Capítulo 6

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Esperó que fuera nuevamente lunes, salió a la misma hora de aquel día buscando a la señora linda, la vio caminar, en verdad era hermosa y amable, corrió hacia ella y estiró su manita con vergüenza, la señora bajó el rostro viendo con sorpresa a la pequeña con una flor en su mano -hola pequeña, ¿esto es para mí? -la pequeña asintió -le agradezco haberme ayudado y los dulces, mis hermanos se pusieron muy felices -Mikoto sonrió por la timidez y ternura de la pequeña de grandes ojos -me preguntaba, ¿si es mucho abuso si me enseña a hacer esos dulces?, sé que tal vez soy una carga, pero… -mordió un puchero con vergüenza -con la receta sería feliz -Mikoto negó entristeciendo a la pequeña -nada de eso, acompáñame a hacer las compras y vamos a mi casa, te enseñaré -la pequeña abrió sus ojos demasiado, sonrió con emoción -gracias señora linda -la azabache sonrió -dime Mikoto, ese es mi nombre ¿y el tuyo? -la pequeña sonrió contenta -Naruko es mi nombre -la señora sonrió divertida -vayamos Naru-chan -el pequeño la vio con sorpresa, se sonrojó tímido ayudando con las compras a la señora, él mismo compró lo necesario para los dulces, la siguió hasta su hogar, ahora sabía la ubicación del anbu, sonrió con maldad.

-Mamá ¿quién es esa? -Mikoto apretó el ceño -se respetuoso Sasu-chan o no habrá tomates -el pequeño azabache levantó un enorme puchero, vio a su madre entrar a la cocina, la pequeña se burló en silencio siendo evidente para Sasuke, el chico apretó el ceño con molestia, corrió a tratar de empujarla -Sasuke, estás castigado, no habrá tomates hoy -el azabache abrió sus onix demasiado, negó -pero se burló de mí -ambos vieron a la pequeña brillar de inocencia -no seas celoso, mejor ve a hacer tus deberes -Sasuke corrió lejos del lugar, estaba cabreado, le diría a su anikii.

Por la tarde Itachi entraba a su domicilio, se cansó de buscar al mocoso, cuando comiera continuaría -está delicioso todo señora Mikoto -el azabache se puso de piedra, ¿no podía ser o sí?, caminó con velocidad a la cocina viendo a su misión sentada descaradamente en la mesa de su casa guardando... ¿qué era eso?, ¿sus dulces?, negó sintiéndose traicionado -¿madre? -la señora sonrió linda -te presento a Naruko-chan, me ayudó con las compras, le enseñé a hacer dangos para sus hermanitos -Itachi lo vio con sospecha -gracias señora Mikoto, usted es muy amable y linda, mis hermanos se pondrán felices con los dulces -Mikoto negó -fue un gusto, cuídate mucho Naruko-chan, espero les gusten -el pequeño salió con una hermosa sonrisa por la puerta con su mochila llena de dulces -¿mis dulces madre? -la señora sonrió tímida -lo lamento, sólo hicimos los suyos, pero te prometo que mañana habrá -Itachi escuchó lejana la voz de su madre, giró su mirada viendo a Sasuke entrar -anikii, esa mocosa se burló de mí, mamá me castigó los tomates -Mikoto cocinaba con calma ignorando a ambos -preparen la mesa -Itachi lo supo, acabando de cenar quería explicaciones.

…..

Naruto sabía que el azabache llegaría, se sercioró de distraer lo suficiente a la señora para que no comprara para su familia, estudiaba mientras esperaba, se había retrasado todo el día en sus estudios, dos horas después sintió una corriente en su ventana, levantó el rostro, el azabache estaba en cuclillas sobre el alféizar de la ventana, sus mejillas se sonrojaron al verlo -¿qué es lo que tramas? -Naruto sacó la mitad de la bolsa de dulces y la colocó sobre su mesa -si comes conmigo, son tuyos -el rubio sonrió lindo con sus manos en sus mejillas y sus codos en la mesa, Itachi apretó el ceño -¿piensas que te voy a creer? -el pequeño mordió su mejilla con vergüenza -el otro día me sentí mal por haberte besado, sólo quería que mi primer beso fuera con un chico lindo, lo lamento, sé que no soy bonito y soy menor, me pase, ¿bien?-

Itachi observó sus gemas con cuidado, merecía una segunda oportunidad como todos, respiró con fastidio, se acercó, suponía que se sentía sólo y por eso quería que comiera con él, al final era sólo un niño, se sentó, vio con emoción los dulces, comió uno, sabían como los de su madre, continuó comiendo con emoción. Naruto comía los suyos disfrutando de la vista, era un chico hermoso el Uchiha, suspiró con fastidio, debía poner los pies sobre la tierra, era chico también y él más odiado por la aldea, ¿quién no le aseguraba que este chico también lo odiaba?, comió tres dulces, guardó el resto, el Uchiha había comido su manjar -te agradezco, ahora debo irme -Naruto se levantó con fastidio, sabía que no iba a haber una linda charla, avanzó a su habitación, ¿a quién podía interesarle el demonio de la aldea? -cierra la ventana cuando salgas -se metió a su habitación, se dejó caer en la cama, tomó su libro y comenzó a leer para distraerse. El Uchiha simplemente se fue sin reparar en su extraña actitud, iba emocionado por comer dulces.

El infantil y el bravucón (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora