Cinco.

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Señor jeon, ¿Me permitiría enamorarlo?

Sus palabras se repetían una y otra vez… Yang Ji-A me había dejado completamente confundido.

— recién nos conocemos…— le respondí y ella sonrió dulcemente.

— señor jeon, podemos conocernos.— mis ojos estaban centrados en sus hermosos ojos miel, me sentía cómo un chiquillo al no poder controlarme.

— eres menor.— era cierto, era muy mayor para ella, además ella posiblemente solo sienta atracción.

— si le molesta la edad no se preocupe, soy muy madura en una relación.— me guiñó un ojo y solté una risa relajándome.

— aún eres menor, llegará otro chico y te gustará aún más que yo… Solo sientes atracción.— ¿por qué mierda me molestó decir aquello?.

— no necesito su permiso. Lo voy a enamorar señor jeon y usted terminará amándome.— se acercó a mí y la examiné embelesado por la belleza qué poseía, su estatura era algo baja, me llegaba hasta el cuello y era tierno verla ponerse de puntillas para dejar un beso en mi mejilla.

Besó mi mejilla

— entonces inténtalo, no es fácil enamorarme.— le reté y ella levantó ambas cejas, sorprendida, pero luego cambio por un gesto de superioridad.

— no es fácil resistirse a mí.. Le aseguró que lo enamoraré.— comentó tranquilamente.— bueno, señor jeon, debo irme.. Cuídese.— caminó tranquilamente hasta la puerta, pero detuvo su andar al escucharme.

— cuídese señorita yang...— me despedí y ella volvió a caminar apresuradamente saliendo de mi oficina, dejándome completamente confundido y estúpidamente alegre.

¿Qué clase de embrujo me había hecho para caer tan rápido en ella?.

††††††††††

— ¿Verdad o reto?.

— no me jodas Jimin ya estamos grandes para jugar esto.— mi buen humor se había jodido, Jimin me había arrastrado hasta su departamento junto a Tae-Hyung y hye-min.

— no seas aguafiestas, jeon — Tae-Hyung le siguió recibiendo como respuesta una mala mirada.

— vamos señor jeon será divertido…— ahora hye-min insistió.

Rendido, suspiré, sabía que me retarían a algo estúpido e inmaduro y si escogía verdad me atacarían con algo privado.

— verdad… p-

— ¿Qué hacía una estudiante en tu oficina?— preguntó Tae-Hyung y yo bufé. Sabía perfectamente que ese trío de chismosos estaban pendiente a yang.

— hablamos del caso.— respondí cortante y Jimin se empezó a quejar.

— detalles, amigo, eres un… — se mordió el labio inferior comenzando a pensar.— ¿cómo le llaman a los que andan con menores?— Jimin miró a tae buscando ayuda.

— ¿Rompe cunas?— Tae-Hyung respondió con duda y Jimin rápidamente asintió.

— eso.. jeon te gustan las menores.. No lo sabía— Jimin estaba jodiendo mi paciencia.. Pero no lo lograría.

No por ahora.

— me ayuda con el caso y si tengo algo con yang u otra no es su problema.— comenté tranquilamente, pero Jimin no copera.

— es muy bonita. Has visto su tras-

— cállate imbécil.— gruñí exaltando a todos, logrando qué hye-min chillé.

— bueno, bueno, cálmense — Tae-Hyung tomó la botella para proceder a girarla por mi parte, solo le di una mirada de advertencia.

Ella era mía…

A ella le gustaba yo, yo y solo yo tendría su atención.

— hye-min ¿Verdad o reto? — preguntó tae cuándo la botella la señaló, hye-min coquetamente sonrió.

— reto.— respondió y tae me dio una sonrisa divertida.

— besa a jeon.— de los tres a mí.. Qué puta suerte.

— con gusto.— se acercó a mí, pero rápidamente me alejé al notar mi celular vibrar.

Salvado.

Tomé mi celular con rapidez y me levanté del piso para ir directo a la cocina dejándolos en la sala, la pantalla mostraba un número desconocido.

— buenas noches, detective jeon.— respondí con seriedad y recibí una risita.— ¿Seulgi?

— no soy esa… ¿Me engaña?— al escucharla una rápida sonrisa apareció en mi rostro.

— yang, ¿Cómo conseguiste mi número?— pregunté y la curiosidad comenzó aparecer al escucharla balbucear algo.

— ya déjame.— murmuró y yo fruncí mi entrecejo.— señor jeon— me llamó y caí en cuenta de que estaba ebria.

— ¿Yang? — la llamé confundido.

— lamento que vaya a pedirle esto, pero estoy perdida y hay tres tipos que me están persiguiendo.— sonaba asustada, preocupándome aún más.— por favor…— rogó, parecía a punto de llorar.

— cariño, necesito que me envíes la ubicación — estaba preocupado y poco me importó cuándo salí de la cocina y ver tres chismosos ahí.

— lo haré, por favor venga rápido.— susurró con la respiración acelerada. Estaba corriendo.

— iré lo más pronto posible, tranquila.— corrí a la salida tomando mi chaqueta de cuero y llaves de mi auto.

— está bien..

Colgó.

Salí a pasos apresurados hasta el estacionamiento del edificio, me acerqué a mi auto y quité el seguro, sentía miedo de qué le pasará algo.

Ella estaba ebria y sería una presa fácil para aquel asesino y otros imbéciles.

Una vez dentro de mi auto lo prendí y salí con cuidado del estacionamiento, revisé mi celular al escuchar una notificación, al abrir el mensaje de yang presioné la ubicación que me compartía a tiempo real.

— joder..— susurré al notar qué estaba a seis cuadras del club “blue Moon”.

A la mierda la seguridad, presioné el acelerador obligando a mi Mercedes Benz ir con rapidez, ganaría una multa, pero necesitaba salvar a yang.

Los minutos pasaron con rapidez y rápidamente llegué al lugar donde se encontraba, al bajar me encontré un callejón algo oscuro.

— yang!— grité y rápidamente escuché un grito.

Me adentré al callejón y al llegar al final de este me encontré a yang completamente sola, apegada a una pared con la respiración acelerada.

— joder… Una rata— chilló y suspiré aliviado.

— yang ji-a!— grité y ella me buscó con la mirada y cuándo me encontró corrió a mí.

— si vino.. Creí que n-

— no voy a dejar que te pase algo.. Aún debemos ver quién gana el reto.— ella hundió su rostro en mi cuello aspirando mi aroma y sonreí nervioso, con cuidado posé mis brazos alrededor de su fina cintura.

— gracias..— susurró y reí.

— vamos, esté punto, es peligroso y me debes una explicación.— traté de separarme, pero ella me abrazó aún más fuerte.

— no me sueltes..— me quedé ahí abrazándola mientras procesaba lo que estaba comenzando a sentir por ella.. Joder recién nos conocíamos y ya me traía loco.

Yang ji-a, había ganado el reto y sin siquiera comenzarlo.



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« tardé un poco.. pero aquí estoy.»

Caso 97.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora