38. Esa maldita visita

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📅 ️LUNES 4 DE SEPTIEMBRE

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📅 LUNES 4 DE SEPTIEMBRE

📅 TRES DÍAS DESPUÉS

📍MÓNACO

- Me están dando ganas de escribir un libro infantil -Diana inclina un poco más el biberón para que Ingrid pueda apurar su contenido. Mi pequeña sobrina se los bebe de dos en dos, y a causa de ello, luce unas rollizas piernecitas a las que ya les he tirado un par de bocados.

- Pues hazlo si te apetece -alzo mis gafas para mirar como ella coloca a Ingrid en el hombro dándole un par de golpecitos en la espalda para que eructe.

- Pero si lo hago, lo haré con mi verdadero nombre -me confiesa suspirando.

- Plantéatelo entonces. ¿Tienes alguna idea? -le pregunto bastante interesado por lo que ella me cuenta, pues me parece una buenísima idea.

- Varias. E incluso conozco a alguien que me haría las ilustraciones -el modo en como ella se muerde los labios me lleva a pensar que ya lo tiene medio decidido- no sé, Charles. Es solo una idea.

- Sea lo que sea, seguro que saldrá bien -me acerco a mi mujer y alzo mis dedos acariciando su mejilla. Ella curva su boca en una sonrisa que yo le devuelvo. Mi móvil vibra en ese momento y casi sin mirar, contesto. Tenía que haber mirado y no dejarme distraer por mi increíble mujer y mi sobrina- ¿Si?

- ¿En algún momento pensabas decirme que te has casado? -la aguda voz de mi padre me hace dar un respingo en el sofá y chasquear mi lengua con desagrado.

- Yo también me alegro de oírte papá, ¿todo bien? -le respondo con bastante ironía pues lo que menos me apetece es hablar con él.

- ¡Charles Marc Her....!

- Papá, me sé mi nombre de memoria, corta el rollo y dime que quieres -me pongo en pie haciéndole un gesto a Diana. Abro la puerta del comedor saliendo a la terraza. El aire aún cálido de Mónaco, golpea en mi rostro. Me siento en una de las hamacas preparado para recibir, una vez más, sus reproches.

- Mueve el culo y ven con tu mujercita a cenar esta noche a casa. Tenemos mucho de que hablar. Y no es una sugerencia. Es una orden, Charles.

Mi padre corta la llamada dejándome con las ganas de contestarle. Arrojo el móvil a la otra hamaca maldiciendo y diciendo todas las palabrotas en español que Diana me ha enseñado. Cierro mis ojos unos segundos intentando calmarme. Cuando los abro de nuevo, mi mujer está apoyada en el marco de la puerta con la pequeña Ingrid en brazos.

- ¿Estás bien? -me pregunta avanzando hacia donde estoy, pues mi molestia se evidencia en mi rostro, siendo algo que no puedo esconderle a ella.

- Mi padre me ha ordenado que vayamos esta noche a cenar a su casa -comparto mi desazón con mi mujer, la cual abre su boca sorprendida y arruga la nariz con desagrado.

16𝑫𝑬𝑺𝑰𝑹𝑬 (Runner 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora