30 Days Smut Challenge - Jeongcheol

Día 3: Primera Vez

Había llegado el tan esperado momento para ambos. Y no, no hablo de la boda, eso paso hace más de dos horas, hablo de la noche de bodas.

Ambos estaban nerviosos y asustados, no era para menos pues... era la primera vez de ambos. Ahora pensaran ¿Cómo es eso posible?

¿Seungcheol, con ese cuerpo, virgen? Pues sí, a pesar de que muchas personas aseguraban haber pasado por su cama y decir que el moreno es brutal en ella, no son más que exageraciones de besos calientes que no llegaron a más.

¿Jeonghan, con su actitud traviesa, virgen? Si creen que porque alguien sea sumamente descarado implica que sea muy activo sexualmente... despierten de una vez.

Y no es porque ninguno quisiera, de hecho, lo habían intentado pero nunca llegaban hasta el final, ni siquiera lograron quitarle los pantalones a Seungcheol.

Pero era ahora o nunca.

Mientras Jeonghan tomaba una ducha, Seungcheol estaba sentado en la cama, pensando en que por fin había llegado el dia, por su mente no paraban de aparecer preguntas como, ¿lo haría bien? ¿Sería suficiente? ¿Tendría que hacer de pasivo o activo? ¡No sabía que hacer ahora!

Culpen a los nervios o a su inexperiencia pero decidió seguir un impulso e ir directamente hacia su, ahora, esposo.

Abrió la puerta del baño con cuidado de no hacer ruido, dejándola abierta y fue recompensado por una de las mejores vistas de su vida.

La vista del cuerpo delgado y mojado de Jeonghan era magnifica, y gracias a su pereza de no hacer nunca ejercicio, se podían notar las curvas de su cintura y caderas. ¿Había visto a su chico desnudo antes? No. Era la primera vez que lo veía así y lo estaba disfrutando demasiado (o eso le demostraba su entrepierna), por lo que no lo pensó dos veces antes de desnudarse y unírsele.

Jeonghan no se había percatado de su presencia, al menos no antes de entrar a la ducha con él y lo hiciera pegar un brinco por haberle sujetado de las caderas de improvisto.

– ¡Seungcheol! ¡Qué mierda! Me asustaste – intento girarse para ver a su esposo pero este lo impidió sujetándolo con más fuerza, lo que provoco un gemido involuntario al sentir la erección del otro en su trasero. La vergüenza y la excitación no tardaron en aparecer (aunque negara esto último), de repente era consciente de la situación, de su desnudez, el lugar y el momento. No podía negarlo, él también estaba ansioso y nervioso por su noche de bodas.

Seungcheol por su parte también estaba excitado, quería y anhelaba tocar a Jeonghan, tenía todo su cuerpo dispuesto para él, pero no sabía por dónde comenzar, por lo que se dio el gusto de probar el cuello del rubio. Jeonghan sintió un escalofrió directo en su miembro al sentir como Seungcheol pasaba su lengua por su cuello hasta llegar a su mandíbula.

– Cheol...

– ¿Qué pasa, ángel? – sus manos habían tomado vida propia y acariciaban su cintura y pecho, calentando poco a poco el cuerpo de Jeonghan.

Este logro girarse y en lugar de responder, prefirió besarlo con pasión, deseo y sobretodo, amor. Sus brazos en el cuello de Seungcheol, sin dejar que se alejara y los brazos de este rodeando su cuerpo hasta unirlos sin que se sepa dónde comienza uno y termina el otro, era perfecto. Sus cuerpos encajaban perfectamente.

Jeonghan fue el primero en separarse, y ver a Seungcheol fue suficiente para saber que ambos tenían las mejillas sonrojadas, los labios hinchados y la respiración agitada. Cerró la ducha para luego tomar por el cabello al azabache y volver a besarlo brevemente, ganándose una mordida de este al separarse.