31. ¿𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒋𝒊𝒔𝒕𝒆 𝑹𝒖𝒃𝒚?

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𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆

Siento mis mejillas húmedas y a lo lejos escucho una voz que dice mi nombre, abro los ojos de golpe pero los vuelvo a cerrar rápido porque las luces blancas me molestan.

Me levanto del sillón exaltado, ese maldito sueño fue tan real que ver a Ruby ahí acostada me regresa mi tranquilidad.

—Eddie, la hora de visita ya terminó —dice Emma, la enfermera en turno.

—Sólo un ratito más por favor, así como ayer ¿si? —

—Bueno sólo cinco minutos, pero ya quita esa cara de cachorro regañado —sonríe y aprieta mi mejilla.

—Quiero estar aquí para cuando despierte —

—Ni siquiera te darás cuenta, siempre que vengo estás dormido —rueda los ojos.

—No he descansado bien, es normal —levanto mis hombros.

—Dejaré que te quedes todo el tiempo que quieras, pero si alguien viene y te encuentra, no me metas en problemas —asiento con la cabeza, Emma me ayuda a no ser descubierto y así puedo pasar las veinticuatro horas junto a mi enana.

Han pasado tres días desde que ocurrió la tragedia, Ruby aún no recupera el conocimiento pero estoy seguro que no tarda en hacerlo, no me he movido de aquí más que para ir a ducharme, afortunadamente nuestros amigos nos han apoyado incondicionalmente.

Robin, Vickie y los chicos del Hellfire vienen después de la escuela, ya sea para platicar con ella sobre su día a día o sobre las próximas campañas.

Los hermanos Harrington no nos han dejado solos, en especial Steve que viene tres veces al día, en la mañana, después de clases y al salir del trabajo, siempre trae consigo un tulipán rojo y lo deja cerca de la almohada de Ruby.

Wayne viene todos los días antes de ir a trabajar.

—¿Cuánto más vas a estar dormida? —me siento en el borde de la camilla.
—Te extraño tanto enana —beso su frente.

—Hola Munson —Steve se anuncia en la puerta.
—¿Novedades? —niego con la cabeza sin dejar de  mirar a Ruby.

—Pasa —

—Gracias —dice mientras coloca el tulipán nuevo.

—Bien en un momento regreso, iré a ver si Martín ya llegó —salgo dejando la puerta entrecerrada.

El motivo por el cual salí de la habitación no fue por Martín, ni siquiera quiero que llegue pues tengo miedo a su reacción, más bien lo hice porque aunque Steve no me lo pida sé que quiere estar a solas con Ruby, creo que le gusta y me preocupa el hecho de que eso no me moleste.

𝑺𝒕𝒆𝒗𝒆

Me asomo para confirmar que Eddie se ha ido, no quiero que se de cuenta de lo que siento por Ruby, es muy celoso y no quiero que me prohíba verla.

—No tardes tanto en despertar pequeña —acaricio su frente mientras un suspiro profundo sale de mi.
—Después puede ser muy tarde —si, esta frase se convirtió en mi favorita.

Mi vista está fija en el monitor, todos sus signos vitales son normales, mis ojos regresan a su rostro, tomo su mano izquierda, me gusta mucho contemplar su belleza, ha estado inconsciente tres días y por lo tanto sus mejillas no han recuperado su color habitual pero aún así se ve hermosa, su perfección es tan irreal.

Con cuidado levanto su mano y deposito un beso en el dorso de esta, mi mente comienza a jugar conmigo, me hace cuestionarme algo, ¿esto habría ocurrido si le hubiera dicho desde el principio lo que sentía por ella?.

𝑴𝒊𝒍 𝑽𝒊𝒅𝒂𝒔 𝑴𝒂𝒔 - 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora