Mi oscuridad favorita | FreenBecky (+18) || TERMINADA

17. Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo

Acomodé mi pesado cuerpo sobre la cama vacía y solitaria en la que me encontraba.
Mientras mis lágrimas, no dejaban de brotar, había descubierto la peor verdad, una en la que todo aquello que creía confiar era falso.

Lentamente, elegí una de las maletas que se reposaba en lo más alto del armario, la abrí, metiendo toda la ropa y los pocos objetos personales que poseía.

Aquí acabó la historia de ser su "perrito" fiel, se acabó ser su rehén, se acabaron las mentiras, iba a sembrar mi propio futuro, junto a mi futuro bebé, y ella, no estaba en esos planes.

Me cambié el pijama a ropa cómoda de deporte, la necesitaría para mi plan de escape.
Con lentitud y suavidad, arrastré la maleta tratando de causar el menor ruido posible, abriendo la puerta cerrada de mi habitación, ahí la ví, sentada justo enfrente de la habitación, pegada a la pared contigua, con sus ojos cerrados, posiblemente dormida.

Arrastré la maleta a la puerta principal, acercándome con lentitud a su cuerpo calmado y dormido.
Lentamente saqué de sus bolsillos 3 llaves MUY importantes, anteriormente estudiadas para qué servía cada una, y para qué me serían útiles.

Estas eran, las llaves del coche, para garantizar una huida segura hasta el pueblo, cuyo puerto con barcos, me asegurarían mi segunda parte del plan.

La segunda llave era la llave de la caja fuerte que anteriormente descubrí en su "sótano" escondido en la casa, llave con la cual tendría acceso a dinero y joyas casi ilimitadas.
No me juzguen, si necesitaba un barco para escapar de esta isla, lo primero es convencer a su navegante de que me lleve, y esa tarea no se haría gratis, ni mucho menos.

La tercera llave, pero no por última menos importante, era la llave de la puerta principal, que, lógicamente, sin ella no podría ejecutar todo mi plan.

Con las 3 llaves en mi poder, me dirigí directamente a la estantería del salón.
Moví de lugar mi libro favorito, dejando al descubierto un pasadizo que daba con un gran ascensor.

Bajé por él con grandes nervios, apretaba fuertemente la pistola que se encontraba escondida debajo de mi camiseta.
Suspiré nerviosa, cómo si se tratara de la primera vez que bajaba a aquel lugar.

Las puertas del ascensor se abrieron de par en par, observando cómo lentamente, gracias al sensor de movimiento, todas las luces del lugar se encendieron.
Dándome un tiempo imprescindible para realizar mi hurto, dando por seguro que nadie se encontraba en el lugar, puesto que anteriormente, las luces estaban apagadas.

Rápidamente llegué a la caja fuerte, metiendo aquel código, 2016, no fui difícil adivinarlo, ya que tras contarme su trágica historia, con Nayeon de por medio, descubrí su fecha de nacimiento.
Más claro estaba que el código de la caja sería ese, pero algo que me sorprendió fue que llevaba un segundo candado, el cual necesitaba otra llave a mayores.

Por lo que ahí me encontraba, con una gran bolsa negra, metiendo fajos de billetes sin parar.
Me sentía demasiado mal, pero no era por Freen, ni por su dinero, era por el mero hecho de robarlo, me sentía una persona sucia, teniendo que llegar a estos niveles.
Pero ya todo había acabado, esto tendría su punto y final.

En mi travesía recogiendo el dinero de aquella caja, encontré algo que me sorprendió, se trataba de una identificación con mi rostro, pero con nombre y papeles diferentes a los míos.
Estuve dando vueltas a una posible respuesta, y fue ahí cuando lo recordé, ella comenzó a hacer trámites para poder salir de la isla, ya que le resultaba muy complicado poder comunicarse con sus inversionistas desde una isla alejada de la civilización.

Recogí aquellos documentos que contenían, un documento nacional de identificación y un pasaporte extranjero, lo perfecto que necesitaba.

Rápidamente metí todo en la bolsa, subiendo el ascensor en el acto, llegué a la puerta principal, que claramente estaba cerrada.
Abrí con la llave, logrando visualizar mi posible huida, sonreí victoriosa, iba a conseguir salir de este horrible lugar después de tanto tiempo, tanto sufrimiento, tanto rencor acomodado en mi pecho.