Charles Leclerc. Le llaman Il predestinato. El niño bonito de Mónaco. Rico, famoso pero con un odioso destino que cumplir. Enamorarse no es una opción para él.
Diana De Luca. Un pasado marcado por la tragedia que la ha hecho desconfiar de todo llev...
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📆LUNES 13 DE NOVIEMBRE DE 2023
📆CASI UN MES DESPUÉS
📍MARANELLO
Arthur lleva un mes con nosotros. Un mes que ha sido una montaña rusa de emociones, tanto por su parte como por la nuestra. Intentamos suplir el vacío que ha dejado su madre lo mejor posible, pero, hay veces que no podemos evitar sus lágrimas al acordarse de ella y eso es algo que me rompe el alma. Alguien tan pequeño como él no tenía que haberla perdido de esta trágica manera. Bueno, de ninguna.
Hoy es la primera noche que pasamos en la casa nueva. Por fin nos hemos mudado, y aunque aún hay muchas cosas por hacer, lo principal está solucionado. Me muevo en la cama algo desvelada. Solo quedan dos premios para que finalice la temporada. Si nada lo remedia, Carlos se volverá a coronar como el campeón de este año. Con solo sacar dos puntos, el campeonato sería suyo.
Con Charles es diferente. Está empatado a puntos por el segundo puesto con Max, y quien falle, lo pierde. Y espero que ese no sea mi marido.
Me doy la vuelta en la cama cuando escucho pasitos en el pasillo. Me incorporo y Arthur aparece llevando de la mano a su peluche de Bluey. Se lo regaló mi hermana y no se separa de él desde entonces.
- Arthur, ¿Qué te pasa cariño? -su carita algo tristona me mira sin saber muy bien que contestarme. Veo indecisión en su rostro y como se muerde el labio algo nervioso- ¿Tu tampoco puedes dormir?
- No, no puedo. Mi cuarto es muy grande -me admite él con la voz algo entrecortada.
- ¿Quieres dormir aquí? –le pregunto abriendo las sábanas. Le hago un gesto con la mano para que se acerque y es lo que hace.
- ¿Puedo?
- Claro que puedes.
Su carita se ilumina en cuanto se lo digo. Arthur tarda poco en venir hacia donde estoy y meterse en la cama. Echo las mantas encima nuestra y me desplazo un poco hacia el centro para que él tenga más espacio. Lo abrazo de la cintura y él parece relajarse en mis brazos.
- Menos mal que insistí en comprar una cama más grande. Vuestros culos la ocupan por completo. Estoy a punto de carme al suelo –la voz de Charles nos hace soltar una carcajada tanto a Arthur como a mi. Al momento, los brazos de mi marido rodean mi cuerpo- ¿Qué te pasa, peque?
- Que mi cuarto es muy grande –le responde él.
- Este cuarto también es muy grande. Estoy pensando en irme a dormir contigo, ¿Qué te parece? -le propone Charles a mi pequeño.
- ¿Y la tía Di?
- A ver, cariño, tu cuarto es un cuarto de chicos y ella es una chica...que se quede aquí -le dice él mientras yo asisto a la conversación sin querer pronunciar palabra alguna.
- Pero estará solita...
- Es cierto -Charles y yo compartimos una mirada sabiendo perfectamente lo que quiere decir mi marido. Acaricio el pelo de Arthur intentando relajarlo para que se duerma.
