𝗡𝗢𝗩𝗢𝗖𝗔𝗜𝗡𝗘, lo'ak

x. mi gusto en música es tu rostro

𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗
════════════════════
𝐌𝐈 𝐆𝐔𝐒𝐓𝐎 𝐄𝐍 𝐌𝐔́𝐒𝐈𝐂𝐀 𝐄𝐒 𝐓𝐔 𝐑𝐎𝐒𝐓𝐑𝐎

── Lo'aks p.o.v

Hasta hace unos meses, el no tener que hacer nada en el día era lo peor. Básicamente porque no tenía con lo que distraerme para poder olvidar todo durante unas horas. Pero ahora que Tahlía había llegado a mi vida, en realidad amaba los días en los que no tenía responsabilidades.

Principalmente porque a veces coincida con ella y podíamos pasar el día juntos. Hoy era uno de esos días y desde que comenzó la mañana estuve con ella.

Me invitó a su trailer a ver una película y me ofreció el poder de escoger que íbamos a ver. La verdad era que no tenía idea sobre ninguna película o sobre lo que trataban, por lo que escogí lo primero que había en una de las cajas de Tahlía que estaba llena CD's.

La película se llama Un Sueño de Fuga y aunque me estuviera gustando, no entendía mucho de que trataba. Eran temas humanos que desconocía, pero Tahlía intentó explicarme todo siempre que le preguntaba.

Además, el estar sentado junto a ella en su cama, no me ayudaba a prestarle más atención a la película, en realidad todo lo contrario. Pero como siempre, no quería incomodarla, por lo que tuve que contenerme.

—¿Por qué hacían eso?— Pregunto cuando se muestra la escena de uno de los personajes colgándose con una cuerdas desde una viga, quitándose la vida.

Si hubiera sabido, no escogería esta película.

Como lograba entenderlo, muchos humanos tomaban la decisión de suicidarse a lo largo de sus vidas, pero en realidad nunca logré comprender el por qué.

—Hay muchas razones, para cada uno es distinto—. La miro esperando a que continuara, tenía curiosidad sobre el tema. —Pero normalmente era por la depresión.

—¿Qué es eso?— Tahlía detiene la película, dándome a entender que esto era una conversación algo larga y que valía la pena toda la atención.

—Es una enfermedad—. Me mira concentrándose por completo en mí para poder explicarme de la mejor manera. —La gente que la padece suele tener una tristeza persistente y pierde por completo el interés de las cosas que normalmente disfruta hacer.

Su explicación me hace quedarme callado, pensando bien en lo que estaba diciéndome. Siento un malestar en mi estómago al darme cuenta que eso era lo que me había sucedido a mí cuando mi hermano murió y que hasta hace muy poco dejé de sentirme de esa manera.

Viví tanto tiempo triste que sinceramente, olvidé lo que era ser feliz. Ya nada llamaba mi atención. Ni siquiera las cosas que más amaba hacer cuando era pequeño. Mis ganas de disfrutar la vida murieron por completo.

Pero desde que la conocí a ella, volví a recuperar eso poco a poco.

Ella nunca me incitó verbalmente a volver a hacer esas cosas que amaba, como cazar o volar en mi Ikran. Pero no tenía que hacerlo para darme las energías. Su simple presencia me hacía querer vivir la vida y disfrutarla como ella lo hacía. Y le agradecía eternamente por eso.