Cásate conmigo +18

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Los amigos de Gavi se habían ido y sus padres y Aurora aun no habían vuelto.

Así que no dudó en quitarme el bikini mojado en una de las hamacas y empezar a besar mi cuerpo a su antojo.

Estaba oscuro y no podían vernos fácilmente, así que me relaje bajo sus caricias y me dejé llevar por él.

Su respiración era lo único que era capaz de escuchar, acelerada, nerviosa.

Sus manos estaban en mis pechos, jugando con ellos en la oscuridad.

- Pablo.. -gemí cuando pellizcó con cuidado uno de ellos.

Escuché su risa llenar el aire y mi corazón trastabilló.

Él me elegía a mi.

Había podido irse, en cualquier momento, y ahí estaba, conmigo, porque él quería.

Sus besos subieron por mis pechos hasta mi cuello.

- ¿En qué está pensando esa cabecita tuya? -murmuró sobre mi cuello, con besos suaves y lentos.

- En que no quiero perderte. -admití, y decirlo en voz alta sonó más doloroso que tan solo pensarlo.

Sus ojos encontraron los míos con la poca luz que nos dejaba ver en la oscuridad.

Estuvo unos segundos mirándome, sus ojos brillaban y su sonrisita me indicaba que estaba tramando algo.

- Entonces cásate conmigo. -me tomó tanto por sorpresa que ahogué un grito y dejé de respirar durante unos segundos.

- ¿Qué? -pregunté, totalmente atónita.

- Cásate conmigo, ángel. -murmuró de nuevo, esta vez estaba serio.

- No juegues conmigo, Pablo. -hablé, mi voz temblando.

Sus manos estaban en mi cintura, apretando con suavidad.

Ahora solo me miraba.

Los dos estábamos casi desnudos.

Joder.

- No juego Valeria, ya no. -admitió.

- Yo tampoco. -admití también.

Le quería.

De verdad.

- Entonces cásate conmigo, vive conmigo, hazlo todo conmigo. -pidió.

- Valeria Paez, suena bien, ¿verdad? -la tensión del momento disminuyó y él soltó una risita.

- Me tomaré eso como un sí. -y atrapó mi boca entre la suya, besándome y calentando el aire y el ambiente de nuevo.

Sonreí sobre sus labios y una risita se me escapó.

Gavi gruñó y se apretó más a mi.

Solté un gritito cuando sentí como dos de sus dedos se colaban entre mi parte de abajo del bikini.

- Silencio, ángel. -susurró y yo me mordí el labio.

Sus dedos bombeaban contra mi, haciendo un ruido obsceno y sordo que me estaba llevando al límite.

Era lo único que se escuchaba a parte de nuestras respiraciones.

Atrapé su boca de nuevo cuando casi se me escapó de nuevo otro gemido.

Un tercer dedo se había colado y yo iba a perder el control en cualquier momento, si es que no lo había perdido ya.

Los besos de Gavi bajaron de nuevo hasta mis pechos, atrapando mi pezón entre sus labios, succionándolo y lamiéndolo como a él tanto le gustaba.

Silencio +18 - GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora