𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁ℴ 𝓆𝓊𝒾𝓃𝒸ℯ

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Bonnibel miraba con atención la conversación que tenía Marceline y su madre, la mirada cariñosa que ella le daba a través de sus ojos, la sonrisa de orgullo que le brindaba, todo era agradable y hubiera deseado recibir ese mismo trato. Era extraño, Marceline tenía una personalidad difícil, engreída y quizás con otros calificativos, pero con su madre podía apreciar un amor enorme en cada gesto. En el siglo 18 o al menos en su familia todo era más frío y con rectitud, los padres eran personas de una categoría muy importante a quienes se les debía hablar con mucho decoro, no tenía conocimiento de si otros en la nobleza tenían una actitud diferente con sus hijos, pero viendo como Elise colocaba una mano sobre el antebrazo de Marceline, deseó por un segundo tener aquel mismo contacto con una madre o un padre distinto. Elise se dio cuenta que la muchachita tenía los ojos perdidos en su plato, lucía saludable como para ser alguien que estuviera con náuseas o sin apetito.
~Elise: Bonnibel, ¿estás bien? No has tocado tu comida.
~Bonnibel: -meneó la cabeza y le dirigió la mirada- Disculpe, es sólo que estaba pensando en ciertas cosas –Sostuvo el tenedor y el cuchillo para cortar la carne, Marceline puso los ojos en blanco por el modo en el que lo hacía. Estaba sentada erguida, la punta de sus dedos apenas sostenía los utensilios y sus meñiques se alzaban de forma involuntaria. La psicópata era toda una señorita- Esta carne está deliciosa, creo que vendré más seguido a este restaurante.
~Elise: Hay muchos restaurantes que puedes conocer con comida de todo el mundo –El mesero que las atendía se acercó sonrojado con un lápiz y una libreta en su mano. Elise le dedicó una sonrisa porque sabía lo que deseaba- ¿Quieres que la firme? –Él asintió sonrojado, había escuchado que la actriz era un amor con los fans, pero verlo y sentirlo en vivo era totalmente distinto.
Marceline se dio cuenta que Bonnibel miraba con el ceño fruncido el acto y sin poder evitarlo se acercó a su oído y le murmuró lo que significaba.
~Marceline: Lo que hace mi madre es lo mismo que seguramente me viste hacer alguna vez, dar autógrafos ¿lo recuerdas? –Hizo un signo con el dedo- Una simple firma puede alegrar a un fan.
Su susurro la hizo temblar y no entendía aquella reacción de su cuerpo. Volteó el rostro hacia la ojiverde y sus rostros estaban tan cerca que pudo sentir el calor de su piel emanando hacia ella. Su perfume también era una de esas cosas que flaqueaban las fuerzas y las piernas del resto de mujeres. ¿Por qué tenía esa reacción si a ella no le interesaban las mujeres?
Marceline abrió los ojos un poco sorprendida, ¿por qué Bonnibel se sonrojaba? Se sentó de mejor manera en la silla, pero cuando miró a su madre, ella las observaba con una sonrisa extraña. "¿Qué?" susurró sin entender su cara. Elise no era tonta, simplemente observaba. Bonnibel le dio una sonrisa incómoda y se concentró en su plato, alcanzó a ver algo de su trato con los fans, no sabía cuan famosa era, pero por comentarios de Marceline podía imaginar que su fama era mucho más que la suya. También unos días atrás pudo ver el trato que ella le daba a sus fans, definitivamente era algo que había heredado de sus padres.
~Elise: Marceline, supongo que no olvidarás que el cinco de septiembre es la celebración del cumpleaños de tu padre en la casa con la familia completa, el sábado será de forma pública.
~Marceline: No mamá, es imposible que olvide las fechas importantes de la familia –Su tono sonaba como si no le gustara que le recordaran lo obvio.
~Elise: -dejó los utensilios a un lado- Es sólo que con las agendas apretadas de todos a veces se pueden olvidar las cosas. Has crecido tanto, se me olvida que eres una mujer de 26 años –Acarició su mano con tanta dulzura que Bonnibel sintió ganas de llorar, ella nunca tuvo ese afecto de sus padres- Bonnibel ¿tienes algún pasatiempo? No creo que trabajar con mi hija en publicidad sea uno.
~Bonnibel: ¿Pasatiempo? –No entendía a qué se refería con ello. Marceline a veces no comprendía el efecto de la amnesia en su cabeza como para no entender cosas obvias, pero antes de que la metiera en problemas intervino.
~Marceline: Ya sabes Cavendish, cosas que te gusten hacer en tu tiempo libre que no sea trabajo, algo para lo que tengas talento tal vez.
~Bonnibel: Piano –murmuró con temor, no sabía si eso era común en estos tiempos- me gusta mucho el piano desde que era pequeña, pasaba gran parte de mi tiempo aprendiendo –Abadeer sintió melancolía en sus palabras. ¿Recordaba cosas de cuando era pequeña? ¿Qué cosas realmente no recordaba? - De hecho, ahora mismo estoy buscando algún trabajo relacionado con eso, esto de publicidad me está matando –No sabía que era "publicidad" pero mentía a la perfección, todo con tal de que no se delatara diciendo que era 300 años mayor o que venía del pasado- Es por eso que el señor Murtens me está ayudando.
~Elise: ¿Conoces a Finn? Lo conocí cuando era un pequeñito de dos años, desde ese momento junto a Marceline se hicieron inseparables, es un chico increíble.
Marceline no supo cómo al final de la comida la conversación la llevaban su madre y Bonnibel, ambas hablaban con tanta naturalidad que le daba miedo. ¿Por qué? Quizás era el hecho de que una mujer totalmente ajena a su vida tuviera la facilidad para agradarle a Elise, bien sabía que sus "parejas" anteriores no eran de la fascinación de su madre. ¿Sería el hecho de que creyera que tenían una relación netamente laboral? No, aun así, las personas con las que solía trabajar no llegaban a tener una conversación tan fácil con ella. ¿Podía ser la forma en la que Bonnibel hablaba y se expresaba? Porque era una señorita a los ojos de cualquiera.
Cuando el reloj marcaba las tres de la tarde en punto, Elise supo que debía irse. Había hecho un espacio en su agenda para su hija y no supo cómo terminó teniendo más que eso, era la primera vez que una mujer estaba al lado de ella sin la necesidad de actuar como una zorra, además ella no era tonta. ¿Lo mejor de todo? Sí, fue cuando Bonnibel le dijo que tenía fascinación por la historia de Inglaterra del siglo 18 y que, sin tener títulos, tenía mucho conocimiento respecto al tema porque lo había estudiado bastante.
~Elise: -le entregó una tarjeta- Aquí está mi número, me ha gustado enterarme de que sabes de esas cosas porque, bueno, no puedo hablar mucho, pero hay un proyecto en el que trabajo y conocimientos como los tuyos me servirían mucho.
~Bonnibel: Muchas gracias señora Abadeer, espero tenga una agradable tarde y pueda descansar, el trabajo de un actor debe ser difícil –Elise le dio un beso en cada mejilla y abrazó de lado a su hija para que la acompañara a la salida. La rosada no estaba acostumbrada a ese tipo de saludo que hacían en la actualidad.

ℬℯ𝓉𝓌ℯℯ𝓃 𝓁ℴ𝓋ℯ 𝒶𝓃𝒹 𝓉𝒾𝓂ℯ [𝒜𝒹𝒶𝓅𝓉𝒶𝒸𝒾ℴ𝓃 ℬ𝓊𝒷𝒷𝓁𝒾𝓃ℯ♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora