Catorce.

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— Qué estuviste a punto de ¿Qué? — los ojos de Jimin estaban abiertos de manera exagerada por mis palabras.

— mejor grita más fuerte para que se entere medio Seúl.— contesté con sarcasmo, realicé pequeños masajes en las sienes tratando de calmar el dolor.

— ¿Qué mierda tienes en la cabeza? No debí dejarte ir solo... Ayer ibas a cometer una estupidez.

— no grites, me duele la cabeza.— me quejé.

Jimin estaba molesto y lo entendía, yo mismo me quería abofetear por casi cometer tremenda estupidez.

— joder... Esa víbora.— bufó cruzándose de brazos.

El silencio reinó por cortos minutos.

— ¿Qué harás con ji-a?— volvió a hablar tocando un tema delicado.

— no lo sé... No hablemos sobre ella.— murmuré terminando de arruinar mi poco buen humor.

— debemos hablar de ella, Tae-Hyung aún no le ha contado al general ni autoridades sobre la asesina... Pero debemos actuar ya.— hablaba tranquilamente, pero sabía que estaba también afectado.

— en unos minutos minho irá a la escuela, cuando vean a minho irse, comiencen. Primero va a pasar por la interrogación, luego avisaremos a autoridades y habitantes de Seúl que encontramos a la asesina.— avisé con frialdad y Jimin cerró los ojos fuertemente.

— pero pode-

— ya di una orden, ve y cumple.— interrumpí sus palabras con seriedad.

— cómo digas...

††††††††

— llegué.— Jimin confirmó y me crucé de brazos.

Esto es difícil.

— ¿minho salió? — pregunté preocupado por el pequeño.

— sí, al parecer, ya partió a la escuela... Aún te puedes arrepentir.— Jimin trataba de hacerme cambiar de opinión, pero no lo lograría.

— procedan a ingresar.— ordené y cerré los ojos suspirando.

"— te amo...— susurró amorosamente y sonreí.— mucho."

— estamos ingresando.— avisó y abrí los ojos prestando atención a sus palabras mientras limpiaba con el dorso de mi mano la pequeña lágrima que deslizó por mi mejilla.

«Soy la chica que te llevará al infierno.»

Ella me estaba haciendo vivir un jodido infierno, pero seguía amándola.. Estaba estúpidamente enamorado.

— entramos.— lo escuché susurrar.— revisen la casa.— Jimin ordenó y yo suspiré. — ¿Estás bien?.

— estoy perfecto, continúa con tu trabajo, llamaré después.— corté la llamada y escondí mi rostro entre mis brazos.

¿Todo fue falso...? ¿Jamás me amó?.

Quizás fui el único que realmente se enamoró profundamente en esta relación, pero tenía una pequeña esperanza de que si haya sentido, aunque sea un pequeño sentimiento de amor por mí.

†††††††††

— no puso resistencia, se entregó sola.— contestó Tae-Hyung mientras Jimin seguía llorando como un niño pequeño.— al parecer va a cooperar y va a brindar información.

— ¿En dónde está?.— formulé.

— en una celda de la comisaría.— contestó y asentí.— ¿Tú quieres realizar el interrogatorio?

— lo haré, prepara todo para la interrogación.— ordené.

— enseguida.. Estás haciendo lo correcto, llegará una nueva chica.— trató de hacerme sentir bien, pero solo logro enfadarme.

— Jimin deja de llorar y dile a hye-min que traiga toda la evidencia.— ordené y Jimin me dio una mirada asesina.

— cállate jeon.— me señaló amenazante jodiendo mi paciencia cómo siempre.

— Ve, ahora!.— levanté la voz sorprendiendo a los dos. Una mirada de resentimiento fue lo que recibí por parte de Jimin.

Pronto me quedé solo y comencé a alistar los vídeos que Soo-hyang me había enviado como evidencia.

Vamos jeon..

†††††††††

— esté micrófono, nos permitirá escuchar el interrogatorio con más claridad.— comentó hye-min mientras terminaba de colocar el pequeño aparato que se escondía entre mí sacó y camisa.— lo admiro demasiado, señor jeon.. Ha resuelto el caso con facilidad.— sonrió alegremente.

Si supieras que tan difícil es para mí.

— claro, ¿Las cámaras están listas?.— pregunté y ella asintió con rapidez.

— todo está en orden, puede ingresar.— se alejó de mí al terminar.

— ingresaré, no entren hasta que reciban una orden mía.— comenté.

— anotado.

A pasos lentos caminé hasta el cuarto de interrogación, mis manos sudaban por lo nervioso que me encontraba, aspiré una cantidad de aire y luego la expulsé buscando controlarme.

Llegué a la puerta y mis nervios empeoraron, mi corazón latía fuertemente y un pequeño dolor de cabeza me acompañaba.

— buenas tardes.— saludé fríamente al ingresar, no sé de dónde saqué valentía para ingresar, pero lo hice.

Mis ojos se conectaron con los suyo y unas ganas de mandar a la mierda todo me invadieron.

— buenas tardes, detective jeon.— habló con formalidad mientras desviaba la mirada, evitando conectar nuevamente nuestras miradas.

— ¿sabes por qué estás aquí? — pregunté con seriedad.

— asesinato.— murmuró.

— voy a ser directo, señorita yang.. Quiero que des tu confesión sin mentiras.— advertí y ella sonrió levemente.

— no voy a mentir, señor jeon.— asintió levemente y suspiró. Mi mirada recorrió todo de ella, sus manos estaban con esposas.— confieso que asesiné a todas las víctimas encontradas en la universidad central de Seúl, soy la culpable.

Mis ojos picaron al momento de escucharla, tragué saliva con nerviosismo.

— ¿Cuál fue la razón?.

— Mi madre, antes de abonarme para irse con el padre de minho, dejó una deuda grande con un mafioso. Constantemente empecé a recibir amenazas de muerte, él necesitaba ese dinero...— tragó saliva.— pero cuando él, mismo fue a buscarme era una jodida niña cuidando de otro niño, me crío y para saldar la deuda me encargó asesinar a los hijos de un grupo de empresarios que tenían una deuda con él.— sus ojos se volvieron llorosos y.. Me dolió de mil maneras.— lo hice, es fácil saber que si un mafioso te brinda su confianza debes hacer todo lo que diga o puedes morir, minho estaba bajo su poder y yo solo debía cumplir esa "misión" y me dejaría libre.

— lo hiciste..— afirmé y mi mirada se dirigió a las malditas cámaras.

— al principio fue una tortura, el remordimiento no me dejaba dormir, al tercer asesinato todo se volvió normal... Para mi suerte las víctimas estaban en grupo y me fue más fácil así... Y cuándo asesiné a soo-jin, "él" se enteró de que usted se haría cargo del caso...— se quedó en silencio mordiendo su labio inferior aguantando las ganas de llorar, entonces la intriga volvió.

— sigue.— demandé y ella conectó nuestras miradas.

— me ordenó enamorarlo y entregarle pistas falsas, así no tendríamos problemas...

Mi respiración comenzó a fallar.

Me engaño.. Y yo caí.


••••••••

« lo siento por la demora.»




Caso 97.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora