Sevilla

23.8K 1K 203
                                    

El equipo tenía unas semanas de descanso y Gavi no dudó en coger dos vuelos a Sevilla para ir a su casa.

Estaba tan ilusionado para presentarme a su grupo de amigos y a su familia que no había sido capaz de decirle que no a nada, así que ahí estábamos, en el aeropuerto, subiéndonos al avión.

No me podía creer que después de todo estuviésemos yendo hacia su casa, con su familia, amigos de la infancia y sobre todo, estando juntos.

El tiempo en el avión pasó tan rápido que cuando me di cuenta, estábamos en un taxi de camino a su casa y los nervios empezaron a invadirme.

- Ya conociste a mi familia, mi madre también te va a adorar y por la noche iremos a casa de un colega, ellos también quieren conocerte. -intentó calmarme, pero yo ya estaba de los nervios.

- No sé si les caeré bien. -admití y él tiró de mi mano hacia él.

Me envolvió en un abrazo.

- Te adorarán al igual que hago yo. -aseguró.

Dejé que me abrazara y me quedé en su pecho, adorando su aroma y su calor contra mi cuerpo.

Joder, le quería tanto que me daba miedo no encajar bien en su mundo.

Y por suerte, la llegada a su casa fue perfecta.

Aurora, su hermana fue la que más se emocionó al verme, me presentó a su madre, que me aseguró que era más que bienvenida a su casa y que Gavi era afortunado de tenerme como novia.

Nos pasamos la tarde hablando con sus padres y su hermana en la terraza de su casa, me sentía bien, acogida y feliz de estar ahí aunque los nervios me hubiesen jugado una mala pasada.

- Iremos a casa de Cristóbal a pasar la noche, volveremos tarde. -comentó Gavi levantándose y extendiéndome la mano para ayudarme a levantarme a mi también.

- Pasadlo bien. -sonrió su madre con ternura y yo le sonreí de vuelta.

Aurora paró un segundo a Gavi y se dijeron algo en susurros.

No presté mucha atención mientras iba a por mi bolso y Gavi volvía conmigo.

- No seremos mucho, solo mis mejores amigos, son los que quieren conocerte. -habló pasando su mano por mis hombros. -y mi hermana nos deja el coche, así que te toca conducir. -sonrió dándome las llaves.

Solté una carcajada.

- ¿Algún día vas a sacarte el carnet? -le pregunté riendo mientras nos metíamos al coche.

- Algún día, ángel, pero me gusta verte conducir, estás muy guapa. -sonrió y yo golpeé su hombro soltando una risita mientras arrancaba.

Gavi me indicó el camino mientras íbamos hablando sobre sus amigos hasta que llegamos a una casa que estaba, literalmente, llenísima de gente.

- ¿Pablo? -murmuré viendo a toda esa gente.

- Joder, me dijo que solo seríamos los de siempre y ha montado una puta fiesta. -gruñó Gavi a mi lado.

- ¿Toda esta gente son tus amigos? -pregunté asustada.

- No todos, la mayoría no los conozco, los míos deben de estar dentro, vamos. -salimos del coche y él no dudó en entrelazar su mano con la mía.

Mientras se abría paso entre la gente, muchos de ellos le saludaban sonriendo y con palmadas en la espalda, a lo que Gavi respondía igual, pero sin soltar mi mano ni pararse a hablar.

Hasta que llegamos al salón, donde había dos sofás en los que unos cuantos chicos estaban sentados hablando.

Cuando le vieron se levantaron corriendo y se fundieron en un abrazo todos juntos.

Silencio +18 - GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora