Especial 5: Lecciones

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Buenas mi gente bella, aquí aparezco yo con el último de estos especiales y, por lo tanto, la ultima actualización de este reto.

Antes que nada, quiero agradecerle a todas las personas que siguieron esta historia y pedirles disculpas por los períodos tan largos que pasaba sin actualizar. Agradezco de todo corazón cada voto, cada comentario (no tienen idea de cuanto gozo leyendo los comentarios que dejan) y cada mensaje que dejaban. 

Este reto llega a su fin con este capitulo y está dedicado a cada persona que dedicó su tiempo a leer, votar, comentar y dejar un poco de amor en él.

Les informo que este es la segunda parte del especial anterior. Como siempre, avísenme si ven algún error o alguna incongruencia. Les deseo una feliz lectura y un día muy feliz.


No se despertaron a las once, sino a las tres de la tarde. Jeonghan se despertó primero, envuelto entre los brazos de Seungcheol y con un dolor insoportable en su espalda baja. Se quejó más alto de lo que pretendía al intentar moverse, despertando al otro chico quien solo se echó a reír y preguntó si tenía pastillas para el dolor, yendo a buscarla en cuanto le dijo dónde.

Jeonghan admitía que le gustó ser el pasivo, pero el dolor era horrible, aunque no tenía idea si era normal. Él no solía quedarse con las personas después de follarlas, solo se iba y volvía a casa feliz. Ahora que lo pensaba, tal vez debió quedarse en esos momentos y prestarles un poco de aftercare, se sentía un insensible.

—¿Cómo carajo hay chicos que hacen esto regularmente? —se quejó. Seungcheol masajeaba su espalda baja mientras se reía. No había dejado de hacerlo desde que despertó y Jeonghan ansiaba borrársela.

—Bueno, debo confesar que fui un poco duro para haber sido tu primera vez, pero el dolor no durará más que unas horas, tranquilo. Solo evita sentarte, te dolerá menos.

—¿Qué fuiste un poco duro? —preguntó casi gritando y levantándose sobre sus codos— Siento que me rompiste el culo.

—Pude ser más agresivo, pequeño, en serio —aseguró, haciendo que volviera a acostarse—. Además, ¿niegas que te gustó?

—No... —dijo en voz baja, un poco avergonzado— si me gustó... solo que no imaginé que doliera tanto después.

—Es normal si es tu primera vez así, con el tiempo el dolor va quedando atrás.

Estuvieron en silencio unos minutos, Seungcheol aún masajeando la espalda de Jeonghan y repartiendo caricias a las marcas de sus nalgas. Se sentía mimado y felizmente se dejaría mimar para eliminar ese horrible dolor. Cuando el pelinegro dijo que lo ayudaría a lavarse y que luego pediría comida para ambos, no pudo negarse a ninguno. ¿Cómo lo había nombrado Minghao? ¿Príncipe de almohada? No es como si hubiera participado mucho anoche. Jeonghan comenzaría a autoproclamarse un príncipe de esos si iban a tratarlo así al día siguiente.

Cuando el pelinegro lo llevó al baño y estuvo frente al espejo, no pudo evitar abrir los ojos ante su estado. Su cuello estaba lleno de chupetones y marcas de mordidas, al igual que su pecho, tenía moretones en la cintura con la forma de dedos y sus nalgas estaban rojas. Miró a Seungcheol a través del espejo y este solo miraba su cuerpo con orgullo, cosa que no le extrañó a Jeonghan.

—¿Tienes una filia con marcar acaso?

—Me gusta marcar lo que es mío —dijo acercándose y tomándolo por la cintura, pegando su pecho a la espalda de Jeonghan.

Esa declaración le provocó un escalofrío y sumado a la mirada que le dirigía Seungcheol desde el espejo, hizo que Jeonghan quisiera volver a la cama para que se lo volviera a follar.

30 Days Smut Challenge - JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora