xxviii. te necesito igual que un corazón necesita un latido

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈
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𝐓𝐄 𝐍𝐄𝐂𝐄𝐒𝐈𝐓𝐎 𝐈𝐆𝐔𝐀𝐋 𝐐𝐔𝐄
𝐔𝐍 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎́𝐍 𝐍𝐄𝐂𝐄𝐒𝐈𝐓𝐀 𝐔𝐍 𝐋𝐀𝐓𝐈𝐃𝐎








── Tahlías p.o.v

—Thalía, ¿qué sucede?— La voz de Norm me obliga a salir por completo del estado de ensimismamiento en el que estaba y prestarle atención al ahora.

Se supone que desde hace una hora tuve que haber terminado el proceso experimental en una de las muestras que habíamos encontrado, pero estaba lejos de finalizar.

Llevaba tanto tiempo pensando en tantas cosas que mi trabajo se había vuelto algo de fondo que solo sucedía para ambientar mis pensamientos.

Me sentía mal por incumplir de esa manera, pero tenía demasiados sentimientos que me carcomían desde hace ya varios días y no podía dejarlos pasar. Pero no me sentía capaz de explicárselo a Lo'ak. Sabía que iba a entenderme, pero no tenía ni siquiera idea de cómo empezar.

—¿Uh?— Volteo a verlo, notando como me miraba de manera que me daba entender que tenía algún tipo de idea sobre lo que estaba sucediendo. —Nada, ¿por qué la pregunta?— No quería bombardearlo con mis problemas sabiendo que ya tenía demasiadas cosas de las que preocuparse.

—Estás en otro mundo—. Toma el beaker que tenía en mis manos y lo deja en la mesa de al lado. Ni siquiera había notado que estaba agarrando esas muestras.

Suspiro pesadamente al darme cuenta que estaba peor de lo que quería admitir. Si quería comenzar a trabajar y ser productiva en algo, tenía que desahogarme.

Lo dudo un poco pero termino rindiéndome ante Norm. Sabía que él iba a escucharme y darme consejos. Además, siempre me subía el ánimo con sus malas bromas, cosa que definitivamente necesitaba ahora.

—¿Cuáles son las probabilidades de que me dejen quedarme aquí?— Utilizo una voz baja como si eso hiciera la situación menos difícil. El rostro sorprendido del hombre contesta mis dudas.

—¿Quieres quedarte aquí?— Su pregunta venía más de la curiosidad que del juzgamiento. Pero todavía me hacía sentir algo mal. —¿Es por Lo'ak?— Claro que era por Lo'ak. Me costaba llegar a explicar las cosas de las que era capaz de hacer por él.

No quería dejarlo solo.

Sabía que Lo'ak había desarrollado cierta dependencia de mi compañía. Era algo que quería acabar porque sabía que el momento en el que yo me fuera, iba a ser imposible para él.

Pero no sabía que hacer o cómo decirle que debía de aprender a tener una vida buena y feliz sin mi presencia. Me mortificaba muchísimo el hecho de que podía volver a empeorar. De que iba a estar solo e infeliz.

—¿Estoy demente?— Quería escuchar la opinión de alguien ajeno a nuestra relación. Porque Lo'ak y yo estábamos cegados por nuestros sentimientos y no íbamos a dar argumentos basados en la razón.

—¿Por querer dejar todo atrás por él?— Asiento levemente, apoyándome en la mesa para estar más cómoda. —No estás demente. Estás enamorada—. Ríe por lo bajo mientras sigue mis pasos y se acomoda al lado mío.

𝗡𝗢𝗩𝗢𝗖𝗔𝗜𝗡𝗘, lo'akDonde viven las historias. Descúbrelo ahora