Adiós

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No hablé con nadie, cogí mis cosas y me metí en un taxi.

Tampoco quería ver a nadie.

Solo quería llegar a mi casa y encerrarme en mi habitación.

Las fotos que llenaban las redes eran de todo menos agradables.

"Pablo Gavi, tras su debut en el mundial, y después de los rumores de tener un romance con la novia del famoso Eric Ruíz, ha sido visto besando a una nueva extraña en una discoteca"

Esa era la cartelera que más se repetía.

Junto a unas cuantas fotos de Gavi besándose con otra chica.

Y no el típico beso que duraba un segundo, sino más bien el típico beso que acababa en la cama de alguno de los dos.

Había apagado mi teléfono por completo.

Y no pensaba encenderlo de nuevo.

No después de haber visto eso.

Yo no había querido besar a Eric.

Él sí que había querido besar a esa chica.

No iba a mentir diciendo que no me había comparado con ella, con su cuerpo delgado, su pelo oscuro precioso y su cara bonita y redonda.

Yo a su lado no era nadie.

No era nada.

Pagué al taxista y me bajé cuando me dejó delante de mi casa.

Alguien estaba sentado en las escaleras de mi casa y me tensé al verlo, pero mi cuerpo se relajó cuando levantó la cabeza y me miró.

Pedri estaba ahí, con la mirada compasiva.

Al verlo, mis ojos se inundaron de lágrimas sin poder evitarlo y él no dudó en abrazarme y ayudarme a abrir la casa.

Entró conmigo y se sentó en el sofá, abrazándome a mi con fuerza, sin dejar que me rompiese del todo, aguantando todos mis pedazos como podía.

Estuvimos horas así, hasta que tuve la fuerza para levantar la cabeza, mirarlo y hablar.

- ¿No me quiere? -murmuré con la voz aun temblándome un poco.

- Creo que te quiere demasiado, Val, y verte besar a Eric en directo para él fue un golpe tan duro que no supo hacer nada más que vengarse. -acarició mi pelo con cuidado.

- Yo no besé a Eric, no quiero estar con él, ya no. -aseguré.

- Lo sé, y cualquier chico daría lo que fuese por estar contigo, pero Gavi, él solo está enfadado, dale tiempo.. -intentó calmarme.

- ¿Crees que me perdonará? ella es muy guapa. -murmuré.

- Val, él no tiene que perdonarte nada, tu tienes que perdonarle a él, tu no has hecho nada malo. -aseguró, pero yo no estuve tan segura de eso.

Me seguía sintiendo culpable.

Mi estómago rugió.

- Le quiero, ¿sabes? y no sé que hacer ahora, nada de esto tenía que pasar. -di vueltas al anillo en mi dedo.

- Primero que nada, ¿cuánto hace que no comes? -preguntó mirándome muy serio a los ojos.

- No sé. -admití.

- Ven, vamos a comer algo primero, y luego vamos a arreglar esto. -se levantó y me levantó como si fuese un cojín del sofá.

Me sentó en la encimera de la cocina y me miró, palmeando mis rodillas y sonriéndome.

Silencio +18 - GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora