Dieciocho.

8.7K 450 61
                                    

Estaba sorprendido... Completamente sorprendido.

— ¿Por qué lo hiciste?.— formulé aún en shock procesando todo.

— es un estorbo, además se metió con lo que es ahora mío.— se mantenía con una sonrisa mientras se cruzaba de brazos.— debía darle una lección

Había amenazado a seulgi.

— ji-a no debes meterte en problemas.— la regañé y ella bufó molesta.— por favor, no pueden encontrarte.

— bien... Cómo digas.

— no le hagas daño.— advertí y ella abrió sus ojos exageradamente.

— la defiendes.— afirmó con recelo y reí.— debí matarla...

Amaba a esta ji-a celosa.

— tranquila, cariño, lo digo por tu bien — observé sus lindas esferas color miel.— si la lastimas… Empeorarían las cosas.

— ajá.

— ji-a..— la llamé en un tono divertido al verla tan cortante y celosa.

— Nonna..— minho apareció con una bolsa de gomitas y las movió ante los ojos de ji-a logrando qué cualquier rastro de enojo y celos se esfumarán.— la señora jeon los compró.

— Oh.. Son de ositos.— dijo enternecida y pronto le pidió uno a su hermano.

— ujum.— minho no podía hablar por las gomitas que tenía en su boca.

— Son dos gotas de agua…— reí negando y ellos se unieron riendo mientras comían gomitas.

Ji-a se acercó a mí y me dio a probar una.

— fresa…— susurré y ella plantó un corto besito en mis labios mientras minho reía.

Ya me había aceptado…

— ¿cuándo tendrán un bebé?— preguntó con inocencia logrando qué ji-a sonriera, pensé que se pondría nerviosa o enojada.

— cuando tengas catorce...— ji-a respondió con tranquilidad.

— falta mucho.— se quejó y con cierto nerviosismo observé mis manos.

— pronto.— respondí tratando de que esté conforme y ji-a volteó a verme apresuradamente.— pero primero, ji-a debe terminar algunas cosas.— sonreí y minho arrugó su nariz con disgusto, pero rendido después de segundos asintió.

— los ayudaré a cuidarlo, lo prometo.— mencionó con inocencia.

— y yo prometo darte un sobrino.— levanté mi meñique y se acercó a juntar su meñique con el mío y también nuestros pulgares sellando la promesa.

— bueno, es hora de empacar...— ji-a esta vez si estaba nerviosa.

— los ayudaré.— minho se ofreció y yo suspiré con cierta felicidad.

†††††††††

— por favor minho, obedece y ayuda.— ji-a llevaba casi una hora advirtiéndole a su hermano y minho estaba comenzando a aburrirse.

— ya entendí Nonna.. Ve con cuidado.— besó su mejilla para luego caminar hasta mí, dejándola completamente confundida.

Estiró su mano frente a mí con seriedad y entonces aclaró su garganta, quizás imitando mi persona.

— cuida a mi hermana y por favor tráiganme un sobrino.— dijo agregando una sonrisa al final, me agaché a su altura y lo abracé.

— la traeré, cuídate y cuida de mi madre ¿Bien?.

Caso 97.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora