𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁ℴ 𝒸𝓊𝒶𝓉𝓇ℴ

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La capucha de su sudadera y los lentes de sol lograban cubrir parte de su rostro, nadie podía saber quién era y porqué estaba aquí, debido a que si se llegaban a enterar que la vida de una persona pendía de un hilo por su culpa, sería señalada con el dedo en cada rincón del universo, la noticia correría como una plaga por internet. Su cabeza daba vueltas y vueltas con la imagen de la muchacha acostada en el césped en posición fetal. ¡Pero qué triste había sido verla así! Tomó un taxi con la "psicópata" entre sus brazos y durante el viaje frotó su cuerpo para darle algo de calor, más, todo intento era inútil si no le quitaba la ropa que traía puesta. "¿Serías capaz de lidiar con la muerte de una mujer?" le preguntó Finn antes de ir a la cafetería de la clínica por unos chocolates calientes. Finn Murtens no era sólo su mejor amigo, el muy "hijo de perra" era su colega en el modelaje y además un estudiante de medicina a punto de recibirse. Tuvo que recurrir a él para que le facilitara una entrada especial en la clínica y le dijera que hacer mientras se dirigía hacia ella.

La "psicópata" ingresó a urgencias donde un equipo médico ya la estaba esperando para iniciar un protocolo completo para tratar la hipotermia, pero sus síntomas, y el estado en la que la había encontrado era muy grave. No, contestando a la pregunta de su mejor amigo, no sería capaz de lidiar con la muerte de una persona aun cuando ésta entró en su propiedad privada. Mientras ella dormía caliente bajo las mantas, la mujer estaba empapada tiritando sin nada que la cubriera, descalza y hambrienta. Demonios. Había tenido que llenar su ingreso en urgencias junto a una enfermera, pero tuvo que inventar un nombre para ella, puesto que no sabía nada, sólo que se apellidaba Cavendish.
~Finn: Tranquila campeona, está con los mejores médicos del país. Te lo puedo asegurar porque varios de ellos son mis profesores –Le entregó el chocolate caliente- ¿Me explicarás ahora quién es esa mujer y por qué estaba vestida así?
~Marceline: -le fue relatando cómo llego, cómo la encontró y lo que hizo después- No entiendo cómo los conserjes no la vieron entrar, tendría que revisar las cámaras de seguridad, pero eso no importa en este momento, ahora tengo que resolver esto, mientras tanto pediré a alguien que busque a una mujer de apellido Cavendish que se haya escapado de un sanatorio o algo así.
~Finn: Quizás es una mujer que se perdió de una grabación, se golpeó la cabeza y estando aturdida llegó a tu departamento, o tuvo un accidente, podrían ser tantas cosas -Se terminó el chocolate, luego tiró el vaso a un cesto de basura- Aunque debes admitir que fuiste un poco dura con ella, al menos te hubieras asegurado de que se fuera... digo, por tu propio bien.
~Marceline: ¿Tú crees que podamos saber cómo está?
~Finn: Sólo lleva 2 horas allá adentro, pero veré que puedo hacer –Salió de ahí tranquilamente con la tarjeta de la universidad colgando en su cuello, ese día estaba en su descanso, pero como era tan buen alumno y casi profesional, le permitían entrar a las estancias del recinto de salud. Marceline hundía la cabeza entre sus manos pensando en cómo iba a salir de este problema en el que se había metido.

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Jueves 24 de julio 2014, (al otro día).

La sonrisa que surcaba su rostro era pérfida al igual que sus intenciones. Por más que quería escapar, la fuerza que empleaba su padrastro era tal, que todo intento era en vano, tenía su cuerpo acorralado contra la cama de su habitación. Ya le había quitado el corsé y parte del vestido sólo para tener el suficiente espacio para sostener sus pechos y moldearlos a su antojo. Bonnibel lloraba en silencio mirando el techo y tratando de no emitir algún tipo de ruido para no enfadarlo, sabía que William no le robaría su virginidad tan preciada porque sería un caos en la sociedad inglesa si la hija adoptiva del duque de Devonshire se hubiera acostado con otro hombre antes de su futuro esposo Aaron Warwick, más aún cuando este último era como un hijo para la Reina Ana. Era la tercera vez que se acercaba así a ella, no podía decirle a alguien que William la acosaba porque no le creerían ¿Quién podría imaginar que él abusaba de ella siendo tan respetado en la nobleza británica? Si sus hermanas crecían y resultaban ser tan bonitas, correría la misma suerte para ellas. Cuando William levantó el rostro hacia ella, la sonrisa en su cara se ensanchó aún más porque era su deleite que Bonnibel se quedara callada, se dejara tocar y esto por supuesto, hasta que ella se casara lo iba a gozar. Asustada abrió los ojos no por una pesadilla, sino por el recuerdo de un hecho real que sucedió hace unos meses atrás. No duró más de 2 segundos con los ojos abiertos porque una luz blanca la estaba cegando, una luz intensa que no le permitía apreciar las cosas a su alrededor.
"Ha despertado" dijo alguien y sus ojos se abrieron otra vez buscando la voz que lo había dicho con tanto temor. Todo a su alrededor empezó a volverse más nítido y cuando lo hizo completamente se mordió la lengua para no gritar aterrorizada. No había sido su imaginación, no, realmente no estaba en su hogar, ni siquiera en su país porque el inglés que escuchaba era un poco diferente al que ella hablaba. Sus ojos se quedaron fijos en una mujer que llevaba lentes oscuros para leer, o al menos eso parecían, cubrían su mirada completamente, aunque estaba segura que le ponía atención a ella. Tenía la mandíbula tensa y los brazos cruzados ¿Pero en qué sitio de la tierra las damas se vestían de esta manera?. Antes de poder decir una palabra un grupo de hombres entró a la habitación y para evitar ser acosada fingió estar dormida.
~XX: Ella es la paciente Cavendish, ingresó el día de ayer a las 8 de la mañana a urgencias cuando cursaba un cuadro de hipotermia de 30°C, dilatación de pupilas, pérdida de la consciencia, con bradicardia de 34 latidos por minuto, hipotensión –Estaba escuchando cosas que no entendía, quería llorar porque tenía miedo y quería buscar respuestas ¿Dónde estaba? ¿Por qué no había muerto con la caída desde el tercer piso de la mansión? El sonido de una máquina a su lado la perturbaba, sonaba cada vez que su corazón latía ¡¿Dónde estaba?!- Se le hizo una radiografía de tórax para estudio de neumonía, la paciente está débil, pero estable, ha respondido muy bien a los tratamientos -Después de unos minutos en que la comisión de médicos discutía sobre su estado de salud, se retiraron dejando la habitación en silencio, excepto por ese "bip" que la estaba poniendo nerviosa. Cuando abrió los ojos dio un respingo al ver tan cerca a esa mujer, pero ya no estaba con esas gafas extrañas oscuras, sus ojos verdes estaban más intensos que nunca. Las lágrimas asomaron por los ojos de Bonnibel por el miedo a ser dañada otra vez por ella, miró a todas partes, las máquinas que la rodeaban, las luces que emitían, era una verdadera pesadilla.
~Bonnibel: ¿Dónde estoy? –susurró- yo estoy aquí por su culpa señorita, dígame donde estoy.
~Marceline: ¿Recuerdas que entraste a mi departamento sin permiso? –Murmuró sin dejes de molestia como el día de ayer. Su voz tranquila acarició sus oídos de una manera inusual ¿Esa voz ya la conocía?- Yo siento haber sido tan grosera contigo anoche, pero debes entender que una persona no puede entrar a un lugar sin avisar. –¡Pero si había aparecido de repente en otro lugar!- Siento si esta pregunta te ofende, pero ¿Te escapaste de un sanatorio? ¿Manicomio? ¿Hogar de reposo?
~Bonnibel: -tragó saliva, ella la creía desquiciada- No sé de qué me habla, yo no sé porque aparecí en su habitación señorita, preferiría que desistiera de esa idea tan absurda, yo... –apretó los labios, las lágrimas caían en su rostro, pero no estaba llorando, no lo haría frente a esa mujer- pasé frío, mucho frío y hambre ¿Podría ser tan amable de decirme dónde estamos? ¿Qué día es hoy? Necesito volver a donde pertenezco.
~Marceline: -cerró los ojos, había llegado de una reunión con un abogado por el asunto de su mánager y el robo, ahora tenía que tener paciencia infinita con una mujer que no sabía nada- Estamos en un hospital, hoy es jueves 24 de julio.
~Bonnibel: ¿Julio? ¡Tanto tiempo estuve sin consciencia! –trató de pararse, pero de inmediato Marceline la sujetó por los hombros para que no se levantara- ¡Déjeme ir! ¡Dígame donde estoy! ¡Necesito volver a Devonshire donde pertenezco! -Marceline presionó la mano en la boca de esa mujer para que dejara de gritar, iban a llamar a los médicos, a seguridad y todo el mundo se enteraría de quién la estaba acompañando. Ya se comentaba en Twitter, Facebook y las principales redes sociales sobre ella y su manager ¿Qué pasaría si hablaban de que casi provocó la muerte de una mujer? Porque estuvo a punto de ello, se lo dijo Finn. No podía creer que estaba haciendo esto ¿Desde cuándo la gran Marceline Abadeer perdía su tiempo en alguien que quiso atacarla? Bueno, aquello lo suponía porque la "psicópata" no tuvo armas ni intenciones de agredirla, sólo estaba aquí hospitalizada después de que ella la dejara mojarse y sufrir las consecuencias de ello.
~Marceline: ¿Podrías quedarte quieta? –Su tono de voz de inmediato la dejó paralizada, pálida y con los ojos más abiertos que nunca, tanto así que pareciá que estuviera viendo al mismo diablo en persona. Marceline no tenía idea de que Bonnibel en su cabeza recordó las palabras de William- No voy a hacerte daño, lamento, en serio lamento lo que te hice durante la noche del día de ayer, pero no me puedes pedir reaccionar bien si encuentro a una desconocida en el lugar donde vivo. Mírame –Bonnibel no decía nada, sólo la miraba en silencio llena de pavor, sus manos temblaban- ¿Me podrías decir tu nombre completo? ¿De dónde eres? Sólo trato de ayudarte.
~Bonnibel: -Desvió la mirada porque no quería que la viera llorar más, aunque sus ojos vieron una cosa puesta en la pared que parecía un reloj o algo así. Bonnibel estaba viendo un reloj electrónico con la hora y la fecha del día de hoy- ¿2014? –Susurró apretando la mandíbula- ¿2014? –repitió despacio, su estómago se apretó y la garganta se le estranguló. Miró de nuevo a la mujer de ojos verdes, su ceño fruncido y su ropa, todo lo que estaba alrededor, las "máquinas", el estilo de ambientación, todo. 2014 ¡¿Estaba en el 2014?! ¡¿Tres siglos más adelante?! Llevó las manos a su cara para ver si esto era un sueño, trató de pellizcarse las mejillas por si el tacto de su piel era falso, más toda esperanza murió cuando sintió el calor de sus dedos- ¿Estamos en el 2014? –dijo con un hilo de voz que apenas si pudo entenderse.
~Marceline: –dijo extrañada ¿Qué tipo de pregunta era esa?- julio del 2014, verano aquí en Estados Unidos.
Sí, definitivamente la mujer había perdido la cordura o habría sufrido un accidente para dejarla con algún tipo raro de amnesia. La rosada rascó sus brazos con ansiedad, miró una tras otra vez todo lo que tenía a su lado, especialmente el monitor de frecuencia cardíaca, la vía conectada a su vena y todos los implementos. Si las lágrimas habían cesado hace unos segundos, ahora volvieron con fuerza para delatar lo que estaba sintiendo. Por un momento la modelo sintió pena por ella, ¿Qué tipo de cosas podían estar pasando por su cabeza como para no recordar de dónde venía y se hubiera confundido de hogar?. Finn abrió la puerta para saber cómo estaba la paciente, pero en lugar de correr y comunicarle a todos que la mujer había despertado, sólo se quedó mirando la escena. Marceline miraba preocupada a la mujer a su lado ¿Marceline Abadeer mostrando compasión? Quiso sacarle una fotografía o la idea de aquello pasó por su cabeza, mas, la situación era algo complicada.
~Finn: Marceline, ven... -murmuró para que su amiga se acercara a la puerta, lo hizo de forma inmediata- no te preocupes que nadie sabe que eres tú la que está acá, sin embargo, hay ciertas cosas que nos preocupan.
~Marceline: ¿Cómo cuáles?
Si creían que susurrando Bonnibel no iba a escuchar, se equivocaban. ¡¿2014!? ¿Siglo 21? No podía aceptar aquella ridiculez, pero mientras más lo pensaba más se retorcían las cosas: Primero, una caída de un tercer piso de una mansión como mínimo la hubiera dejado con algún daño en el cuerpo, segundo, una caída a la fuente de agua le hubiera hecho sentir el golpe contra el mármol, más lo único que sintió fue como si se estuviera hundiendo en un lago sin fondo. Tercero, todas y cada una de las cosas que la rodeaban eran diferentes a las modas que usualmente se usaban en Europa, Gran Bretaña no era menos avanzado que Estados Unidos, muchos ingleses estaban colonizando al país ¿Cómo podían tener avances en su modo de vida tan grandes? Alzó sus ojos hacia la puerta donde aquella mujer conversaba con un hombre a quién no podía verle el rostro. El inglés que usaban era extraño, algo entendible pero extraño.
~Finn: Uno ¿Serás tú quién costee la hospitalización y el tratamiento? –gruñendo la ojiverde asintió ¿Quién más sino ella?- Dos ¿Dónde se quedará cuando la den de alta si no sabe quién es? Tus contactos no encontraron registros de fugas de algún paciente de una clínica psiquiátrica, ni accidentes con pacientes de sus características.
¡No quería escuchar más! ¡No podía soportarlo más! Si realmente, por algún suceso extraño de la vida, había viajado en el tiempo y caído en un lugar que no le correspondía, eso significaba una cosa, cada una de las personas que ella conoció, en este minuto...¿Estaban muertas? Sus hermanos, sus amigas, la gente a quienes ayudó ¿No eran más que un recuerdo que se llevaron 300 años? Hizo un esfuerzo por no llorar, pero distintos pensamientos cruzaban su mente y corazón, la pena era tal que sin aguantar un segundo más estalló llorando allí acostada boca arriba en la cama. Marceline se volteó a verla sorprendida por lo que estaba pasando, sus quejidos y gritos eran tan especiales que fue imposible serle indiferente. Los ojos de la "psicópata" estaban fijos en el reloj con la fecha, como si quisiera hacer algo o recordara algo de allí. Le hizo un gesto a Finn para que cerrara la puerta.
~Marceline: Tranquila Cavendish, tranquila –Pero su llanto era desgarrador, de esos llantos que escuchas en un funeral o cuando alguien te ha contado la peor noticia que podrías recibir. ¿Qué estaba pasando por su cabeza? ¿Qué había sufrido antes de llegar por "accidente" a su departamento? Abadeer miró el reloj, tenía un compromiso laboral que atender, pero si se iba sentía que cometería el peor error de su vida. Fue así que, incluso sorprendiéndose a sí misma, apoyó una mano en la mejilla de aquella mujer tan perdida consigo misma- Vas a estar bien, te prometo que estarás bien -Sus ojos celestes se dirigieron a esos ojos verdes que la observaban con empatía, por un segundo Bonnibel pensó "¿Cómo puede decir que estaré bien cuando no es usted quién está perdida en el tiempo y la realidad?" y eso si es que se aseguraba de que era así ¿Qué tal si en realidad había perdido la cordura y la razón?.

ℬℯ𝓉𝓌ℯℯ𝓃 𝓁ℴ𝓋ℯ 𝒶𝓃𝒹 𝓉𝒾𝓂ℯ [𝒜𝒹𝒶𝓅𝓉𝒶𝒸𝒾ℴ𝓃 ℬ𝓊𝒷𝒷𝓁𝒾𝓃ℯ♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora