𝗡𝗢𝗩𝗢𝗖𝗔𝗜𝗡𝗘, lo'ak

xxi. sabes que intento pero las disculpas me salen mal

𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗𝐈
════════════════════
𝐒𝐀𝐁𝐄𝐒 𝐐𝐔𝐄 𝐈𝐍𝐓𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐏𝐄𝐑𝐎
𝐋𝐀𝐒 𝐃𝐈𝐒𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀𝐒 𝐌𝐄 𝐒𝐀𝐋𝐄𝐍 𝐌𝐀𝐋

── Tahlías p.o.v

—Tengo algo que confesar—. Lo'ak entra en el trailer sin siquiera saludarme primero. Sus manos estaban detrás de su espalda y sus orejas se agachaban, mostrándome que se sentía mal por algo y tenía cierta culpa.

—¿Qué hiciste?— Me acerco a él, cerrando la puerta e intentando ver que tenía detrás suyo. El chico se voltea al segundo, impidiendo que lo hiciera, cosa que me ofuscó un poco.

—Tienes que prometerme que no vas a enojarte conmigo—. Su tono de voz me hace entender que algo malo había hecho y que me afectaba a mí personalmente.

Hoy había sido un día muy pesado para mi gracias al trabajo y la verdad no tenía ánimos para lidiar con algo más. No sabía lo que había hecho y ya comenzaba a enojarme un poco por su actitud.

—Eso solo hace que me quiera enojar—. Le doy a entender que no estaba de humor para juegos ahora y que si en serio no quería verme muy molesta, debía decirme las cosas ahora.

—Déjame empezar de nuevo—. Traga con fuerza y se queda mirándome durante unos segundos. No entendía porqué se comportaba así. Me era imposible pensar en lo que pudo haber hecho para tener miedo de mi reacción.

Me quedo callada, esperando a que dijera algo más o que me mostrara lo que tenía en sus manos detrás de su espalda. Aunque lo duda unos segundos, termina revelando lo que sus brazos escondían.

Mi cámara.

La cámara que le había prestado hace ya un tiempo para convencerlo de ir a la fiesta de Levi. Tantas cosas habían pasado que me olvidé por completo que era él quien la tenía. Y ahora me la estaba devolviendo, con la diferencia de que se encontraba rota.

—Lo siento tanto, Tai—. Tanto su voz como lenguaje corporal me mostraba lo arrepentido que estaba y toda la culpa que le comía por dentro en esos momentos. —En serio la cuidé, pero supongo que tenías razón—. Mi mirada baja al aparato notando como su lente estaba roto, al igual que su pantalla y visor. —Soy un desastre.

Quería enojarme con él, en serio que sí. Porque le había pedido que cuidara de mi cámara porque era algo muy especial para mí, e igual la había roto. Pero por dentro sabía que no podía culparlo.

Lo conocía muy bien y era obvio que algo así iba a pasar. Fue culpa mía por haberle prestado algo tan frágil sabiendo que él no tenía idea de cómo manejarlo con cuidado. Además, el tan solo verlo a los ojos me demostraba lo mal que se sentía por haber roto la cámara.

Nunca lo había visto así, con tanto miedo por mi reacción. Ni siquiera el día que me dijo que estaba enamorado de mí. No quería que me tuviera miedo, no quería que se sintiera así de culpable por algo tan tonto como una cámara.

Sí, me dolía el hecho de que la hubiera roto, pero el verlo de esa manera me hacía sentir mucho peor. Mi rostro se ablanda y lo miro tranquila, demostrándole que había dejado pasar la molestia que tenía al principio y que no estaba enojada con él.