𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁ℴ 𝓈ℯ𝓈ℯ𝓃𝓉𝒶𝒾𝒹ℴ𝓈

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-Flashback-
Los Ángeles, Estados Unidos, (7 años atrás).

Siete, ocho... no, tal vez nueve años. Bonnibel miraba con las cejas fruncidas los dedos de su mano izquierda, mientras trataba de hacer un conteo mental de cuánto tiempo le tomaría ser una mujer profesional después de la universidad. Con sólo 14 años estaba preocupándose por su futuro. ¿Era normal aquello? Pues para alguien como Bubblegum sí. Si lo hacía en la escuela ¿por qué no acá en la comodidad de su casa? Por el momento lo que llamaba su atención era algo relacionado con el área de la salud y lucharía por mantener sus notas tan altas como siempre para quedar en la universidad que deseaba.
Volvió a fruncir el ceño, pero esta vez miró el vacío, no sabía si Ayleen, su mejor amiga, estaba pensando asistir al mismo lugar para estudiar cuando salieran de la secundaria, en realidad no sabía nada sobre eso. El corazón se le apretó con la idea de que ocultase información para ella, información importante pues, cuando se conocieron siendo dos pequeñas de 6 años, habían jurado asistir juntas a todo lo que fuese posible. Tal vez era una nimiedad, pero la muchacha tenía aún el toque de inocencia en su alma, un toque que le hacía creer que las personas no podían tener malas intenciones en realidad o que todo era posible si se proponía con fuerza.
~Bonnibel: ¡Mamá! –Gritó desde el primer piso- Voy a la casa de Ayleen, vuelvo en un rato más.
No esperó respuesta de su madre porque la ansiedad era más grande, cerró con fuerza la puerta y caminó por el césped hacia la casa de al lado donde vivía su amiga. Era increíble no tener una gran distancia que las separara, aquello lo habían usado a su beneficio reiteradas veces desde niñas, pero ahora pareciera que la distancia entre ambas era más grande. Meneó la cabeza y subió la pequeña escalera de tres peldaños para tocar la puerta, quería creer que estaba pensando mal, que las miradas perdidas de Ayleen, su falta de atención en clases y sus emociones planas, eran por los exámenes antes de vacaciones de verano.
Tres toques con su mano empuñada fueron suficientes para que la puerta se abriera lentamente, tras ella se asomó Jorgen, el padre de la muchacha.
~Bonnibel: -trató de sonreír, aunque algo le dijese que no estaba bien- Disculpe señor Endler, ¿estará Ayleen disponible? Necesito conversar algo sobre la escuela.
~Jorgen: Pasa, pasa, puedes acomodarte en el sofá, mientras llamo a mi hija.
La sala de estar tenía muy poca luz, pero no se atrevió a pedirle que abriera más las cortinas o prendiese una lámpara porque no le gustaba molestar, otra cosa que la hacía lucir sumisa ante los demás. Miró hacia los lados, el lugar carecía de alegría y no podía culparlos, hace un año la madre de Ayleen había perdido la batalla contra el cáncer de mama. ¿Sería entonces ese el motivo de su cambio de conducta? No, meneó la cabeza, eso no era así. Tras unos minutos apareció el señor Endler con una bandeja, una jarra con jugo de naranja y un vaso lleno de este.
~Jorgen: Puedes beber un poco, dijo que se cambia de ropa y baja enseguida.
~Bonnibel: Muchas gracias –Estiró la mano con timidez para sostener el vaso y tomar un poco, no quería ser descortés- ¿Cómo ha estado?
~Jorgen: ¿Cómo has estado tú? –Entrecerró los ojos con lentitud- ¿Te sigue yendo tan bien como siempre?
~Bonnibel: No es algo de lo que me guste presumir, pero sigo como siempre, esforzándome día a día –Miró el jugo y volvió a beber, un escalofrío la hizo temblar por completo- ¿Tardará mucho en bajar?
~Jorgen: No seas impaciente Bonnibel, Ayleen tardará mucho en bajar, no se ha sentido bien últimamente –Cuando bajó el tono de su voz, la rosada se mordió el labio asustada, su instinto le gritaba que se fuera de este lugar- No te muerdas el labio. ¿Nunca te dije cuán hermosa te ves haciendo eso?
~Bonnibel: Señor Endler –Se ahogó con su propia voz, el pánico era enorme. Aquel hombre de un metro y ochenta y ocho de altura, cabello rubio grisáceo y mirada opaca, bordeaba los 50 años, era una muralla gigante a su lado. ¿Qué podía hacer?- No diga esas cosas yo cre.... creo... -Sus extremidades empezaron a quedarse dormidas, apenas tuvo tiempo de mirarlas cuando sintió como el sueño la estaba embargando- ¿Qué... que hi... hizo?
No podía gritar, no estaba perdiendo la consciencia, pero su cuerpo estaba con los reflejos demasiado adormecidos como para moverse con fuerza o gritar. Con una mirada gris y casi diabólica, Jorgen Endler caminó hacia ella, se sentó a su lado y lleno de aquella asquerosa lujuria le susurró al oído.
~Jorgen: Ayleen sabe que no debe hablar, que a papi le gustan las adolescentes preciosas como tú, llenas de temor, débiles. Ayleen ha tenido que ser castigada muchas veces por intentar escapar, así que tú, pequeña puta, no debes decirle a nadie -Besó su mejilla, mientras Bonnibel lloraba en silencio sin poder expresarse, miraba hacia los lados, todo se estaba volviendo borroso- Ayleen no está en condiciones de bajar, pero yo puedo recibirte.
~Bonnibel: Bass... basta, por favor –Susurró a duras penas.
~Jorgen: Te has convertido en una mujer, Bonnibel –Introdujo su mano caliente bajo su camiseta para tocarle la cintura en forma de círculos- Realmente eres... -cerró los ojos tragando saliva- eres una mujercita hermosa. Dejarás que pueda verte sin ropa –Le tomó la barbilla y se la ladeó hacia el costado derecho- ¿Ves ese mueble al fondo? Contiene un arma cargada con balas, si te niegas, puedo caminar hacia tu casa, abrir la puerta de una patada y matar a tu mamá y a tus hermanas. ¿Quieres eso? –La rosada negó llorando sin emitir ruido alguno, su alma se estaba desgarrando por dentro, en cuestión de minutos la estaba matando y corrompiendo en todas las formas más sucias posibles- Entonces deja que te saque la ropa para verte, toca aquí entre mis piernas por mientras, suave, toca, toca.
-Fin flashback-

ℬℯ𝓉𝓌ℯℯ𝓃 𝓁ℴ𝓋ℯ 𝒶𝓃𝒹 𝓉𝒾𝓂ℯ [𝒜𝒹𝒶𝓅𝓉𝒶𝒸𝒾ℴ𝓃 ℬ𝓊𝒷𝒷𝓁𝒾𝓃ℯ♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora