Veinte.

8.8K 454 93
                                    

Con la respiración agitada observaba a mi linda, yang...

Ella era tan peligrosa..

— ¿En serio te atreviste a dejar que esa puta se subiera encima de ti?— preguntó con diversión fingida.

Estaba celosa o más que eso, sus ojos mieles mostraban molestia y un gran rencor hacia mí.

— necesitábamos la habitación, además ¿De qué te quejas? Ese imbécil te tenía en su regazo.— saqué en cara y molestó, golpeteé la cara interna de mi mejilla derecha con mi lengua.

— era parte del plan.. Joder, esa puta es.. Mierda.— estaba haciendo un berrinche mientras yo estaba ahora cruzado de brazos.

Observé a la mujer tirada en la cama sin vida mientras tenía varios cortes y una daga clavada en la yugular.

Ella la había asesinado y el hombre permanecía inconsciente por la droga que yang le había metido a la bebida..

GHB.

— yang.- la llamé, pero ella seguía centrada en insultarme en mil idiomas.— cariño..— usé un tono de voz suave tratando de quitarle el enojó.

Parecía una niña así..

— maldito, imbécil..— gruñó y reí al verla caminar hasta mí, sus brazos rodearon mi cuerpo y pego su nariz a mi cuello.— eres mío, solo mío, nadie te puede tocar solo yo...

— soy tuyo, pero no siempre voy a hacerme de la vista gorda, ese estúpido te estaba tocando el culo.— comenté con voz dura.

Recordar al imbécil tocando lo que era mío, me jodía a mil.

— y por eso dejaste a esa vieja treparse cómo una puta, encima de ti.. Podías castigarme de otra forma, no de esa.— sus bracitos me apretaron más a ella y entonces cedí a corresponder el abrazo posando mis manos en su culito respingón.

— créeme que te voy a castigar después, pero debes probar un poco de tu propia medicina.. Te divertías poniéndome celoso, ¿Ahora, es divertido?— pregunté y dejó de esconder el rostro para mirarme con un tierno puchero mientras negaba.— sé buena niña y acaba con esto, quiero llegar a casa y follarte.— le di un leve azote en el culo logrando qué soltará un gemidito.— ¿Puedes ser buena niña?— formulé y ella sonrió.

— soy una buena niña..— asintió y reí.— ¿Puedes darme un besito?— susurró y entonces me pregunté; ¿El alcohol vuelve a yang, tímida y aún más sumisa?.

Sin pensarlo capturé sus adictivos labios, saboreé y mordisqueé estos logrando qué soltará algunos suspiros, le di un apretón a su culo y entonces la solté escuchando un quejido de su parte.

— termínalo..— ordené y ella obediente caminó de una manera provocadora contorneando sus caderas y solté una risita.— no me tientes, estoy dispuesto a torturarte si sigues así.— advertí.— si quieres mi polla jodiéndote de la forma que te gusta pórtate bien.— continúe y ella soltó un jadeo ante mis palabras.

— s-sí…— susurró con la voz entrecortada, quizás por la sorpresa y excitación que le causaba mis palabras.

Me acerqué a la mesita que se encontraba en medio de la habitación y tomé la botella de whisky y serví un poco en un vaso de cristal y tomarlo todo de una.

Posé mis ojos en mi dulce yang, quién se encontraba limpiando su daga con un gesto de asco mientras susurraba maldiciones ante la otra víctima.

Una sonrisa maliciosa apareció en su rostro al tener su daga completamente limpia, con cuidado se acercó a su otra víctima, mientras yo bebía otro vaso de ese líquido delicioso.

Una primera cortada realizada en su mejilla y entonces chasqueó la lengua al verme beber.

— ¿Puedo probar?.— preguntó y negué rotundamente.— ¿Por qué?

— continúa.

Así lo hizo, sin quejarse, continúo torturando al estúpido anciano mientras esté seguía inconsciente y entonces sin pena alguna hundió la daga justo en el corazón, causando espasmos repentinos en el cuerpo de la víctima.

Verla asesinar era algo enfermizo... Mientras bebía algo de whisky, ella se encargaba de quitarle la vida completamente a ese hombre.

††††††††††


— de rodillas.— ordené con seriedad y ella sin rechistar obedeció.— me vas a dar la mejor mamada ¿Bien?.— ella asintió.— buena chica.

Algo ansioso comencé quitando mi camisa negra dejando mi torso a su vista logrando ver un brillo lujurioso en sus ojitos inocentes, entonces procedí a quitar mi cinturón de cuero logrando qué jadeara al ver mi erección con más claridad.

— por favor..— susurró deseosa al ver qué me detuve.

Desabroché los primeros botones del pantalón y suspiré al ver cómo quitó mi mano y tomó el mando con desesperación. Continúo desabrochando mi pantalón y lo quitó con rapidez.

— ¿tan ansiosa estás por chuparme la polla?— formulé con picardía, pero todo rastro de este cambio a uno placentero logrando qué frunciera mi entrecejo al sentir su mano acariciar por encima del bóxer mi erección.— oh.. Dios.— susurré en un pequeño gemido.

— estoy ansiosa.— afirmó y suspiré.

Dejó de jugar y tiró de los inicios del bóxer y los quitó dejando mi erección a su vista, relamió sus carnosos labios rojos al ver mi polla bañada en el líquido pre seminal.

Acercó su boquita al glande y dio un sonoro beso a la misma vez que conectaba nuestras miradas.

— cariño..— susurré un quejido al verla jugar.

Abrió lentamente su boquita e introdujo solo el glande chupando este logrando qué cerrará los ojos.

Sus uñas arañaban mi abdomen marcado y entonces procedió a introducir todo lo que podía de mi polla, el espacio restante que quedaba lo agarró con su mano izquierda y comenzó un Vaivén ahuecando las mejillas.

— lo haces.. Tan bien.— susurré nublado por el placer que me causaba su linda boquita.

Gruñí cuando su lengua acarició mi glande logrando qué blasfemará y entonces sonrió y abrió la boca indicándome una sola cosa.

Sostuve en puño su cabello castaño y entonces comencé a enterrar mi polla follando su boquita y entonces hundí mi polla en su boca y la retuve ahí un par de segundos.

— solo yo puedo follarte, nadie puede tocarte, solo yo.. ¿Entendido?— dejé de asfixiarla y retiré mi polla viendo un hilo de saliva unir su boquita con la cabeza de mi polla.

— entendido.— afirmó sonriente y entonces dejé su cabello y tomé su cuello levantándola.

— te quiero en la posición que me encanta, ve.— ordené y ella obediente camina a pasos rápidos hacia nuestra cama y se sube en ella.

Gatea hasta el centro de la cama y se posiciona en esa posición que me mataba, su culo en pompa y su mejilla pegada a la cama, sus grandes pechos erectos listos para ser atendidos.










°°°°°

Lo siento si encuentran faltas ortográficas...


Caso 97.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora