¿Aburrido?
Mucho más que aquella palabra, yang estaba realizando una charla “amistosa” con jung-ho, ver a yang sin intenciones de caminar hacía que se esfumarán los celos, estaba aburrido, pero siempre alerta de cualquier movimiento o palabra que soltaba el hombre.
— jeon — me llamó con seriedad logrando qué arqueará una ceja, al verla tan concentrada en su papel.
— ¿Necesita algo?— respondí formalmente al notar la mirada de jung-ho sobre ambos, lo notaba examinar nuestras reacciones.
Sospechaba..
— los datos.
— enseguida.
Me levanté con prisa, hice una reverencia rápida y salí directo al auto, discretamente observé el lugar siendo resguardado por hombres vestidos de una manera formal con armas en las manos.
No cumplió el puto trato, jung-ho estaba jugando sucio y solo había confirmado mis sospechas.
Con seriedad abro la puerta derecha de los asientos traseros, encontrando..
Nada..
No estaba el maletín.
Mierda.
Con rapidez volteó y veo a los hombres ingresar al lugar seguido de un disparo.
Cerré la puerta con fuerza, me dirigí a la puerta de copiloto abriendo está y dirigiendo mis manos a la guantera, aunque jamás en mi vida había llegado a usar un arma, hoy sería la noche.
Con rapidez cerré la guantera y puerta dirigiéndome dentro del maldito restaurante, jung-ho no era idiota, él sabía que lo estábamos engañando...
Al entrar todos apuntaban a yang, mientras jung-ho sostenía su mentón con fuerza.
— linda puta.. ¿Creíste que me engañarías? — formuló y yo solté una risa seca.
Dejó a yang y volteó con rapidez posando sus ojos en mí ser.
— no seas estúpido, suelta esa estúpida arma y ríndete.— soltó burlón.
¿Aún no había contado lo planeado?
Yang Ji-A había supuesto que esto pasaría, no estábamos perdiendo al revés, ganábamos.
— quién debería rendirse eres tú, wang jung-ho..— su ceja arqueó ante mis palabras.— ¿En realidad caíste en nuestro plan?
— ¿De qué hablas? — podía notar su nerviosismo y vi a uno de sus hombres aparecer con el maletín con supuestos papeles sobre su hijo.
— vamos jung-ho.. Eres tú el “inteligente”, adivina que estupidez has hecho.— mi sonrisa burlona apareció, aun así no perdía de vista a yang, quién estaba quieta sin mover un solo músculo.
— habla de una puta vez!— gritó histérico y solté una risa.
— has caído..— negué con diversión al verlo tragar saliva.— los papeles que implican que tu lindo hijo pertenecía a tu mundo al igual que tú, los tiene alguien más..— solté y di dos pasos hacia adelante acercándome un poco a jung-ho, logrando qué las armas me apuntaran.
Levantó su dedo índice en dirección al hombre que sostenía el maletín haciendo una seña. El maletín fue abierto dejando caer hojas blancas.
— me estás jodiendo..— su incredulidad me causaba diversión.
— tu negocio se va abajo con tan solo chasquear los dedos, así que te recomiendo que sueltes a mi mujer y que bajes esas putas armas.— solté borrando mi sonrisa, mostrándome intimidante.
— podemos olvidar este show, negociamos.. ¿Qué deseas; empresas, dinero, joyas, mercancía..? Solo pídelo y dame los papeles.
— suelta a mi mujer.. Ahora.
Tan solo esas palabras bastaron para qué hiciera lo que pedía.
— suelten armas y arrodíllense.— ordenó y sus hombres hicieron caso, todos se arrodillaron dejando sus armas caer.
La mano izquierda con la que sostenía la pistola temblaba ligeramente pero debía hacerlo.
Yang comenzó a caminar hasta mí, me regaló una sonrisa dulce y una mirada de “estoy bien”.
— arrodíllate y sin trampas jung-ho..— advertí.
— solo dame los papeles jeon..— negué logrando qué su paciencia se esfumará.— dame los putos papeles!
Quité el seguro y dispare sin pensar dos veces, directo al techo logrando qué tiemble.
— cariño vé, y reúne las armas.— indiqué apuntándolo, yang asintió y con agilidad en unos cuantos minutos alejó las armas.
— ¿Quieres retarme? Pronto llegarán más de mis hombres, te harán mierda en segundos.— su odio se sentía en cada palabra.
— ¿Retarte? Tenías un trato con yang, nada de juegos sucios pero adivina.. Desobedeciste y ahora pagarás las consecuencias.
— puedo darles de todo.. Tengo varias mujeres entre jóvenes y mayores, te puedo dar las mujeres que quieras, solo dame los papeles.— insistió tratando de hacerme cambiar de opinión.
Pude notar la mirada de odio que yang le regaló a jung-ho, tomó un arma y le disparó a uno de los hombres que estaban arrodillados.
— ¿Le ofreces mujeres? Tú si eres muy hijo de puta..— incrédula pronunció, sabía que estaba celosa, pero no era momento para emocionarme.
— elimínalos, cariño.— indiqué y como si fuera la señal que estaba esperando desde hace horas, comenzó a disparar sin ningún remordimiento.
Cadáveres rodeados por sangre, mientras jung-ho era espectador.. Él no mostraba arrepentimiento o algo de pena.
Mostraba desinterés.
— ¿Terminaste?
— ¿No te da pena jung-ho?, mueren por tu culpa.— traté de hacerlo sentir mal, solo escuché una risa de su parte.
— tengo más.. No me servían después de todo.— la facilidad con la que hablaba me sorprendía.— ¿Me darás los papeles, jeon?
— ¿Crees que te daré los papeles?
— sé que Kim Tae-Hyung te está buscando y también a la puta de tu mujer..
Yang le apuntó y yo sonreí confiado.
— sé que Kim Tae-Hyung comenzará a buscarte..— sus manos se hicieron puño.
— dame los putos papeles..— gritó.
Podía notar su nerviosismo y las ganas de asesinarme.
— los papeles están en manos de alguien más. Eres un deudor.. Lástima que tu hijo tuviera que pagar.— yang bajo el arma al ver a jung-ho, confundido.
— ¿de qué hablas, zorra asquerosa?
Tomé aire tratando de no matarlo, estaba sobrepasando los límites.
— jung-ho, debes una gran cantidad de dinero y sabes perfectamente a quien, le debes..
— no es tu problema.. Mi hijo no estaba metido en esa deuda.
— pero a él no le importó si tu hijo estaba metido o no, lo mando a matar y ahora sigues tú.— yang se refería al hombre desconocido, como su jefe, nunca daba un nombre.
— t-tú no perteneces a ese tema.. ¿Quién te crees que eres para decir que mi hijo murió por esa puta deuda?
— yo lo asesiné.— yang soltó esas simples palabras, sin mostrar arrepentimiento, solo sonreía...Y cuándo jung-ho estuvo dispuesto a hablar un disparo se escuchó.

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Caso 97.
Storie d'amoreJeon era un detective muy reconocido por sus excelentes casos resueltos. Era un hombre adinerado, soltero, frío, testarudo y orgulloso. Todo estaba en "orden" hasta qué las autoridades de Seúl lo contactaron por un caso realmente escalofriante. El...