Capítulo 17

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Cuando se perdieron de vista, azules y onix afilaron su mirada, susurraron -te patearé el trasero bastardo, ¿qué ganas con separarme de Genma? -Itachi apretó el ceño -sólo no quería que te lastimara, no tienes porque ocultarte, si te va a querer, que sea como eres -Naruto afiló su mirada, sonrió coqueto -mentiroso, estás celoso ¿acaso caíste en mis encantos? -Itachi apretó el ceño, volteó sus ojos con fastidio sin aceptar -te dije que no era gay, ¿por qué estaría celoso? además, tengo novia, es reciente-

Naruto mordió su mejilla con coraje por esa confesión, trató de aparentar, retiró su mano de la de Itachi quitándola con molestia, el azabache sintió extraño esa acción, le había dolido -es verdad, ¿porqué estarías celoso? felicidades por tu nueva adquisición -el rubio lamió sus labios buscando como joder -déjame adivinar, es delicada, sumisa, mejillas sonrojadas, ojos brillosos, siempre fue tu fan y posiblemente tenga el sueño de ser la nueva matriarca Uchiha -Itachi apretó el ceño -si es así, ¿cuál es el problema? -Naruto levantó sus azules fríos -ninguno, simplemente eres predecible -el líder apretó su quijada con molestia por esa respuesta, vio a su madre regresar, ambos sonrieron.

….

Naruto veía el techo de su habitación con molestia, recordó a la pequeña bastarda fan del Uchiha, no había duda, era ella, levantó su mano observando con cuidado el techo, aún le dolía el Uchiha, le había dolido bastante saber de esa relación, mordió su mejilla reprimiendo sus sentimientos. Genma había salido desde hace días de misión, se sentía mal, tomó su chamarra, salió a caminar, mientras paseaba por las calles podía sentir las miradas de odio, una piedra rozó su frente, levantó su mano sintiendo como la sangre salía de su rostro, apretó el puño, con velocidad golpeó al aldeano -aaaaaahhh -un grupo de veinte se acercaron -lárgate demonio, tu presencia nos da asco -usaron palos y piedras tratando de golpearlo, estaba cabreado, los golpeó, pero no se fue limpió, chiteó al ver llegar a un grupo de anbus, se dio la vuelta levantando las manos, era la quinta vez que lo arrestaban, pero su kakashi-nii ya no era comandante para llevarlo con el viejo y levantarle la condena de setenta y dos horas -idiotas bastardos, ellos me golpearon, ¿no están viendo? -volteó los ojos con fastidio al ver a castor.

-Inu-senpai ya no está para defenderte, te quedarás diez días por reincidir, te haré pagar por el maldito infierno en el que metiste estos años -la mano del anbu apretó las esposas y su trasero con discreción, el rubio endureció su mirada al sentir sus manos y como absorbió su aroma, lo asqueó, lo aventaba con violencia mientras avanzaban, apretaba sus puños con coraje -hueles delicioso pequeño marica -Naruto sintió como fue lanzado a la celda, el rubio guardaba silencio, ese hijo de puta había cavado su tumba.

Por la noche un grupo de anbus entró a la celda, Naruto los veía con coraje, lo sacaron a aventones del lugar, lo llevaron a un cuarto oscuro, comenzaron a golpearlo con violencia, pero no les daría el maldito gusto de quejarse, ni de llorar, podía sentir patadas y golpes en su rostro y cuerpo, los había ubicado perfectamente, las malditas esposas lo debilitaban, sintió su costilla y brazo fracturarse, esta había sido la peor golpiza de su vida, cuando se cansaron, Castor se quedó con él en el cuarto, el resto salió, cerraron la puerta -vaya, mira quién está aquí, el pequeño demonio de la aldea, ¿no piensas quejarte?, ¿ni llorar marica? -arrancó su pantalón, Naruto comenzó a patalear, la maldita esposa tenía un sello de chakra -asqueroso cerdo -el anbu arrancó su boxer observando su cuerpo con morbo, lamió sus labios con deseo, Naruto no se inmutaba, no se dejaría tocar -sueltameeee hijo de puta -el anbu jaló sus piernas -hazte el difícil, eso me gusta delicioso -tomó su miembro en su mano -ahhh -le había dolido al rubio, lo estrujaba con coraje -quítame tus asquerosas manos, cuando salga de aquí te juro que yo mismo te asesinaré, jiji no sé reusara -el anbu rio con burla.

-El viejo no sabrá, no saldrás vivo de este lugar, te tiraré en un maldito barranco, a nadie le importas, cuando se den cuenta ya te habrán tragado los buitres -comenzó a abrir su pantalón liberando su propio miembro, se masturbó observando el cuerpo del rubio que lo veía con odio, trataba de golpearlo con los pies, jaló de las piernas del Uzumaki colocándolo boca abajo -suéltame hijo de puta -pataleaba tratando de sacárselo de encima, la puerta se abrió de una patada, un sharingan cabreado se dejó ver, Itachi tomó al anbu, lo golpeó rompiendo su máscara, una y otra vez azotó su puño en su rostro, levantó su asquerosa cara e hizo girar su mangekyou -aaaaaahhh -el anbu se convulsionaba. Naruto veía con odio como sufría el anbu, disfrutaba cada maldito grito de su agresor, cuando los tres minutos del genjutsu terminaron, Itachi sacó de su sello en sus herramientas un pantalón, con velocidad se lo puso al rubio, quitó las esposas, lo vio con cuidado, estaba cabreado.

-Estás lastimado -Naruto apretó el ceño -una mierda, dos no importa, llévame con el viejo -Itachi quiso ayudarlo a levantar, pero evidentemente estaba demasiado lastimado, lo cargó con cuidado en brazos dándose cuenta que era ligero, salió del cuarto -arréstenlo y llévenlo a TI, es una maldita orden, quiero a los involucrados, no se quieran pasar de listos o ustedes acabarán como él -asintieron, de inmediato se movieron.

Naruto guardaba silencio, lo habían humillado, sus azules veían a la nada, se veían grises, llenos de odio -¿te encuentras bien? -el rubio apretó el ceño -obviamente estoy cabreado, ese hijo de puta y sus lacayos me humillaron de la peor forma, si jiji no me deja matarlo liberaré al maldito zorro en la aldea -Itachi respiró hondo -estás muy enojado, si sigues así Hokage-sama se dará cuenta que no eres un pequeño gatito, sino un zorro astuto, te ayudaré a cobrar su muerte, pero debes tranquilizarte -el rubio asintió respirando con fastidio, dejó caer su cabeza hacia atrás observando al Uchiha -¿así que eres el comandante anbu?, kakashi-nii llegaba de inmediato a liberarme, te tardaste-

Itachi mordió su mejilla -estaba en la torre, no deberías dejar que te atrapen, tienes la capacidad para huir, pero siempre es lo mismo, te cabreas y quieres golpear a los aldeanos, al final siempre te vengas por atrás, ¿por qué no hacerlo desde el inicio?, tu carácter te gana -el rubio levantó un puchero -ya no me regañes, ¿no ves cómo estoy bastardo? me dejaron peor que a un mapache -Itachi sonrió quedito, recordó, sus onix se oscurecieron -¿no alcanzó a dañarte? -Naruto levantó sus gemas con duda, mordió su mejilla recostándose en su pecho -sólo me tocó, no digas nada ya -el Uchiha lo abrazó a su cuerpo un poco, no quería lastimarlo, sintió su corazón latir con velocidad, bajó sus onix viendo los azules un poco apagados, llegaron a la oficina.

El Hokage abrió sus ojos bastante al verlos -¿Qué sucedió Itachi? -se levantó asustado -los aldeanos lo atacaron en grupo, no se dejó nuevamente, lo encerraron en la cárcel anbu, un grupo de anbus lo atacó, uno de ellos pensaba abusar de él -Hiruzen abrió sus ojos demasiado -desgraciados, los quiero muertos, que sirvan como ejemplo ¿te encuentras bien Naruto? -el rubio levantó sus hombros, enterró su rostro en el pecho del Uchiha, estaba cabreado y diría puras idioteces, el anciano negó -llévalo al hospital, su habitación es la 320, tiene un doctor asignado -Itachi asintió, salieron del lugar -no quiero ir al hospital, sólo déjame en mi departamento -el Uchiha negó -te llevaré al hospital y terminando de curarte te llevaré a tu departamento, mañana pasaré por ti para llevarte a cobrar tu justicia -Naruto asintió más tranquilo.

El infantil y el bravucón (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora