Veintiuno

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Mi cuerpo sudoroso se movía al compás del suyo, me encantaba la forma en la que podía dominarla y follarla, era una manera tan excitante.

El sonido de nuestros cuerpos chocando creaba una atmósfera más morbosa, yang no tardó en llegar a su primer orgasmo logrando qué sonriera triunfante.

- j-joder..- susurró con la voz rota.

Salí de su interior y ella giró observando aún mi erección, plantó un besito en mis labios y juguetona creó un camino de besos desde mi mejilla hasta el lóbulo mordiendo ligeramente.

Jadee posicionando ambas manos en sus lindas caderas.

- ¿Puedo montarte, kook?.- formuló y solté una risita al verla tan sumisa.

No tardé en besarla, mordiendo y tirando un poco de su labio inferior, logrando qué jadeará.

- no necesitas pedir permiso, cariño.- susurré y ella sonriente bajo de la cama.

Volteé a verla, ella se acercó dando pequeños besos en mi pecho, subió a mi cuello y entonces sus manos se posicionaron en mi abdomen y empujó levemente.

Me dejé guiar por ella, tomé asiento en la cama y ella con una sonrisita cómplice se acercó sentándose en mi regazo.

Sabía lo que quería lograr.

Podía sentir su húmedo coño frotándose ligeramente sobre mi erección, suspiros brotaron de nuestras bocas, sus ojitos dilatados me observaban con desesperación y deseo.

- esa mujer estaba sentada sobre ti...- susurró y procedí a recargar mi peso sobre mis manos.- pero ella jamás podría darte un orgasmo cómo lo hago yo, jamás.- susurró empalagosa y su mano derecha tomó la base de mi pene.

El glande se restregó contra su húmeda entrada logrando qué mordiera mi labio inferior tratando de no perder el control. Mi mano derecha sostuvo su cuello y apegué sus labios contra los míos.

Se dejó caer sobre mi polla lentamente y gruñí al sentir lo estrechó que era su coño, suspiro en medio del beso y ella se aparta para comenzar a mover sus caderas de una manera profesional, tiré mi cabeza hacia atrás y ella aprovechó en besar mi cuello.

- joder yang.- susurré un gemido y la observé divirtiéndose al escuchar su nombre salir de mis labios.- s-sigue así..- pedí y comenzó un Vaivén rápido.

Sus pechos rebotaban y con gusto tomé el derecho, chupándolo y mordiendo ligeramente.

- mío..- susurró enterrando sus uñas en mis hombros mientras yo me encargaba de torturar sus pechos.

Yang se veía demasiado excitante, su cuerpo se movía sobre mí, sus labios entreabiertos gimiendo mi nombre y algunas maldiciones, sus mejillas sonrojadas mientras lindas marcas ligeramente notorias decoraban sus pechos y cuello.

- mía.- susurré notando el temblor en sus piernas.

La tomé y me levanté de la cama ahora cambiando roles, la acosté en la cama y volví a ingresar en ella de una sola estocada logrando qué su espalda arqueará y soltará un grito.

Comencé un rápido Vaivén, besé sus pechos y subí capturando sus labios en un beso deseoso, pero que también transmitía el amor que sentíamos.

Los celos se esfumaron, pero sabía qué yang seguiría algo molesta.

Unos últimos gemidos rompiendo nuestro beso y ambos compartimos un gran orgasmo que definitivamente a pesar del alcohol que consumimos recordaríamos.

Los espasmos atacaron su cuerpo, di unas ligeras estocadas y finalicé nuestra noche con un beso amoroso.

- te amo...- susurré y ella sonrió dulcemente.

- y-yo también me amo.- jugueteo cerrando sus ojitos.

- yang.- susurré en una queja y ella besó mis labios de una manera corta.

- te amo jeon jungkook.- abrió sus ojitos mirándome fijamente.- te amo mucho.

- también te amo mucho, cariño.- contento por sus palabras, la cargué caminando rumbo al baño.

Entre risas y miradas cómplices terminamos de bañarnos y ordenamos un poco la habitación para luego acostarnos a dormir.

La abracé por la cintura, besé su hombro derecho y la contemplé logrando traer una tranquilidad inexplicable al verla tan pacíficamente durmiendo y me quedé admirándola hasta caer rendido ante el sueño.






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4 días después...

Yang se veía perfecta haciendo cosas tan sencillas como era leer un libro. Se veía tan tranquila e inocente, cualquiera dudaría que ella fuera una asesina.

Nadie nos buscaba por ahora, gracias a yoongi, había hackeado el registro y nuestros antecedentes logrando quedar limpios, las evidencias las tenía Jimin y bueno Tae-Hyung seguía insistente con el caso.

- ¿De qué trata el libro cariño?- pregunté al verla tan entretenida en su lectura.

- Un lindo chico se enamora de la hija de su supuesta esposa...- contó con una pequeña sonrisa y reí ante sus palabras.

- vaya, suena algo loco.. Entiendo tu entretenimiento.- ella soltó una risa divertida.

- créeme que lo que más me entretiene son las páginas más detallistas..- susurró lo último causando un gran misterio.

- ¿Detallistas?- formulé curioso y ella se hizo la desentendida, cerrando su libro, posando sus ojos en mí.

- ¿no te provocan unas fresas?, a mí sí...- cambió de tema y entonces entendí.

- no me cambies de tema yang ji-a.- advertí y ella se apresuró en levantarse del sofá.

Corrió hasta mí y plantó un besito rápido.

- traeré fresas, se me han provocado.- avisó para luego desaparecer de la sala principal, dejándome con mil dudas en la cabeza.

Con curiosidad observé su libro y sonreí maliciosamente, me levanté del sofá listo para caminar hacia el libro pero yang gritó.

- te conozco jeon jungkook, ni te atrevas a poner un solo dedo en mi libro!.- su grito me hizo dejar la curiosidad de un solo parpadeo.

Rendido volví a tomar asiento y al pasar unos minutos yang ingreso con un tazón de cristal con fresas cortadas y chocolate derretido en otro envase más pequeño.

- vamos a comer kookie.- sonriente me levanté a envolverla en mis brazos.

Yang Ji-A era la perfección irreal de la mujer de mis sueños, ella era tan perfecta pero a la vez tan cruel... Pero aun así la amó con todo mi ser.

Amó a yang ji-a y jamás me importaría la opinión de los demás, podría dar mi vida por ella.. Podría perder todo solo por ella, eso lo estaba demostrando... Y ella lo sabía.






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«Lo siento por la tardanza, estoy de la mierda con mi estabilidad emocional... Pero ya tengo inspiración.»

Caso 97.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora