𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁ℴ 𝒹ℴ𝓈

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Sentada al borde de una fuente que lanzaba chorros de agua, la rosada podía estudiar el comportamiento de las personas que caminaban por ese sector de Devonshire. Era cómico ver cómo ciertas mujeres evitaban el contacto con la gente "común" que no era de su misma clase social, cómo muchas de ellas chillaban asustadas cuando pasaban cerca de un puesto donde vendían gallinas y éstas cacareaban fuerte a su oído. Siempre se sintió fuera de lo común, a diferencia de sus amigas, ella se comportaba de una manera tan especial que se lo hacían notar cada que podían. No tenía asco o comportamientos clasistas por quienes no eran de su mismo "nivel", de hecho, le gustaba compartir bastante. Bonnibel sabía que era una Cavendish por gracia del destino, pero existía una muy buena posibilidad de que en su cuerpo corriera la sangre de una familia humilde, quizás eso explicaba la razón que la incitaba a comportarse tan diferente. De pronto divisó algo que le llamó la atención. Con una sonrisa resplandeciente caminaba hacia un pintor que había visto en una de las plazas del centro de Devonshire. Le hizo una seña al cochero para que esperara por ella, estar aquí distrayéndose le servía para apartar los pensamientos que le traía el verse enfrentada a un piano y un público que la mirase de forma atenta, además de otras presiones personales y recuerdos que la angustiaban todos los días. Por mucho entusiasmo que poseyera, igualmente procuraba caminar como una señorita de la nobleza, tal cual le enseñaron desde pequeña. Sostuvo su vestido y le sonrió al hombre sentado en un banquito de madera, estaba haciendo retratos de las personas y por lo visto tenía un talento impresionante.
~XX: ¿Le gustaría hacerse uno?
~Bonnibel: Por supuesto que sí –Le hizo caso al hombre de sentarse frente a él y lo observó fijamente- ¿Qué es eso?
~XX: Esto señorita –sostuvo un trozo negro de ese "algo"- es carboncillo, somos muy pocas las personas que trabajamos con él, pero le aseguro que los resultados son excelentes. Permítame –el carisma de Bonnibel noqueaba a cualquier persona que pasaba cerca, incluyendo hombres y al mismo pintor. Podía tener 40 años, pero caía bajo los encantos de esa señorita que de seguro pertenecía a la nobleza por la calidad de sus vestidos, por cómo hablaba y se movía. Estuvo allí un poco más de 10 minutos trazando el carbón, los transeúntes se aglomeraron cerca para ver cómo tan bella muchachita era inmortalizada en carbón. Era una técnica novedosa porque la mayoría de la nobleza se retrataba con pintores recomendados y en óleo- Listo... ¿Su nombre? –Lo pondría junto a la fecha bajo la delicada hoja.
~Bonnibel: Bonnibel Cavendish –metió su mano en un bolsito de género- ¿Me podría decir cuánto cuesta?
~XX: Para usted nada, –suspiró fascinado con ella- este es un regalo para la hija del duque, es un gusto.
~Bonnibel: No sabe cuánto le agradezco, ha quedado muy bello, la técnica es hermosa y el trazado es perfecto, proteja su salud para que continúe mucho tiempo haciendo esto -Emocionada hizo una reverencia, sostuvo el regalo y lo aferró a su cuerpo para que no se le perdiera. No le gustaba hacer uso de su apellido, pero cierto tipo de actitudes de personas que no esperaban nada a cambio la emocionaban. Se despidió con la mano de todos los que la miraron y con su característica elegancia se subió al coche. La gente de Devonshire siempre hablaba de ella y gran parte de esos comentarios eran positivos, porque era una chica aristocrática diferente, la que llegaba a todos, la que hacía que la gente tuviera empatía con el duque, su padre.

En el camino a la mansión dentro del carruaje, cuando pasaron por el lugar donde se habían encontrado con esa campesina, Bonnibel se dio cuenta de que aún había algunas manzanas molidas entre el lodo y el agua. Una sonrisa se asomó en sus labios, porque la verdad es que usualmente veía ojos claros dentro de los británicos, pero jamás había visto unos ojos verdes que transmitieran tanto sentimiento sin siquiera hablarlo. ¿Estaría bien? ¿Estaría segura y sin lesiones?.

Una vez estando en su habitación, luego del paseo, comenzó a prepararse porque en una hora los invitados llegarían al gran baile de los Cavendish ¿Quién no querría codearse con lo mejor de la nobleza? Asistirían condes, marqueses, vizcondes y todo tipo de personas de la nobleza británica con títulos que la distinguían por sobre los demás. Una sirvienta doméstica le ataba el corsé tras su espalda, dejando que poco aire pudiera entrar a sus pulmones, todo con el fin de que su cintura se viera perfecta y que aquella prenda no se marcara bajo ese vestido vaporoso lleno de capas y capas de géneros. Bonnibel no podía oír lo que ocurría en las otras habitaciones de la mansión, dadas las grandes distancias, pero estaba segura de que les ordenaban a los criados que les pasaran las cosas y los vistieran también, sus hermanos podían ser unos pequeños monstruos poco benevolentes con el servicio doméstico.
~XX: ¿Se encuentra bien así, señorita Cavendish? –Con un gemido asintió antes de estirar los brazos hacia arriba para entrar en todas las capas de su vestido con toques dorados. Se sentía un poco pesada al caminar, sólo un poco.
Caminó hacia su cama y allí otra sirvienta sostuvo una peineta que usó para juntar el cabello rosado y precioso de la rosada sobre su cabeza en un estilo muy popular de la época llamado "Fontange", armando un peinado con pinzas de diseño en flor. El resto del cabello naturalmente ondulado lo dejó caer sobre su nuca y hombros.
~XX: Espero me permita este cumplido, señorita Cavendish, pero luce como un verdadero ángel.
~Bonnibel: ¿Ustedes creen? –murmuró agradecida- El maquillaje me lo pondré yo, agradezco su atención, pero pueden retirarse esta vez -Cuando estuvo sola, sostuvo un pocillo de porcelana que contenía polvo blanco que ocuparía como base. De aquello se puso una capa muy suave sobre su rostro, cuello y escote para tener tan sólo un poco de tono más claro que el de su piel. Luego aplicó un suave colorete carmín en sus mejillas y labios que estaba hecho a base de vegetales. Todas estas cosas su padre se las había traído desde Francia, cuando tuvo una importante reunión con políticos de la zona, eran exclusivas y muy costosas. El reloj marcaba las 8 de la noche, cuando ella junto a sus hermanos descendieron del tercer piso al segundo y así al primero, donde se efectuaba la fiesta. Todos voltearon hacia ellos con una sonrisa pensando que eran los chicos más afortunados de Devonshire, pero su atención estaba puesta principalmente en la hija mayor y adoptiva del duque William y su respetada esposa Rachel. ¡Qué belleza! Las amigas de Bonnibel le hicieron un gesto para captar su atención con sus manos enfundadas en guantes blancos, pero tanto ellas como la rosada sabían que por protocolo era correcto saludar a las personas de los altos cargos primero. Casualmente William, su padre, se acercó a ella y abrazándola de lado la acercó a un hombre joven que sonreía como un colegial.
~William: Hija mía, te presento al primer conde de Orford, Robert Walpole.
~Bonnibel: -sostuvo su vestido de los costados y se inclinó en una reverencia- Es un placer conocerlo Sir Walpole, espero disfrute de la música, la velada y que tenga una noche amena en nuestro hogar.
~XX: -su voz era un tanto jocosa- El gusto es mío señorita Cavendish, su padre no mentía cuando hablaba de lo bella que es su primera hija. –Con una sonrisa educada le agradeció por el cumplido, sonrisa que se borró cuando su padre se acercó a ella y disimuladamente la llevó a un rincón de aquel salón.
~William: Escúchame bien Bonnibel, anda a tocar el piano, pero cuando termines te estaré esperando afuera de tu habitación ¿Por qué saliste a Devonshire sin que alguien que te acompañara? Me desobedeciste –Su cuerpo se tensó de inmediato con lo repugnante que sonaban sus palabras- Ve ahora -Su corazón palpitaba al ritmo del galope de los caballos, a los truenos y cosas que cobraban vida y rapidez. Mierda, sabía lo que esas palabras significaban y cuando su padre le decía aquello era porque verdaderamente habría problemas.

ℬℯ𝓉𝓌ℯℯ𝓃 𝓁ℴ𝓋ℯ 𝒶𝓃𝒹 𝓉𝒾𝓂ℯ [𝒜𝒹𝒶𝓅𝓉𝒶𝒸𝒾ℴ𝓃 ℬ𝓊𝒷𝒷𝓁𝒾𝓃ℯ♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora