Día 1

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Mimos desnudos, totalmente.    

Para Seungcheol, pocas cosas podrían compararse con las vistas que tenía en ese preciso momento.

Jeonghan en su cama, con las sábanas dejando al descubierto su espalda y sus piernas, señalando su desnudez; con su cabello despeinado por dormir y por la intensa actividad que tuvieron antes de caer en ese estado somnoliento. Seungcheol ya sentía como, poco a poco, crecía su erección.

Se acercó a la cama donde dormitaba su precioso ángel y se acostó a su lado, observando más de cerca esa pálida piel con varias marcas hechas por él.

Pasó las yemas de sus dedos por los muslos descubiertos, maravillándose como se erizaba la piel poco a poco, señal de las cosquillas que le provocaba esa caricia a su novio. Lo sintió removerse un poco pero eso no le detuvo, con la misma delicadez, tocaba la espalda de su compañero, obteniendo el mismo resultó: la piel erizada y Jeonghan removiéndose.

– Sigue – apenas escuchó la orden somnolienta pero decidió darle el gusto a Jeonghan. Pasaba sus dedos por toda la espalda, acercándose lo suficiente para besarle los hombros o darle pequeñas y suaves mordidas – Quitame la sabana, quiero sentirte.

Seungcheol hizo caso y quito la molesta tela que le privaba de tocar y ver libremente a su novio. Jeonghan al sentirse expuesto, pegó su espalda al pecho de Seungcheol. Ventajas de ser muy delgado, pensó al sentir como su novio lo cubría totalmente.

Continuaron con las caricias, ahora mutuas, Jeonghan no desaprovechaba el poder tocar a Seungcheol; éste en cambio, acariciaba toda la piel que alcanzaba y mordía y besaba su cuello y hombros.

Seungcheol decidió jugar un poco, así que tomó su miembro, ya totalmente erecto, y comenzó a restregarlo entre las nalgas de Jeonghan, sin meterlo. En cuanto el otro comenzó a gemir, se movió más rápido, simulando embestidas pero sin siquiera intentar meterlo.

– Sigue así, por favor – Seungcheol quería seguir pero en esa posición no podía acariciar el cuerpo de su ángel como quería; terminó por acostarse totalmente en la cama y trajo a Jeonghan consigo, acomodándolo boca arriba. Jeonghan, en su nueva posición, abrió más la piernas para sentir mejor el miembro de su novio moverse entre sus nalgas.

Era extraño, pero no quería que lo penetrara, quería correrse de ese modo.

– No lo vayas a meter, solo sigue así – se podía escuchar la súplica en la voz de Jeonghan, lo que estimulaba más a Seungcheol.

– Como quieras, pequeño – Seungcheol tomó su cabeza y unió sus labios. El beso no era lento pero tampoco era muy rápido, no era suave pero tampoco rudo; era una mezcla perfecta de todas esas cualidades, excitando aún más ambos.

– Tócate, bebé – el susurro de la voz de Seungcheol en su oreja casi lo hace correrse, Jeonghan era totalmente vulnerable cuando la voz grave y excitada de su novio le daba órdenes, era imposible desobedecer.

Siguiendo con lo pedido, Jeonghan tomó su miembro y empezó a masturbarse al mismo ritmo que el miembro de su novio se movía entre sus nalgas. Los gemidos no se hicieron esperar.

Jeonghan se sentía demasiado estimulado, los labios de Seungcheol en su cuello y la voz ronca llegando a su oído, ambas manos en sus pezones, pellizcando y acariciando, su propia mano en su miembro y el miembro de su novio moviéndose entre sus nalgas; a estas alturas, apenas recordaba su nombre.

– No lo retengas, bebé. Córrete.

Y Jeonghan lo hizo. Se corrió, fuerte y gritando, sobre su estómago. A los pocos segundos Seungcheol le siguió, provocando un gemido bajito en Jeonghan al sentir el semen de su novio sobre sus nalgas y parte de sus muslos.

– ¿Quieres tomar un baño? – preguntó Seungcheol a Jeonghan.

– Olvídalo, quiero dormir.

– ¿En serio no quieres lavarte? – Jeonghan notó la cara sorprendida del mayor, así que solo lo beso.

– Hay un poco de morbo en quedarme dormido con mi semen en mi estómago y el tuyo en mis nalgas – aclaró al terminar el beso. Seungcheol casi se atraganta con su propia saliva al ver como su novio recogía el semen de sus nalgas y lo lamia.

En un movimiento rápido, apresó el cuerpo más delgado debajo del suyo, besando a su novio más duro que antes. – Deja de hacer eso, porque te prometo que lo último que harás es dormir.

– Entonces déjame dormir – se movió lo suficiente para que Seungcheol se acostara a su lado; casi inmediatamente después, posó su cabeza sobre el pecho de su novio.

– Buenas noches, bebé – dijo después de besar la cabeza del menor.

– Buenas noches, Cheol – como respuesta, besó el pecho que tenía por almohada.

30 Days Smut Challenge - JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora