. La amaba demasiado por formar parte de toda esta nueva aventura.

-¿Señorita Rebecca Armstrong?- salió un médico de la sala en la que estamos frente a ella.

Ambas nos levantamos, dirigiéndonos al médico.

‐Soy yo- comenté nerviosa.

-Está bien, pueden entrar. Una disculpa, ¿quién es ella?- señaló a Lydia.

-Soy su hermana mayor, ¿puedo entrar con ella verdad?- preguntó amablemente hacia el médico.

-Por supuesto. Únicamente me confundió que no trajera a su novio o marido con usted- entramos los 3, enseñándome la camilla en la que tenía que recostarme.

-No tengo pareja doctor. Únicamente somos mi hermana y yo- comenté con nerviosismo.

‐Oh... entiendo- se mostró con una actitud algo avergonzada.

-Que ella no tenga pareja, no quiere decir que no vaya a ser una buena madre- añadió Lydia con los brazos cruzados, algo enojada.

-No, no. Seguro que usted será una madre genial- comentó con la voz algo cortada.- Bueno, empezaré la ecografía para visualizar el estado del bebé y conocer cuál es su género.- explicó levemente.

Colocó aquel frío y transparente gel sobre mí abdomen, expandiéndolo con su mano, a su vez, acercó un aparato médico de metal, sosteniendolo sobre mí tripa.
Con determinación, buscó señales constantes del bebé, sin tardar mucho, escuchamos sus latidos.

Lydia se acercó a mí lado, agarrandome la mano levemente, ambas teníamos lágrimas rebeldes cayendo sobre nuestros rostros.

‐El bebé se ve algo pequeño, ¿ha estado comiendo menos últimamente?- preguntó girándose hacía mi.

-Hace algunos días me vinieron unas náuseas más fuertes, por lo que he comido bastante poco- contesté con nerviosismo.

-Entiendo. Le daré algunos medicamentos para tratar sus náuseas. Igualmente, le realizaré una lista con la comida que NO debe comer, por seguridad con el bebé- siguió moviendo aquel aparato.

Asentí nerviosa, sabía que mentirle a un doctor no estaba bien. Ya que esos "días" sin comer prácticamente nada, se volvieron 2 largas semanas llenas de sufrimiento y agonía.

Mi oscuridad favorita | FreenBecky (+18) || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora