Día 4: Masturbación

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Jeonghan amaba ser un omega embarazado.

Seungcheol lo consentía, le cocinaba, le compraba lo que quería, le daba masajes y, lo mejor de todo, cada vez que quería tener relaciones, era atendido. Y no eran pocas veces.

Pero ahora estaba de mal humor. Hace meses se había sentido mal por unos días, fueron al médico y este les dijo que tenía una amenaza de aborto. Le había prohibido hacer cualquier esfuerzo mínimo, caminar, incluso al baño, quedaba totalmente descartado. También le había prohibido tener relaciones sexuales y eso era lo que más odiaba.

De por si era perezoso y no le gustaba esforzarse. Y con el tema del baño ¡cojones! Si quería ir Seungcheol lo cargaba e incluso pensó en ponerse un maldito pañal, no le importaba.

¡Quería coger! ¡Quería que Seungcheol, su alfa, se lo cogiera! ¡Estaba caliente, maldición!

Pero no, desde que supieron de la amenaza de aborto y la abstinencia se volvió necesaria para tener a su cachorro, Seungcheol no lo tocaba como quería. Ni siquiera lo besaba más allá de piquitos. No podía vivir de piquitos.

Quería un beso con lengua, dientes, mordidas...

¡MALDICION, QUERIA COGER! ¡AAHHHH!

Se volvería loco si no conseguía un orgasmo pronto. Ni pensar en darse placer a sí mismo, su vientre de siete meses no le brindaba mucha comodidad para hacerlo, por lo que ya no lo intentaba.

– Jihoon, por favor, dime que ya le puedo pedir a Seungcheol que me ponga en cuatro. Voy a morir si no tengo sexo en la próxima hora – le suplico a Jihoon, su médico. Las consultas se habían vuelto a domicilio, Seungcheol no lo podía llevar por su horario de trabajo, así que decidieron darle una llave al doctor y que este hiciera la consulta en su hogar.

– Bueno, ya no hay amenaza de aborto, pero – dijo en cuanto noto como el rostro de Jeonghan había empezado a brillar –... y escúchame bien, Jeonghan, no puedes hacer mucho esfuerzo. Conozco el ansia sexual que tienes, créeme. Cuando estaba embarazado de Kwannie, el pene de Soonyoung pasaba más tiempo dentro de mí que en su pantalón – Jeonghan no evito hacer cara de asco. No quería saber sobre el pene de su primo –. Pero no puedes tener relaciones, un mal movimiento de tu parte o de Seungcheol y puede traerles problemas a ti y al bebé.

Jeonghan suspiro, sintiéndose derrotado – Al menos... ¿puedo pedirle que me la chupe? – pregunto inocentemente.

– Mientras se guarde su pene en su pantalón, tienes pase libre – le dijo mientras recogía sus cosas y se marchaba.

– Al menos ahora puedo conseguir algo mínimo – reviso la hora, faltaba solo media hora para que su alfa volviera. Mejor dormiría.


– Cariño, despierta – escucho la voz de su esposo que lo despertaba. También sintió la mano de este en su vientre –. Alguien esta alegre de que llegara – comento al sentir como se movía su hijo –. Hannie, te traje la cena.

– No quiero, quiero otra cosa – Jihoon le había dicho que tenía permitido y lo quería ahora.

– Pero ni siquiera sabes que te traje – contesto Seungcheol inocente de todo.

– Maldición Seungcheol, no hables, escúchame – el otro callo al escuchar cómo le contestaba su omega. No era raro, solo que prefería callarse a echarse reír, siempre le causaba gracia el descaro de Jeonghan –. Hoy Jihoon me dijo que no podemos tener sexo aún pero, dió pase libre para cualquier cosa que no tenga que ver contigo metiéndomela – Jeonghan, logro sentarse correctamente y atrajo a Seungcheol para besarlo. Ninguna mierda de piquito, quería un beso de verdad.

30 Days Smut Challenge - JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora