Capítulo 1

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-Hijos… de… perra -sentía las patadas con insistencia lastimarlo -cállate demonio -el pequeño se escabulló de los golpes, tomó un palo de madera del callejón, golpeó a uno de los aldeanos en la nuca desmayándolo al momento, con velocidad golpeó la rodilla de otro y en un segundo golpe su rostro tirando al suelo a su segundo atacante -¿les gusta bastardos? -lo veían con coraje, estaba por golpear al tercero cuando una mano detuvo su palo de madera arrebatándoselo, se puso a la defensiva viendo al aldeano esconderse tras el anbu -deténgalo, el demonio se volvió loco -el anbu sometió al pequeño al suelo colocándole esposas en sus muñecas -quítate bastardo, me lastimas, esos desgraciados me estaban golpeando a mí, sólo me defendí maldita sea, puedo sentir mi costilla rota -el anbu bajó su pierna, llamó a un compañero, sostuvo al aldeano que se burlaba -quedan todos arrestados por disturbios-

El Uzumaki apretó el ceño con coraje, se vengaría, guardó silencio, no era estúpido, al llegar a la cárcel preventiva lo lanzaron a su celda, en otra metieron a los tres aldeanos -él es el monstruo, ¿por qué nosotros debemos estar aquí? es injusto, sólo hacíamos justicia -el anbu los dejó dentro de la celda, quitó sus esposas, cerró la reja de ambas celdas.

Naruto lo vio irse, cuando estuvo seguro que no lo veían, se subió en la banca en la orilla que colindaba con la celda de los aldeanos, sacó su pequeña mano mostrándola en movimientos leves, les levantó el dedo medio -idiotas, saben que me vengaré, me comeré a sus hijos cuando menos se lo esperen -susurró con maldad, los aldeanos se azotaron en la celda con coraje tratando de alcanzarlo, el pequeño se revolcaba de risa en el suelo del lugar escuchando sus maldiciones con diversión -te mataremos, maldito demonio, te mataremos -el pequeño escuchó pasos, se movió con velocidad, sacó baba de su boca, la embarró en sus mejillas, talló sus ojos, comenzó a temblar en la pequeña litera.

-¿Qué demonios sucede aquí?, ¿están amenazando a un civil?, será anotado en sus antecedentes -los aldeanos gritaban -dijo que se comería a nuestros hijos, ¿no hará nada?, no sirven de nada, no estamos seguros con ese mocoso vivo -el anbu vio al pequeño, le habían informado de su arresto, bajó de su oficina como el comandante que era, el pequeño temblaba con lágrimas en sus ojos -no digan estupideces, está temblando y llorando de miedo -el pequeño abrió sus ojos lagrimosos -anbu-san, me duelen mis costillas, le dije al otro anbu -suspiró fingiendo llanto, este anbu era de los buenos, los ubicaba por sus cabellos y máscaras, este era el anbu cabello de escoba, le agradaba -le dije que me lasti… ahh están rotas -el anbu de inmediato abrió la reja -quiero a jiji -comenzó a llorar fingiendo dolor -increíble, dicen que es un monstruo, pero los únicos monstruos aquí son ustedes, te ayudaré Naruto -lo cargó con cariño, el pequeño enterró su rostro en el hombro del mayor abrazándolo aferrado a él, podía ver hacia atrás mientras el anbu lo llevaba, sonrió con maldad a los aldeanos que gritaban enardecidos que fingía.

-¿Te duele mucho? -el pequeño asintió, era verdad, le habían roto una costilla, quería algo de comida, no le vendieron y lo agarraron a golpes -sólo quería comida, me quitaron mi dinero -Inu apretó el ceño -no te preocupes, te ayudaré -al llegar al hospital las miradas de rechazo eran evidentes, el anbu apuntó a un médico -usted, atienda al niño -el médico apretó el ceño dispuesto a negarse, pero estaba frente al comandante anbu, asintió con molestia -traigalo a mi consultorio-

Inu lo colocó en la camilla con cuidado, el médico lo revisó -tiene fracturada su costilla, sólo puedo venderlo -el anbu apretó el ceño -traiga a un ninja médico, el niño tiene autorizado ser atendido por especialistas -Naruto tomó nota de ello, ¿por qué tenía especial cuidado?, le regalaron un departamento y le daban mesada, los demás niños estaban en las calles o el orfanato, lo corrieron del orfanato, debería estar en el bosque aún, ¿por qué el Hokage en persona lo sacó de ahí? notas y más notas, sonrió por dentro, algo especial debía tener.

Un médico ninja entró, de inmediato lo revisó, comenzó a darle ninjutsu médico, al final lo vendó con presión, le dieron su alta -vayamos con Hokage-sama -el anbu tomó su pequeña mano, en un shunshin aparecieron en la oficina -Naruto sonrió victorioso por dentro, había librado la cárcel, puso un puchero, comenzó a fingir llanto -jiji me pegaron de nuevo, un anbu me arrestó por defenderme -Hiruzen apretó el ceño, lo abrazó con cariño, Naruto aprovechó -ahh duele jiji -el Hokage apretó el ceño, vio las vendas -¿qué sucedió Inu? -el anbu asintió -Naruto quería comprar comida, esos tres aldeanos le robaron el dinero y lo golpearon, sólo trató de defenderse, usó un palo, por eso lo metieron a la cárcel por disturbios junto a los aldeanos -el Hokage negó con fastidio, acarició suavemente su cabello, lo sentó en sus piernas, aún tenía seis años, era tan pequeño e inocente pensaban ambos adultos -desgraciados, déjalos un mes en la cárcel, asignaré un anbu para que le dé rondas de vez en cuando y lo ayude con las compras -Inu asintió -se lo agradezco Hokage-sama-

Naruto tomó nota, ¿por qué agradecía el peliplata?, los vio con inocencia, levantó un leve puchero, tomó un papel en blanco y un pincel, comenzó a dibujar un sol y una montaña con cuidado, fingía no poner atención -¿aún no regresa? -el Hokage negó -el consejo aún no da autorización, hay temas más complicados ahora mismo en la aldea Inu, ¿ya me tienes los reportes de movimientos del clan Uchiha? -el peliplata asintió -confirmamos sus sospechas, un golpe de estado -el Hokage apretó el ceño -hablaré con Shisui e Itachi, tal vez averigüen algún punto de negociación para ambas partes -Kakashi asintió, el anciano respiró con cansancio -ya debería estar retirado, estoy cansado, el cuarto debería estar lidiando con esto -Inu asintió con tristeza en su mirada.

Naruto los veía con el filo de su mirada mientras dibujaba, vio al anbu levantar su vista, lo vio ver con cuidado los retratos, bajó su mirada a su dibujo o lo descubrirían -llévalo a su casa Inu -el pequeño dejó el dibujo, se dejó cargar, recargó su cabeza en el hombro del anbu -adiós jiji, tengo sueño -el Hokage sonrió, siguió trabajando, el rubio se puso serio, era su momento, observó las fotos en la pared, afiló su mirada en la foto del rubio, del cuarto Hokage, mordió su mejilla viendo los azules del sujeto y su cabello en picos amarillo.

Al llegar al departamento Inu lo bajó con cuidado -mañana te traeré comida, ahora es tarde, descansa pequeño -Naruto asintió rascando sus ojos, cuando el anbu se fue, corrió a su baño, colocó el escalón, se vio con cuidado en el espejo, afiló su mirada haciéndola astuta como la del cuarto, sonrió de lado con maldad -vaya vaya papito, eras alguien importante -sonrió observando su rostro atentamente -ahora, debo investigar si tenía mamá -apretó el ceño, ¿también su madre murió o tal vez aún siga viva?, tal vez de ella hablaban.

El infantil y el bravucón (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora