Especial 3: Marcas

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Buenas, buenas, aquí llega el tercer especial.

Para quienes recuerden el capitulo de "Sadismo", sepan que este está ligado a dicho capítulo, por lo que ya saben qué esperar. Como siempre, si ven algún error, avísenme.

Sin nada más que decir, les deseo una feliz lectura y más momentos de homosexualidad en su vida.



La luna de miel era aquel momento en el que a la pareja recién casada se le permitía vivir en una burbuja y era socialmente aceptado que no le prestarán atención al mundo. Era visto como un previo a la vida de casados, un tiempo en el que crear recuerdos hermosos y románticos para la posteridad.

Bueno, eso sí la pareja no era la de Jeonghan y Seungcheol, y es que pedirle a estos dos que tengan una luna de miel "tradicional" era como pedirle a tu perro que deje de mirarte mientras comes, simplemente imposible.

Pero, ¿Qué es eso que hace esta pareja recién casada, que rompe con todo lo tradicional de su luna de miel? Bueno, no se tú, pero pedirle a tu novio/dom que te corte, no entra en algo precisamente normal.

Retomemos.

-¿Quieres que te corte, Cheol? ¿Estás seguro? -preguntó cuando su, aún prometido, le había pedido eso como regalo de bodas.

-Tengo está fantasía de... ser marcado, ¿entiendes? -comenzó a explicarse- La idea de pertenecerte es... exquisita. Llevar tu marca sobre mi piel se sentiría más real que firmar un papel.

-¿No es suficiente con hacerlo de forma legal?

-Ya lo dijiste, es algo legal, algo para los demás... Esto es, más que todo, para nosotros. Realmente quiero que talles algo tuyo en mi.

-Amor, nunca he cortado a nadie ¿Y si te lastimo de verdad? -Jeonghan no era un dominante que dudaba a la hora de complacer a su sumiso, al contrario, solía satisfacerlo en sus pedidos y no lo pensaba dos veces cuando la solicitud le permitía dejar salir su lado más perverso y poder disfrutar del dolor del otro. Pero nunca había utilizado cuchillos y menos cortar a alguien adrede.

Seungcheol le estaba pidiendo que firmara sobre él, que tallara algo de sí mismo en su cuerpo como si lo "reclamara como su propiedad" y él no podía creer las ganas que tenía de hacerlo. El hecho de pensar en su hombre, con su huella marcada de manera permanente en su cuerpo, hacía que quisiera ponerlo sobre sus rodillas y premiarlo por esa solicitud. Pero claro, tan rápido como vino esa emoción, la nula experiencia que tenía le hizo volver a la realidad. ¿Y si cortaba en un lugar delicado? ¿Y si se pasaba? Más allá de cumplir las fantasías, un dominante se encargaba de la seguridad de su sumiso y Jeonghan no se molestaría en negarse a esa petición si sentía que Seungcheol estaba en riesgo.

-Por eso los cortes son con poca profundidad y en lugares estratégicos -explicó-, es imposible que me dañes. No es como si te pidiera que cortes en el cuello y la cara. Solo... de verdad quiero cumplir esto.

Jeonghan miró el rostro implorante de su novio, evaluando que tan en serio era aquella petición. No quería negarse, solo estaba preocupado por hacerlo mal y Seungcheol se veía realmente entusiasmado con la idea (aunque él también lo estaba). Suspiró, consiguiendo una sonrisa por parte de su novio, pues este sabía que esa era su reacción previa al "si".

-De acuerdo, lo haré, ¡pero! -dijo en cuanto notó la emoción de Seungcheol- primero le pediré a Soyeon que me dé unas lecciones; no me arriesgaré a lastimarte. En cuanto lo domine, te marcaré.

Seungcheol no se contuvo y besó con alegría a Jeonghan, quien solo pudo responder con la misma emoción. El beso se tornó sucio en pocos segundos, haciendo que ambos decidieran que era el momento perfecto para una ronda.

30 Days Smut Challenge - JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora