Veinticinco

6.2K 400 66
                                    

Su mirada estaba centrada en ese bendito libro que tenía toda su atención, habían pasado tres días después de casi morir, yang se mostraba tranquila y algo impaciente por la llegada de park Jimin, quién traería las evidencias que implican a yang en los asesinatos.

Por otro lado, minho estaba bien, mamá lo estaba cuidando como su propio hijo y yang le agradecía aquello.

— cariño..— llamé con dulzura.— la habitación de invitados está lista.

— ¿Crees que Jimin tenga problemas con Kim?— preguntó de la nada, tomándome por sorpresa.

— admito que yoongi me ha contado sobre lo intenso que se ha vuelto Tae-Hyung, pero dudo que intente algo.. Él no puede.— mi seguridad calmó la ansiedad que comenzaba a crecer en ella.

— Tae-Hyung se me hace conocido, no por la apariencia..— aclaró, obteniendo mi atención.— su voz, creo haberla escuchado en una llamada con «él».

Al parecer, yang estaba teniendo una lucha con ella misma, tratando de recordar aquel suceso.. Pero algo no se lo permitía.

— Tae-Hyung jamás estuvo en ese camino, quizás te confundiste cariño..— Tae-Hyung jamás se vio interesado o involucrado en ese mundo, lleno de asesinos y mafiosos.

— su noviecita me hizo sospechar más..— siguió, su entrecejo se frunció.— no sé con exactitud, cómo localizó los vídeos que tenía guardado bajo llave, pero los robó..

— Soo-hyang confesó que tú se los entregaste.— aclaré confundido, sus palabras fueron creíbles, pero ahora empezaba a dudar.

— ¿Por qué entregaría algo que me implica como asesina?

— quizás por qué querías hacer el bien..— soné ingenuo y me arrepentí de mis palabras.

— existe minho de por medio, mientras no esté seguro, no me entregaré.. Amor.— soltó la última palabra con picardía.

— quedan dos víctimas...

— al terminar con ellas, cumpliré la promesa.. No te preocupes, solo cuida bien de minho.

††††

— park Jimin, enano culón.— soltó ji-a con diversión logrando qué el rubio se sonrojará y los celos llegarán.

— habla la de cuerpo hentai.. que c..

— yo también te extrañé.— interrumpí con seriedad y ambos me observaron de una manera burlesca.

— jeon, mi amigo el fugitivo, novio de la asesina sexi.— jugó y yo solo quería que regresará por dónde vino.

— cállate o te voto a patadas imbécil.— gruñí y sus risas no tardaron en escucharse, miré a yang con seriedad logrando qué se acercará a mí y planteará un beso.

Jimin para de reír, dándome una mirada profunda para luego aclarar la garganta y sonreír de una forma forzada.

— bueno, dónde dormiré amigues..— fruncí mi entrecejo, confundido.— soy inclusivo.

— dormirás en el patio como sigas con tus payasadas park.— amenacé.

— ya van a empezar, quédense tranquilos y sin discutir.. Amor deja los celos y jiminnie puedes ir a acomodarte en la habitación de invitados.— ji-a le sonrió amable y simplemente me quedé observando todo.

Jimin estaba raro y lo noté desde que cruzó la puerta del departamento.

††††

Mi garganta estaba seca y no podía dormir correctamente. Estiré mi brazo tratando de encontrar a yang, pero estaba vacío, abrí los ojos con dificultad y aún adormilado busqué a yang, pero no estaba en la habitación.

Con pesadez me levanté de la cama, me coloqué las pantuflas y me encaminé hasta la sala donde suponía que yang se encontraría.

Las luces estaban apagadas, pero mi atención se centró en la sala donde se escuchaban susurros, con rapidez me dirigí a la zona.

Tomaría aquello cómo una conversación de amigos, o bueno, lo estaba tomando así hasta que Jimin volvió a susurrar de una manera para nada agradable.

— ¿Hasta cuándo?— la luz era escasa, solo los alumbraba la pequeña lamparita.

— deja de joder, no sé qué traes, pero te votaré si sigues así.— yang advirtió con molestia, causándome intriga.

— linda, no puede hacer nada, ahora mismo te tengo en la palma de mi mano..— Jimin soltó con burla.

— Ve al grano, park.

— sabes lo que quiero, deja a Jeon y vuelve a Seúl.— no lo pidió, lo ordenó.

— me vale mierda las evidencias que tienes, puedo matarte..— yang sabía lo que hacía, cualquier chantaje era estúpido para ella, pero aún me causaba intriga saber por qué Jimin se estaba comportando así.

— perfecto, mátame, pero en tu conciencia queda que van a morir tres personas casi inocentes.— susurró.

Mi entrecejo se frunció y yang formuló.

— ¿De qué hablas?

— vamos, creí que eras más inteligente yang ji-a.. Pero refrescaré tu memoria, tu suegra, tu noviecito y tu hermanito son los siguientes en aparecer sin vida si sigues así de terca, “cariño”.

No podía creer lo que escuchaba, desde cuándo Jimin se comportaba de esa forma, él era mi amigo de infancia y ahora me traicionaba.. Gran decepción.

— No juegues conmigo park..

— tu tampoco yang, te quiero como mi mujer, pero si necesito matar a medio mundo para que estés a mi lado lo haré.— sus palabras jodían aún más, el sueño se había ido por completo.

— lamentablemente, no tienes los huevos suficientes para hacerlo, estás en Jeju frente a una asesina y mi hermano es..

— y tu hermano está bajo la vigilancia de Kim Tae-Hyung al igual que tu suegra, ahora dime ¿Quién está perdiendo?.

Todo se quedó en silencio por largos minuto, dónde aproveché en caminar a la cocina y sacar la pistola que yang y yo habíamos guardado en uno de los cajones.

Al volver escuché a yang quejarse y maldecir en voz baja.

— no lo hagas difícil, linda, es fácil follarte a Jeon, hazlo conmigo también.

Mi vista se nubló, el enojo y rencor me hicieron actuar, a pasos rápidos ingresé a la sala, quité el seguro de la pistola y lo tomé desprevenido apuntándole la cabeza.

— suéltala antes que haga mierda, park jimin.— su risa se escuchó y yo estuve dispuesto a presionar el gatillo.

— matarme es lo de menos, deberías preocuparte por tu madre, amigo querido.— su tono burlón, colmó mi paciencia.

— suéltala.— volví a ordenar, dejó de ahorcar a yang, se quedó quieto mientras ella lo observaba de una forma rencorosa.

— te juro que si mi hermano y la señora jeon, tienen un solo rasguño, voy a hacer que veas a tus padres morir, maldito hijo de puta.

— más te vale llamar a Kim Tae-Hyung en este instante y avisarle.— aún apuntándole, recomendé.

Todo rastro de valentía, se esfumó en park.

Caso 97.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora