10. ¿𝑻𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒏𝒐𝒗𝒊𝒐?

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𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆

Ayer le pedí a Gareth que me dejara en el bar donde tocamos con el pretexto de arreglar todo para el evento de hoy, no sé cuántas cervezas tomé pero sé que fueron demasiadas porque tengo una maldita resaca.

—Buenos días enana —Ruby abre la cortina y cubro mi rostro con una almohada.

—Buenos días, tenemos exactamente treinta minutos para irnos o llegaremos tarde como ayer —me da un vaso de agua y una pastilla.
—Tómate esto, te hará bien —

—¿Estás enojada conmigo? —

—Si Eddie, se supone que estarías con los chicos del club y llegas a altas horas en un estado no muy conveniente, pudo haberte pasado algo —

—Lo siento enana, se me salió de las manos —sale de la habitación azotando la puerta, no tengo ganas de hacer nada pero aún así me preparo para ir de nuevo al infierno que llaman “colegio”.

El claxon suena, cuando subo, me encuentro con unos rostros que conozco bien.

—¿Billy? ¿Max? —frunzo el ceño.

—Te ves fatal —la pelirroja y Ruby se echan a reír por el comentario de Billy.

—Me contrataron de chofer personal ¿verdad? —la enana les guiña.

—Que listo eres Billy, muy listo —respondo sarcásticamente.

Mi cabeza está por estallar pero tengo que cumplir la promesa de graduarme este año.

𝑹𝒖𝒃𝒚

Billy me abre la puerta del auto y no me puedo resistir a sonreírle, caminamos a la entrada y Eddie desaparece.

—¿Qué clase te toca? —me mira directo a los ojos, me molesta que lo haga porque me pone nerviosa.

—Entrenamiento físico, ¿y a ti? —

—Me toca artes pero tengo entrenamiento —

—¿Estás en el equipo de baloncesto? —asiente, no imaginé que Billy estuviera en el equipo de baloncesto, no parece ser como los otros idiotas.

—Bien, te veo más tarde, bonita —una ligera sonrisa se dibuja en mi rostro.

—¡Hey, hola! —Robin me saluda con la energía que le caracteriza.

—Hola Rob —

—Tienes que ir a los vestidores a cambiarte, ya casi empieza la clase.

𖥸

La clase no estuvo mal, mis piernas duelen pues no estoy muy acostumbrada al ejercicio, el profesor dijo que era todo por su parte y que fuéramos a las regaderas.

Al llegar todas las porristas me miran, entro a una de las regaderas para refrescarme, escucho varios susurros y risas pero lo ignoro.

Al salir me percato de que mi ropa y tenis no están, las observo y ninguna es capaz de verme a la cara, respiro profundo tratando de tranquilizarme.

—¿Alguien vio mi ropa? —pregunto.

—¿De qué estás hablando? —Angela me mira con desagrado.

—Dejé mi ropa aquí y no está —solo se ríen, de otra regadera sale Cassie.

—¿Tu ropa vieja y fea?, claro que la vimos pero no sabemos dónde está —

—Brianna, por favor —dice Cassie, la pelinegra pone los ojos en blanco y después saca mis cosas del bote de basura.
¿Qué diablos les pasa? —

𝑴𝒊𝒍 𝑽𝒊𝒅𝒂𝒔 𝑴𝒂𝒔 - 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora