Día 12: Beso Negro

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Jeonghan y Seungcheol eran una pareja bastante abierta a experimentar. Eran pocas las veces que alguno se negaba a hacer algo pero, luego de que hablaran un poco sobre el tema, terminaban haciéndolo de igual forma.

Ellos mismos decían, si no es con tu pareja ¿con quién? ¿Qué sentido tenia tener sexo siempre de la misma forma y nunca hacer algo nuevo?

Para ellos era algo normal.

– Quiero hacerlo, Cheollie, en serio – insistía Jeonghan. Esto, definitivamente, era algo que no se esperaba.

– ¿Pero no sería algo raro, Hannie? – pregunto algo inseguro de si acceder a esto o no.

– Por supuesto que no – contesto bastante seguro –. Tú me lo haces todo el tiempo y se siente espectacular. Déjame mostrarte lo bien que se siente.

– Hannie...

– ¿Sabes que eso no te haría más o menos hombre? – pregunto el más delgado, comenzando a molestarse. Seungcheol noto rápidamente su cambio de ánimo y se apresuró a aclarar las cosas.

– No es eso, cariño – le dio un rápido besos en las manos, evitando que este se apartara –. En realidad, si tú quieres ser de activo algún día por mí no hay problema pero... no deja de ser un poco incómodo para mí.

Jeonghan se relajó ante esa afirmación. Algo que apreciaba bastante de su esposo era la sinceridad que solía tener con él. Si Seungcheol le decía que se sentía incomodo entonces él se haría cargo de quitarle esa incomodidad.

– Déjame hacerte sentir bien, Cheollie – le dijo mientras se subía en el regazo de su novio y comenzaba a besarle la línea de la mandíbula (un punto bastante sensible para el mayor) –. Déjame consentirte.

– ¿Cómo quieres que me niegue si te pones así? – el menor no pudo evitar reírse. En verdad parecía un gatito restregándose en su dueño.

Le quito la franela que portaba el mayor, bajando sus besos al pecho de este. Repartía lamidas, besos y mordidas; también utilizaba sus uñas para marcar la piel del otro, a Seungcheol le encantaba ser marcado por Jeonghan.

Poco a poco, hizo que Seungcheol se acostara en el centro de la cama, dejando los besos en su abdomen para después y subir hasta la boca de su esposo, sin tardar en comenzar una sensual guerra de lenguas y labios; a pesar de estar sobre Seungcheol, el menor perdió el control del beso, dejándose hacer y deshacer del mayor.

Desde su posición, Seungcheol tomo el cabello de Jeonghan, tirando de este con un poco de fuerza (haciendo que el susodicho gimiera sin poder contenerse, le encantaba que Seungcheol fuera rudo), para besar el cuello de este, dejando marcas bastante visibles donde alcanzara. Al mismo tiempo, bajo una mano hacia el trasero de su novio, apretándolo y sacándole otro gemido.

Jeonghan, en medio de un momento de consciencia, se sentó sobre la creciente erección del mayor, separándose de la boca de su esposo. Se quitó la camisa que portaba (una del mayor), quedando solo con un bóxer. Seungcheol aún tenía puesto su pantalón deportivo.

– No trates de distraerme, idiota – le reclamo al chico que tenía debajo de él. Llevo sus manos a sus caderas, tomando el pantalón y la ropa interior para quitárselos. Cuando el otro quedo desnudo, no pudo evitar relamerse, excitándose él y al hombre que tenía por esposo.

– Tus ojos comenzaron a brillar – se burló un poco el mayor. La mirada de Jeonghan sobre, no iba a mentir, logro emocionarlo mucho más de lo que estaba –. ¿Te gusta la vista?

– Me fascina, me encanta y me excita –hablo sin pena alguna. No era por nada, pero su esposo estaba demasiado bueno, y la mejor parte, solo era suyo.

– Siempre tan romántico – opino. Jeonghan se bajó de sus piernas y se colocó entre ellas, notando como el cuerpo de Seungcheol se tensaba un poco.

– No te la voy a meter, tranquilo – bajo su cabeza para lamer directamente y sin rodeos la erección de Seungcheol. Le gustaba darle una mamada a su chico y este se la había ganado al acceder a la propuesta de Jeonghan.

Delineaba todo el falo con la lengua, subiendo por este lentamente pero bajando de manera brusca, adoptando el ritmo que, sabia, amaba el otro. Cuando noto lo relajado que estaba, saco el miembro de su boca, bajando esta, pasando por los testículos, que lamio y atendió un corto tiempo, aun sin dejar de atender la erección del otro con su mano.

Bajo aún más, haciendo que el otro abriera más sus piernas mientras trataba de no pensar en lo que se avecinaba.

– ¡Por la mierda! – gimió en cuanto Jeonghan dio la primera lamida en su ano. Jeonghan sonrió victorioso, sabía que le gustaría tanto recibir un beso negro tanto como a él.

Siguió un rato lamiendo alrededor del musculo, solo delineando. Ya para este momento, Seungcheol se encontraba gimiendo y empujando sus caderas contra la boca de Jeonghan. Sentía su orgasmo aproximarse poco a poco, no ayudando mucho el hecho de que su miembro no había dejado de ser estimulado.

– Jeonghan... maldita sea – maldijo, sintiendo como el otro se alejaba un poco para observarlo –. Quiero correrme.

Jeonghan ya entendía por que Seungcheol adoraba hacerlo sufrir. La imagen del mayor respirando pesadamente mientras trataba de decirle a Jeonghan que siguiera, era suficiente para hacer que su orgasmo estuviera cerca.

Regreso a su trabajo, más entusiasmado que antes gracias a los gemidos del otro. Ahora metía y sacaba su lengua, mientras una de sus manos viajaba a su propia erección, masturbándose.

– Hannie... – lo llamo Seungcheol con la voz algo rota por la excitación – estoy cerca, lindo.

Jeonghan lo escucho, haciendo las lamidas más profundas, pasando a chupar también la entrada (aun virgen) de su esposo. Comenzó a acariciarse más rápido, corriéndose en unos pocos segundos, manchando su mano y gimiendo, siendo estas vibraciones, mas sus manos su miembro, lo que llevaron a Seungcheol a correrse, manchando su estómago.

Jeonghan se sentó, aun recuperándose de su propio orgasmo, notando el estado de Seungcheol. No pudo contenerse en lamer el semen del otro sobre su abdomen, pasando la lengua por este hasta que quedara totalmente limpio.

– Entonces – hablo al estar más tranquilo –, ¿si te gusto?

Seungcheol empezó a reírse, notando la pregunta bastante tonta – Por la mierda que sí. Esto en definitiva los vamos a repetir.

– Cuando tú quieras, cariño – el menor se acercó para besar dulcemente los labios de su esposo.

– Pero por ahora – hablo Seungcheol, colocándose rápidamente sobre el menor, volviendo el beso más fuerte y exigente, quitando el bóxer de este, dejándolo desnudo para él –, quiero hacerte el amor muy fuerte, ¿Qué me dices?

– Que quiero que mañana tengas que cargarme por no poder caminar.

– A tus órdenes. 

30 Days Smut Challenge - JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora