Charles Leclerc. Le llaman Il predestinato. El niño bonito de Mónaco. Rico, famoso pero con un odioso destino que cumplir. Enamorarse no es una opción para él.
Diana De Luca. Un pasado marcado por la tragedia que la ha hecho desconfiar de todo llev...
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📅 SÁBADO 28 DE MAYO DE 2022
📅 DOS DÍAS DESPUÉS
Muerdo de nuevo la pajita de mi refresco fijando mi vista al frente. Ajusto mis gafas de sol resoplando. El sol empieza a ser criminal a estas horas y cuando sea la qualy será peor, me temo. El ambiente cálido de Mónaco es una utopía para los que realmente vivimos aquí.
- ¿A quién buscas? -la voz de mi amigo Lando Norris, y piloto de la escudería papaya me hace fruncir mis labios y beber de nuevo de mi bebida. Mi silencio es suficiente contestación para no decirle nada más.
- A cierta rubia, hermana de mi Ingeniera. Es su crush -le gruño a Carlos y levanto mis gafas de sol fulminándolo con la mirada. Luego dicen que soy yo el que cuento cosas.
- ¿No tienes alguna rubia a la que darle amor? -le digo de manera burlona. Él mueve su cabeza y aprieta su mandíbula con fastidio.
- ¿Qué os pasa a vosotros con las rubias? -nos pregunta Lando girándose para mirarnos. A veces su inocencia me mata. Otras, me parece divertida.
- Que nos gustan -admite Carlos ante mi asombro. Ninguno de los dos emite palabra alguna durante unos minutos, lo que hace que Lando chasquee su lengua y nos abandone en dirección a su escudería.
- No es mi crush .-le digo al madrileño en cuanto hemos perdido de vista al británico.
- ¡Lo dice el que se ha subscrito a su canal de Youtube! -Carlos suelta una carcajada que me hace quitarme las gafas y darle una mala mirada.
- La lengua larga de Darcy te lo ha contado, ¿verdad? tendré que recordarle que Max es mi amigo.
No nos da tiempo a hablar nada más, cuando veo aparecer a las dos hermanas De Luca caminar por el paddock. Se me seca la boca y si, me pongo nervioso, como nunca antes me había puesto con ninguna tía. Bueno, es que ella no es cualquiera. Desde que Valeria me enseñó una foto de su hermana me obsesioné con Diana hasta el punto de seguirla en su canal. Pero no una obsesión mala en modo fan. Es que no sé como explicar lo que sentí al verla en sus vídeos. Ella es guapa. Bastante. Y tiene una mirada y una sonrisa que te atrae nada más conocerla. Y lo que más me gusto es la forma tan amena y divertida en la que se muestra en la pequeña pantalla.
Y si, conocerla confirmó todas mis sospechas. Diana De Luca me gusta. Y me hace sentir bien. Y me atrae demasiado y si, también la deseo.
Las dos chicas se acercan a nosotros, con una amplia sonrisa en su rostro. Amparado por mis gafas de sol, me permito darle un repaso a Diana. Es una locura verla con esos vaqueros tan apretados, los cuales se adaptan demasiado bien a su cuerpo, acentuando esas caderas. Hoy lleva de nuevo el pelo suelto y he tenido demasiados pensamientos pecaminosos con ese pelo alrededor de mi muñeca.
- He conocido a Fernando Alonso -me dice Diana en cuanto está cerca de mi. Puto Alonso. Desde que el niñato este llegó a la Fórmula Uno las tías se mueren por él. La rubia me da dos besos en la mejilla que yo correspondo agarrándola de la cintura.
