Día 2

8.1K 407 47
                                    


Día 2: Hablar durante el sexo

Las parejas tienden a tener diversas costumbres o rutinas durante el sexo, sobretodo, quienes tienen una pareja desde hace mucho. Hay personas que usan calcetines, algunas tienden a gritar mucho.

Jeonghan había aprendido a amar las costumbres de Seungcheol, pero aun no entendía cómo ese ser podía hablar y cogerlo como un maldito actor porno sin perder la concentración. Es decir, a Jeonghan le era casi imposible formular una frase coherente durante el sexo, menos tener una conversación...

Pero hay estaban, planeando un viaje a la playa con sus hijos mientras Jeonghan se sujetaba del cabecero de la cama y Seungcheol lo embestía.

– También... recuerda em... ¡Mierda! ¡Ahí! Recuerda empacar el bloqueador.

– Ya lo hice, hermoso – aseguro Seungcheol mientras sujetaba con más fuerza la cintura de su esposo y rotaba su cadera, acariciando el punto dulce de Jeonghan, como a ambos le gustaba –. Hay que ir a la tienda por más comida... no aprietes tanto, cariño, estas asfixiándome.

Seungcheol no era de decir palabras sucias, por lo que la mezcla de un acto tan primitivo y sexi, junto a motes cariñosos, enloquecían al de cabello largo.

– Más rápido, Cheol – Jeonghan estaba a punto de perder la fuerza en sus brazos y dejarse caer de cara contra la almohada –. Ah... P-pensé... que había c-comprado... sufi-ciente – Sintió la mano de su esposo en su cabello, ya sabía lo que venía.

– Vi a Chan y Seungkwan comerse la mitad de los sándwiches – ¿ventajas de que tu chico tenga el cabello largo? Halarlo. Gracias a Seungcheol, la espalda de Jeonghan formaba un arco casi perfecto.

– Recuérdame... por qué los adoptamos – al contrario de lo que muchos pensaban, Jeonghan no tenía el cabello largo por que le gustara su apariencia, la única razón era para que su esposo hiciera, justamente, lo que estaba haciendo – ¿De r-rep-pente... eres d-dulce? Hala más... ¡FUERTE! ¡MALDICION! ¡SI!

– Porque los amas – lo acercó hasta que su espalda tocara su pecho, lo tomó por el cuello y pasó la lengua por este hasta llegar a su oreja, donde después de morder dijo: ...así como amas que te hale el cabello mientras te digo que eres lo más hermoso que he visto.

Jeonghan no consiguió decir nada, más allá de dejar salir un agudo gemido. Amaba la dualidad de Seungcheol.

Volvió a tumbarse, esta vez dejándose caer sobre su pecho, dejando el culo en alto, así Seungcheol haría con él lo que quisiera. Prefería dejarse hacer. Notó una de las manos de Seungcheol acariciando su espalda hasta llegar a su erección.

– No – al sentir el tacto del otro decidió detenerlo –, quiero...

– ¿Llegar solo con mi pene en tu lindo culo? – Quitó la mano de donde estaba, tomó a Jeonghan del cuello y volvió a pegarlo a su cuerpo – Vamos, ángel, responde – demandó al oído del de cabello largo.

– Si – Jeonghan estaba seguro que no había caído a la cama (de nuevo), gracias a Seungcheol; se sentía una muñeca de trapo en los brazos de su esposo, no es como si le importara.

¿Qué persona en el mundo no le gustaría ser jodido por este hombre?

– Por cierto, bebé... pase por nuestra tienda favorita más temprano hoy... ¿Ves esa bolsa junto a la cómoda? – Jeonghan moriría y aun no respondería a la pregunta de cómo Seungcheol no se desconcentraba. Las uñas de su esposo rasparon ligeramente su pecho, exigiendo que respondiera.

– Si... ¡Seungcheol! – Los masajes siempre eran bien recibidos, pero un masaje en su próstata con el pene de su hombre... eso era intento de asesinato para Jeonghan – La v-veo, ¿Qué c-compraste?

– Serás un lindo... ¡ah!... y sexi conejito, amor – la imagen mental de sí mismo siendo cogido por su esposo en un disfraz de conejo, junto a la voz de Seungcheol hablándole al oído, era demasiado para Jeonghan.

Se corrió gritando el nombre del hombre detrás de él, sintiéndose flotando en una nube como solo Seungcheol sabía hacerle sentir. Su esposo se corrió unos segundos después, haciéndole notar la esencia recorriendo sus muslos, cuando salió de él.

– Te dejare dormir solo veinte minutos, corazón – le advirtió Seungcheol mientras lo limpiaba. Lo arropo y le beso el cuello. Aun sentía su mente un poco nublada –. Iré a comprar la comida que nuestros pequeños se comieron antes de tiempo – Jeonghan solo asintió –. Descuida, dormirás en el auto, debes prepararte para otra ronda en la playa.

– Tú me matarás de un orgasmo, algún día – como si me importara, pensó.

– Sería una gratificante forma de morir. Ya vuelvo.

– ¡Y compra más lubricante! – grito al ver que salía de la habitación.

Cuando escucho la puerta principal cerrarse, decidió aprovechar que su esposo lo dejaría dormir. Seungcheol tenía razón, debía reponer energías.

30 Days Smut Challenge - JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora