Charles Leclerc. Le llaman Il predestinato. El niño bonito de Mónaco. Rico, famoso pero con un odioso destino que cumplir. Enamorarse no es una opción para él.
Diana De Luca. Un pasado marcado por la tragedia que la ha hecho desconfiar de todo llev...
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📆 MIÉRCOLES 15 DE NOVIEMBRE DE 2023
📆 DOS DÍAS DESPUÉS
Le dije a Diana que yo iría a recoger a Arthur a la guardería mientras ella terminaba de dar su clase. En cuanto lo haga, iremos al aeropuerto para coger un avión e irnos a Las Vegas para el penúltimo Gran Premio de la temporada. Si no pasa nada, solo conque Carlos puntúe, será campeón, otra vez. Se lo merece. Por lo duro que ha trabajado y porque es un excelente piloto.
Y yo, bueno, simplemente con sacar un punto más que Max, seré segundo. Difícil, pero no imposible.
Me apoyo en una pared algo alejado del resto de padres. A la guardería de la Fábrica van más niños de lo que yo pensaba y según me contaron, tuvieron que ampliar el número de empleados para poder admitir a todos los niños que lo solicitaron.
Hoy estoy algo más tranquilo porque sé que la presencia de mi padre no me va a perturbar en mucho tiempo. Tuve una pequeña charla con él, en la que solo hablé yo sin permitirle rebatirme. Lo amenacé con denunciarlo por intento de secuestro y un sinfín de delitos más (gracias cámara de seguridad de la urbanización donde vivimos) si volvía a acercarse a nosotros. Incluso André lo llamó para reforzar mi amenaza, y al parecer, se la va a tomar en serio.
Concentro mi mirada en la puerta de la guardería, donde los pequeños empiezan a salir, arrojándose a los brazos de sus padres. Me da mucha ternura ver sus caritas de ilusión buscándolos. Y es entonces cuando lo veo. A la personita que me ha robado el corazón desde la primera vez que lo ví.
Arthur me busca con la mirada y viene corriendo hacia mi con su pequeña mochila. Pero lo que me deja sorprendido, son las palabras que salen de su boca en cuanto se arroja a mis brazos.
- ¡Papi!
Alzo a Arthur del suelo aún conmocionado por lo que me acaba de decir. Siento mi corazón latir demasiado fuerte y como los nervios se apoderan de mi cuerpo. Pero, decido no hacerme muchas ilusiones pues puede que el niño se haya confundido.
- Hola, cariño, ¿Cómo te lo has pasado hoy? –le pregunto caminando con él por el pasillo.
- Muy bien, papi –vale si, no se ha equivocado. Me ha vuelto a llamar papi y yo creo que me voy a desmayar.
- Me alegro mucho, peque.
Decido no preguntarle nada de porqué me ha llamado papi, pues no quiero que piense que me molesta o algo, cuando en realidad estoy emocionado de que lo haya hecho. Caminamos saliendo del edificio a la búsqueda de Diana, la cual se encuentra en la nave de enfrente. Por el camino, Arthur me cuenta todas las cosas que ha hecho hoy en la guardería y las ganas que tiene de irse a Las Vegas para poder ver la siguiente carrera.
Ambos vemos a Diana que acaba de salir de su clase y nos hace un gesto con la mano que le correspondo.
