Veintiséis

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Desde un inicio sabía que estaba cometiendo un delito, estaba “jodiendo” mi reputación y aunque en parte era razón, volvería a cometer las mismas acciones, siempre jodería mi vida.. Solo por la linda chica de cabello castaño, ojos miel y un cuerpo que me enloquecía.

— ¿Lo mantendremos amarrado en el sótano?— preguntó yang al verme tan serio y perdido en mis pensamientos.

— sí… Pero no por mucho tiempo, debemos apresurar la misión, cariño.— no quería terminar esta misión y era egoísta de mi parte, pero tenía una razón.

— lo sé, no te preocupes kook, he citado a los dos últimos en el casino central de Jeju.. Terminaremos pronto lo prometo.— acarició mis mejillas y plantó un pequeño beso, la apreté contra mí y aspiré su dulce colonia de frutos.

— estoy preocupado por mi madre y minho..— susurré escondiendo mi rostro en su cuello.— pero no quiero acabar la misión.. No quiero dejarte.

— ya lo hablamos, haré el bien.. Es lo que ambos decidimos y prometimos. Disfrutemos el tiempo que queda y olvidemos aquello.— susurró abrazándome con cariño.— minho y tu madre están bien, tranquilo.

— no puedo yang, ella no contesta mis llamadas..

— nadie les hará nada, están bajo la mira de Namjoon..— susurró con dulzura, mi sangre se congeló al igual que mi respiración.— no pueden hacer nada.

— ¿Namjoon?— pregunté dudoso, ji-a se separó de mí escasos centímetros y me observó con confusión.

— Kim namjoon, farsante, inteligente, manipulador y mucho más.. Es mi jefe.. Claro, después de su padre.— en ese momento dudé hasta de mi propia sombra, todos resultaban tener doble vida.

— N-namjoon me trajo para el caso 97, es imposible que sea él, ¿Con qué propósito me traería hacia ti?— ella soltó una risa y bufó.

— Él está loco, tenía todo planeado.. Quizás sabía que caerías y dejarías el caso.. O quizás tiene algo más por realizar..— suspiré abrumado, mis manos cubrieron mi rostro, soltando el cuerpo de yang.

— joder, mis propios amigos.. Es imposible.

— todo estará bien, namjoon está cuidando de ellos, no te preocupes, es algo cruel, pero no le haría daño a tu madre y a mingo lo quiere aunque lo quiere llevar a su mundo.— susurro lo último con desilusión.

— ¿En quién debo confiar? ¿Quién me asegura que alguien más no me traicionara?— formulé dolido, con poca esperanza.

— confía en tu madre.. Y confía en mí.

††††

— ¿Confesarás o debo arrancarte los ojos?— pregunté con seriedad, la sangre se escurría por sus mejillas gracias al golpe que recibió en la cabeza.

— arráncame los ojos..— soltó en un tono burlón, tenía mucha desventaja, pero aun así me jodía la paciencia.

Soltó un quejido cuándo mi puño impacto en su abdomen, de fondo se escuchó la risita de yang al verlo tan jodido.

— ¿En qué mierda están metidos Kim Tae-Hyung y tú?— pregunté, sus quejidos demostraban que estaba sufriendo y lo supe al momento que escupió sangre.

— Hablaré, pero primero quiero que me sueltes..— solté una risa incrédula y yang se colocó a mi lado observando a Jimin con asco.

— jiminnie eres muy ingenuo…— ji-a hizo un puchero fingiendo tristeza, lo que hizo enfadar a park más de la cuenta.

— maldita perra, juro que me las vas a p.. — otro golpe, pero esta vez fue yang.

— ¿Perra? — soltó incrédula mientras veía a Jimin retorcerse.. Un golpe en los huevos fue suficiente para hacerlo chillar.— esta perra te tiene llorando, esta perra es a la que quieres y no la tienes.. Imbécil.

Tomó el arma sin dudarlo y le disparó en la pierna, sus ojos mostraban irá y por alguna extraña razón me gustó verla de esa forma.. Tan despiadada y decidida.

— J-jódete..— soltó al recibir una bala directa en su pierna, soltó un grito desgarrador y moribundo, suplicó.— h-hablaré, pero jeon, para a esta loca..— su voz sonó diferente, Jimin estaba débil y sonreí.— ya! J-joder.. para.. mierda.. para.— gruñía al ver a yang enterrar una daga en el balazo que tenía en la pierna.

— habla, Te escucho.— jalé una silla de madera y tomé asiento observando a yang dejar enterrada la daga.

— esta-amos.. Mierda ji-a..— gruñó con una fuerza que hasta creí que fueron sus últimas palabras de vida, ji-a había desenterrado con una fuerza esa daga.

— el tiempo corre.. Y me estoy aburriendo park.— solté con seriedad, él entreabrió la boca para articular alguna palabra, pero solo soltó un quejido.— ¿Hablarás?

— p-pertenecemos a una mafia.. Yo solo soy un hombre del líder.. Kim Tae-Hyung es s-su.. mierda.. Su mano derecha.— terminó aquello y miro a yang quién le sonrió de una forma maliciosa.— estoy perdiendo mucha s-sangre.. Necesito ser atendido.

— dejaría que mueras, pero serás una pieza clave para tener a Kim Tae-Hyung.— miré a yang quién asintió con tranquilidad mientras limpiaba su daga.— vendrá una conocida de yang, deberás esperar.

— te odio..— soltó Jimin de repente, sus ojos estaban clavados en mí y sonreí incrédulo.— ¿Por qué fijarte en yang?— su pregunta me hizo reír.

— yo no decido por ella, es yang la que quiere estar conmigo park.. Y el odio es mutuo.— confesé, me molestaba que pensará que yang estaba conmigo solo por qué yo lo quería así.

— ella..

— yo nada, deja de hablar de mí como si yo no tuviera ni voz ni voto, yo tomo mis propias decisiones y créeme que con traidores no me gustaría convivir.— la forma tan directa en la que habló, lo hizo enfurecer, soltó mil maldiciones, pero salimos del sótano encontrando a una amiga de yang quién nos había conseguido está casa para tener a Jimin sin que sospecharan las autoridades.

— lissa, por favor avísame cuando llegue miko.— yang parecía tener una buena relación con esa chica.

— tranquila, lo haré.— nos dio una mirada y se marchó hacia su habitación.

Pronto sentí el cuerpo de yang apegarse al mío abrazándome con tranquilidad, su mejilla se aplastó contra mi pecho y la vi abultar sus labios.

— ¿Podemos salir a comer?— preguntó dudosa, mientras seguía abrazándome.

— podemos, he visto un restaurante cerca.— ella sonrió con emoción y dejó de aplastar su mejilla contra mi pecho para besarme.

Un beso tan tranquilo, mostrando el amor que teníamos.

Caso 97.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora