𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁ℴ ℴ𝒸𝒽ℯ𝓃𝓉𝒶𝒾𝓊𝓃ℴ

50 5 1
                                    

Finn se paró lentamente cuando escuchó aquel nombre, sintió como la fuerza se apoderaba de sus puños, pero la contuvo, no era el momento adecuado para golpearla cuando la intención que tuvo al llamarla era distinta. La observó de arriba hacia abajo, la conocía desde que eran niños, pero aun así hoy no la podía mirar con los mismos ojos, levantó una ceja al no ver la quemadura en su mejilla izquierda y la actitud que no se parecía a la que llevaba cuando era una campesina.
~Finn: Sí, el mismo, pero no vuelvas a tratarme como Aaron. Soy Finn, Finn Murtens.
~Marceline: No podemos borrar lo que fuimos, al menos eso conmigo no va, porque estoy completamente orgullosa de lo que fui -Trataba de quitarse de la cabeza a su versión inglesa, pero cuando quería hacerlo los recuerdos de los duros maltratos surgían en su cabeza- Dile a tu versión inglesa que es una lacra, lo peor de este mundo, y que por respeto a la amistad que tuvimos en esta vida, no te estoy poniendo las manos encima.
~Finn: -se secó las lágrimas- Estoy tratando de poner las cosas en orden en mi cabeza, maldita sea. ¡Lo estás empeorando más! –Tiró un cenicero de porcelana, partiéndolo en varios pedazos allí en el suelo- Estoy tratando de pedir perdón, estoy tratando de poder dirigir mis pensamientos... es... ¿Es verdad todo lo que hay acá? –Tocó su cabeza- Cada recuerdo, incluso el de... la horca.
~Marceline: Es verdad, cada recuerdo... cada golpe que me diste, cada amenaza y humillación, cada cosa que hay allí es verdad -Lo apuntó con el dedo- Quieres pedir perdón, pero ¿crees que será fácil Finn? ¿Ahora entiendes tus extrañas actitudes hacia mí siendo tu amiga? ¿O por qué terminaste enamorado de Bonnibel?
El turco giró hacia la ventana principal del departamento, era un vidrio que cubría toda una pared dándole una preciosa vista del mar. Cerró los ojos al sentir la soga en su cuello, las gotas de lluvia en su frente, la falta de aire y la presión en sus ojos que creía que haría que estallaran. "Bang, bang bang", los disparos al cuerpo de Bonnibel que acabaron con su vida junto al cadáver de su amada.
~Finn: ¿Cómo voy a poder vivir con toda esta culpa? ¿Cómo voy a vivir con la verdad de que soy un asesino y todo el daño que te hice? –No quería que lo viera llorar, pero su voz lo delataba- Aun escucho los gritos de mis víctimas, la sangre manchando mi ropa, todo...
~Marceline: ¿Te sientes más Finn o más Aaron? –Él turco se quedó en silencio- Cuando sepas la respuesta entenderás lo que tienes que hacer.
~Finn: ¿Y si Warwick se apodera de mi cabeza? Maldición Marceline. ¡Maldición! –Seguía sin voltear- Tengo miedo de mí mismo.
~Marceline: -agachó la cabeza, ese sentimiento de amistad no quería desaparecer, seguía allí recordándole que no tenía que culpar a esta vida de la anterior- Finn por favor, si alguna vez decides volver a ser el de antes, ese amigo...
~Finn: -apretó su pecho y giró para verla- ¿Amigos? Yo no podría ser tu amigo sabiendo que tu presencia me trastornó por tanto tiempo en el pasado. No podría ser amigo de quién tanto odié... no me pidas eso Marceline, no ahora por favor.
~Marceline: Sólo te advierto una cosa Finn –Levantó la cabeza desafiante, su amigo era un poco más alto que ella, pero no se iba a dejar intimidar- Cuando decidas que partido tomar, volveremos a hablar, siendo turco fuiste una de las personas más importantes para mí, pero siendo inglés...-gruñó- te lo advierto, no permitiré que te acerques a Bonnibel cuando no estés seguro de quién eres, no soy la de antes, que no pudo defenderla. En esta vida las reglas del juego son distintas.
Murtens apretó la mandíbula, no tenía vergüenza de sus lágrimas cayendo porque cuando fueron niños, Marceline lo vio muchas veces en ese estado. Ninguno de los dos se hablaba y es que era difícil hacerlo cuando las circunstancias de sus vidas pasadas estaban golpeando el interior de sus mentes trayendo consigo cada vil recuerdo.
El mal presentimiento no había desaparecido del interior de Abadeer y eso por supuesto que no le agradaba, ya no podía estar segura de quién le estaba hablando y lo único en lo que podía pensar era en la seguridad de Bonnibel. ¿Estaría exagerando? No podía permitírselo, las precauciones eran necesarias cuando se trataba del asesino de la mujer que amaba.
~Finn: Ahora que lo sabes, será mejor que te vayas.
~Marceline: ¿Entonces me llamaste para esto? ¿Para llegar y decirme que habías recordado tu vida pasada, pero no eres capaz de sentarte a conversarlo?
~Finn: No es fácil para mí.
~Marceline: ¡Para nadie lo es! Si no conversamos las cosas cuanto antes, si no estamos con alguien que nos sepa guiar, esto puede ser peor –Cerró los ojos de golpe- ¡Mataste a la mujer que yo amaba en la vida pasada! Pero ahora eres mi amigo, no es fácil, pero estoy aquí porque corrí por ti. Si Bonnibel y yo recordamos lo que fuimos, de algo tiene que servir el que tú también lo hayas hecho.
~Finn: Vete -Susurró.
Abadeer quería acotar algo, pero en los ojos del turco había peligro, no quería dejar la situación de esta manera porque todo tenía un propósito como había dicho, sin embargo, tampoco podía desatar su ira y permitirle a Aaron expresarse de alguna forma.
Giró sobre sus talones y caminó hacia la salida, Finn pensó que tiraría la puerta hacia abajo con un cierre violento, mas sólo se encontró con un silencio profundo cuando desapareció del departamento. Y de pronto él estalló en lágrimas como un verdadero niño, porque desde ese momento supo que nada iba a volver a ser como antes. Apretó las manos contra los costados de su cabeza cuando escuchaba los gritos de quienes fueron sus víctimas, la sangre manchar sus manos y ropas, la sensación de empuñar un cuchillo o apretar el gatillo.
No supo que tanto lloró, pero llegó a un punto en que sintió náuseas y una presión en su frente como si se hubiera golpeado con un muro de concreto. Corrió a un baño, colocó las manos en su vientre y vomitó compulsivamente el contenido de su estómago, esto recién estaba comenzando.

ℬℯ𝓉𝓌ℯℯ𝓃 𝓁ℴ𝓋ℯ 𝒶𝓃𝒹 𝓉𝒾𝓂ℯ [𝒜𝒹𝒶𝓅𝓉𝒶𝒸𝒾ℴ𝓃 ℬ𝓊𝒷𝒷𝓁𝒾𝓃ℯ♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora