𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁ℴ 𝓈ℯ𝓈ℯ𝓃𝓉𝒶𝒾𝒸𝓊𝒶𝓉𝓇ℴ

53 6 0
                                    

No supo cómo terminó quedándose dormida sobre su propio hombro, quizás había llorado tanto en silencio que el cansancio le ganó a cualquier tipo de intención por mantenerse despierta.
Despertó cuando el cochero abrió la puertecilla y le dijo que habían llegado a la mansión de los Cavendish, la muchacha asintió con un poco de temor. ¿Sería realmente valiente para dejarle todos los puntos claros a William? Aceptó la mano enfundada en un guante blanco que el hombre le ofrecía, para bajar con el cuerpo temblando por completo, miró hacia el frente y apretó los labios al ver después de tanto tiempo aquella mansión que terminaría siendo un museo en el futuro, todo eso fue de ella alguna vez, en su niñez fue un paraíso, en su adolescecia terminó siendo un infierno.
Muy lejos se podía apreciar a dos hombres vestidos con trajes dorados que cuidaban la puerta principal de la mansión, los guardias que al verla acercarse se miraron sin poder disimular su asombro. Bonnibel caminaba con toda la calma del mundo para darse el tiempo suficiente de buscar palabras certeras. ¿Debía ir directo al grano? ¿O podría empezar por otras cosas? Todo era hermoso aquí, los árboles, el césped que parecía infinito a su alrededor, las flores, pérgolas blancas, caminos de piedra y pequeños lagos. Quizás era lo único que podía extrañar de este lugar.

Rápidamente pasaba los dedos por unos papeles en busca de algo interesante, al fin después de unos días tenía tiempo para sí mismo, ser Duque tenía muchos beneficios, pero también bastantes responsabilidades de las cuales sólo él podía hacerse cargo. Todo el mundo estaba vuelto loco en el condado de Devonshire porque la reina Ana Estuardo estaría de visita unos días en Exeter, la popularidad de los Warwick aumentaría al doble, así como las oportunidades de que Aaron fuese nombrado Conde. Sonrió levemente, la reina era una mujer con un carácter fuerte que le había sido concedido por Dios para gobernar Gran Bretaña, pero era muy agradable con las personas que consideraba de su círculo. Quería entrar en el, quería que la reina le diese algún tipo de "bendición" por cuidar tan bien el pueblo del condado, alguna condecoración o felicitaciones que todo el mundo escuchara. Si Aaron era famoso, ¿por qué él no podía ser aún más famoso?
~XX: Señor Cavendish, la señora Warwick está aquí –Hablaba con el rostro hacia abajo, era un hombrecillo de uniforme dorado, guantes blancos y peluca del mismo color. Al no recibir respuesta, alzó los ojos hacia su jefe, pudo darse cuenta de que tenía una mirada de duda- La señora Warwick, la esposa de Aaron. Su hija.
Antes de que pudiese exclamar, escuchó tras su espalda pasos que repicaban sobre la madera. Algo no estaba bien. Se volteó sobre sí mismo para mirarla de frente, ataviada con un vestido precioso y ancho, con su cabello tomado tras su cabeza, dejando un bucle al lado de cada oreja. No supo si perdió el aliento por la sorpresa, el temor o el placer de verla convertida en una mujer más hermosa.
Bonnibel sintió miedo cuando esos ojos azules la observaron de pies a cabeza, estaba frente a un hombre enfermo que nunca la consideró su hija. ¿Qué clase de padre la miraría con tanto deseo?
~William: Hija. ¿Qué haces aquí? –A pesar de todo y de lo hermosa que pudiese creerla, le habló de forma seria- Hace tanto tiempo que no pisas tu antigua morada.
~Bonnibel: Ser esposa de un vizconde, ser esposa de un Warwick, me mantiene socialmente ocupada –"Sí, claro" pensó con sarcasmo- Tengo varias cosas que discutir con usted padre y por su bien le sugeriría que fuese a puertas cerradas.
~William: Cierra la puerta –Le dijo a un criado sin quitarle la vista a la muchacha, cuando las enormes puertas se cerraron, la postura de William cambió- ¿Qué quieres decirme como para necesitar estar a puertas cerradas?
~Bonnibel: Creo que usted se ha olvidado del comportamiento insano e irracional que tuvo aquella noche –Se paseaba por el enorme despacho de su padre, revestido con los cuadros más costosos de la época, alfombras que costaban el sueldo de al menos tres criados- En la que terminé secuestrada, la noche que desaparecí -"La noche que me envió al siglo 21"- ¿Ha perdido su tiempo jugando croquet con los demás miembros de la nobleza, que ya no recuerda aquellos importantes detalles?
~William: Sé más clara, Bonnibel, no muestres tanta elocuencia en tus palabras –Gruñó.
~Bonnibel: Quiere que vaya directo al grano, ¿verdad? Pues bien, padre, vengo a advertirle que no soy una niña que no tiene como defenderse, pues no olvido lo sucio que puede llegar a ser con algún miembro de su propia familia. El cómo trató de sobrepasarse con mi persona en reiteradas ocasiones, el cómo aquella noche por su descarriada necesidad de poseerme, terminé cayendo de un tercer piso a una fuente de agua.
~William: -se acercó a ella a grandes zancadas para sostenerla de las muñecas- Y mágicamente sobreviviste. ¿Cuál fue tu truco? ¿Eh?
~Bonnibel: ¿Qué espera que le diga? ¿Qué la fuente de agua era un portal y viajé en el tiempo hacia el futuro?
William pestañeó un par de veces ante esa respuesta tan fuera de lugar. ¿La muchacha había perdido la razón? Bonnibel rio sarcásticamente antes de hacer fuerza para quitarse de encima aquellas manos que le repugnaban. Apretó la mandíbula antes de seguir dando vueltas por el salón mientras hablaba, que Dios la iluminara porque a pesar de todo estaba asustada.
~Bonnibel: ¿Cómo pudo olvidar que fui su hija? ¿Cómo pudo dejar de observarme con cariño y pasar a observarme cómo suciedad? ¿Es el hecho de que soy adoptada?
~William: ¡Culpa a tu cuerpo, culpa tus genes, culpa a tu familia que te hizo así antes de adoptarte!
~Bonnibel: Pues a eso vine, padre, a comprobar que tan sucio usted podía seguir siendo. ¿Cree que no sé cuan reprimida debe estar mi madre para callar todas sus faltas? Usted incluso debe abusar con su poder de Duque frente a ella, ante la sociedad los Cavendish somos perfectos, pero por dentro estamos llenos de pesadillas y pecados –Apretó sus manos dentro de los guantes- Le advierto ahora y frente a sus ojos que no tengo miedo, que piense bien antes de seguir el mismo camino con una de mis hermanas, ahora son unas niñas pequeñas, pero el día de mañana si no se defienden tendrán un destino peor que el mío.
~William: No tienes pruebas para culparme, pequeña escoria.
~Bonnibel: ¿No? Trate de tocarlas, atrévase si puede, porque verá las terribles consecuencias que soy capaz de llevar a cabo. No va a quedar impune por todo lo que ha hecho –Un terrible pensamiento cruzó su mente y no pudo quedarse callada ante ello- Incluso en las próximas vidas, incluso en esas usted será un pobre hombre infeliz.
~William: Voy a matarte -Gruñó.
~Bonnibel: No se preocupe, mis días ya están contados –Retrocedió- Se lo he advertido, yo no olvido, mucho menos lo que me hizo. Todo esto –miró a su alrededor- todo esto, todo lo que ha cosechado va a caer.
Salió de allí dando pasos firmes, pero rápidos, no quería que la alcanzara y acabara con ella allí en esa mansión. Había puesto la bomba, sólo faltaba detonarla de forma definitiva. Los guardias la escoltaron hasta la salida, sorprendidos por tan breve visita, pero tan preocupada estaba que no fue capaz de saludarlos, sólo de ingresar rápidamente al costoso carruaje que le pertenecía. Miró por la ventanilla hacia la entrada de la mansión, bajo tan enormes puertas apareció el duque Cavendish con odio irradiando por sus ojos.
"Esto no va a quedarse así" masculló en silencio hacia ella, viendo como el vehículo se perdía con el sonido del galope que emitían los caballos. "Esto definitivamente no se va a quedar así".

ℬℯ𝓉𝓌ℯℯ𝓃 𝓁ℴ𝓋ℯ 𝒶𝓃𝒹 𝓉𝒾𝓂ℯ [𝒜𝒹𝒶𝓅𝓉𝒶𝒸𝒾ℴ𝓃 ℬ𝓊𝒷𝒷𝓁𝒾𝓃ℯ♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora