𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁ℴ 𝓉𝓇ℯ𝒾𝓃𝓉𝒶𝒾ℴ𝒸𝒽ℴ

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Viernes 19 de diciembre 2014, (al otro día).

Bonnibel peinaba frente al espejo su sedoso cabello rosado, aunque pareciera que observaba su reflejo, en realidad sus ojos estaban centrados en otra cosa mucho más allá del presente. ¿Estaba haciendo bien al reunirse con Finn? Esta tarde sería el único momento en el cual podría despedirse de él, porque estaba segura que se iría más que "muy pronto", además el resto de minutos y horas aquí en el siglo 21 los quería pasar con la mujer que amaba. Volvió a la realidad al escuchar el timbre del departamento sonar, miró hacia atrás viendo como la figura de Marceline se erguía en todo su esplendor al pararse, las emociones de su rostro no eran fáciles de ocultar, era evidente que estaba preocupada.
~Marceline: Te han venido a buscar –Lo dijo en un tono cantarín lleno de sarcasmo, más que eso eran celos y Cavendish lo sentía. Algo extraño le ocurría a Abadeer respecto a quién suponía era su mejor amigo.
~Bonnibel: ¡Espera Marceline! No abras –Susurró antes de dar pasitos hasta ella y abrazarla por el cuello, la ojiverde no parecía muy feliz, pero no negó su contacto, al contrario, la sostuvo de la cintura y la apretó contra su cuerpo- Quiero que entiendas que me estoy arreglando porque iré a ver a quienes fueron mis alumnos, no es por el señor Murtens, digo, Finn.
~Marceline: ¿Qué te hace pensar que estoy celosa? –La inglesa levantó su ceja lentamente para desafiar sus palabras, no podía mentirle- Está bien, está bien tienes razón, pero es algo más que eso y no quiero hablarlo ahora, trata de no tardar demasiado, ¿sí? Me reuniré con mi mánager, invertiré mi tiempo en revisar otros proyectos, cuando estés lista en la tarde, puedes llamarme para estar tranquila. ¿Lo prometes? –Bonnibel asintió haciendo pucheros con su labio inferior. Aquel gesto tan infantil apretó el corazón de Marceline. ¡Pero que bella e irresistible lucía! Fue imposible no darle un beso para dejarle claros sus sentimientos, tirar de sus labios y acariciar su lengua lentamente fue lo segundo- Ve antes de que se vaya.
~Bonnibel: Nos vemos, preciosa -Rio ligeramente sonrojada, retirandose después. Finn quería saludar a Marceline para quitarse el malestar de su pecho, pero cuando abrieron la puerta apareció la figura de la inglesa. Iba a preguntar dónde estaba su amiga, pero se quedó callado cuando Bonnibel cerró tras de sí la puerta. Aunque sonreía, sus ojos oscuros reflejaban ese brillo triste que era imposible de ocultar.
¿Habrían discutido? ¿Se sentía mal de salud? Le dedicó la mejor sonrisa que tenía antes de apretar el botón del elevador que los llevaría hasta el primer piso.
~Finn: Si me lo permites puedo decir que luces increíble, sin embargo –hizo un gesto en su propio rostro- hay algo en tus ojos que no refleja la felicidad de tu sonrisa. ¿Estás bien?
~Bonnibel: Déjalo así, no nos preocupemos por pequeñeces, tenemos cosas que hablar Finn y hay que aprovechar la tarde –Puso una mano en su codo para afirmarse de él y caminar juntos así, lo consideraba su amigo, la había tratado muy bien desde el principio, pero no podía hacerse cargo de los sentimientos que el tenía- ¿Vamos?
~Finn: Conozco un restaurante muy bueno, es griego, la comida es excelente y se que te va a encantar –Ya habían llegado al primer piso. La muchacha trató de despejar su mente y prestarle la atención que el turco merecía.
El viaje al restaurante fue bastante bueno, manejaba de manera suave y rápida a la vez. Sus ojos azules brillaban con tanta intensidad a la luz del sol que fue imposible no mirarle unos segundos. ¿Existiría la mujer que llegase a enamorarlo? ¿Habría aceptado el hecho de que ella no estuviese interesada en algo más que una amistad?
Llegaron al restaurante ubicado cerca de la interestatal 405, a la altura de Arbor Vitae Street. "Aliki's greek taverna" era pequeño pero muy bonito y, según el turco, la comida era exquisita. Saludaron al atravesar la puerta de entrada y buscaron una mesa cerca de cuadros con fotografías de Grecia. Los ojos de la inglesa brillaron al ver el cuadro del "Monte Athos".
~Finn: Es fenomenal ¿no lo crees? –La rosada asintió sin articular una palabra, si las construcciones modernas le eran sorprendentes, las antiguas mucho más, porque es bastante difícil pensar en cómo estas fueron construidas sin la tecnología de punta.
~Bonnibel: Hmm, ¿qué puedo pedir? –Miró el menú confundida, no sabía nada de la comida griega así que le dejaría esto al experto- Bien, ¿qué me recomiendas?
~Finn: Todo es tan bueno, pero podríamos partir con "gemista", son pimientos y tomates al horno rellenos con arroz, aceite de oliva, ajo y otras cosas, ah y acompañado de papas.
~Bonnibel: No hay que dudar más, pido eso -Se acercó un mozo de pelo ondulado, color castaño claro y ojos parecidos al color de la miel. ¡Era guapo! Y sus mejillas se tiñeron rojas al instante de verla. ¿Por qué los hombres caían tan fácilmente? La inglesa tenía una sonrisa que flechaba a las personas.
Después de tener sus pedidos, empezaron a hablar de cualquier cosa, Finn contó cómo fue que sus abuelos paternos, los Murtens, llegaron a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades y cómo, hasta la generación de sus padres se mantuvo estricta la ley de que sólo podían casarse entre turcos. Él definitivamente no iba a seguir esa regla porque no estaba en una sociedad donde los padres impusieran sus leyes. ¿Qué tipo de chica iba a tocar su corazón? Hablaba con tanta pasión de su cultura, de cómo a pesar de estar toda su vida en Estados Unidos se sentía un turco igual porque sus padres constantemente lo llevaron a Turquía. Al ver el brillo en sus ojos se sintió identificada, a pesar de todo ella también amaba de dónde venía. Pero después, cuando llegó la hora del postre, una deliciosa tartaleta de yogur griego y sirope de arce, las cosas cambiaron. Finn entrecerró los ojos al ver la mirada de Bonnibel, había vuelto a poner en ellos un manto de misterio y tristeza, algo aguardaba.
~Bonnibel: Hablando de nuestros países de origen, deberías saber que, bueno, que este fin de semana debo volver a Inglaterra –Se mordió los labios y bajó la vista, Finn abrió sus ojos más que nunca evidenciando su sorpresa- Tengo que volver por un asunto familiar muy grave y no sé, digo, no creo o no sé cuándo vuelva.
~Finn: ¿Marceline lo sabe?
~Bonnibel: Hasta... -debía mentir, no podía decirle que sabía desde hace tiempo- hasta ayer, ella se enteró ayer -Lo miró atemorizada, no quería que guardara rencor en su corazón- Escapé de Inglaterra porque quería evitar algo, pero ahora estoy obligada a enfrentarme a mi padre.
~Finn: -dejó de lado la cucharita de postre y cruzó los dedos sobre sus labios mientras pensaba- ¿Es en serio? Digo, que entraste en su departamento. ¿Tú buscaste a Marceline o realmente no recuerdas cómo entraste?
~Bonnibel: No sé cómo entré, quizás me drogaron en algún bar al que fui y drogada o borracha entré sin ser vista –Dejó las manos a cada lado de su propio rostro- Lamento todo esto y lamento usar esta salida para despedirme, no sé con claridad cuando me vaya, pero siento que será muy pronto, tengo que enfrentar a mi padre, un hombre corrupto –"A mi destino, a las leyes del siglo 18 y a un amor no correspondido", pensó.
~Finn: -Mordió su mejilla derecha por dentro tratando de buscar las palabras
adecuadas- Bonnibel, simplemente no sé qué decirte. ¿Hay alguna manera en la que podamos ayudarte? ¿Qué es eso tan importante que debas hacer? Porque si tienes a un hijo de puta tras de ti, hay que atraparlo -Sin pedirle permiso, Bonnibel se paró de su asiento y se acercó a él para abrazarlo fuertemente. A pesar de todo, a pesar del distanciamiento que en algún punto de la relación hubo, a pesar de que no lo mirase con ojos de amor, le había tomado cariño porque fue el primero en prestarle ayuda en el siglo 21. El turco aceptó su abrazo sin dudarlo, su corazón se estaba partiendo poco a poco y las ganas de llorar se hicieron reales, convirtiéndose en un nudo dentro de su garganta. Dios, ¡Bonnibel Cavendish iba a irse y no podía detenerla! ¡No podía defenderla! Así se quedó, rígido unos segundos tratando de pensar, pero era imposible, sólo podía sentir y lamentarse por no haberla aprovechado bien antes.

ℬℯ𝓉𝓌ℯℯ𝓃 𝓁ℴ𝓋ℯ 𝒶𝓃𝒹 𝓉𝒾𝓂ℯ [𝒜𝒹𝒶𝓅𝓉𝒶𝒸𝒾ℴ𝓃 ℬ𝓊𝒷𝒷𝓁𝒾𝓃ℯ♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora