Karkaroff llevó a Harry al edificio de piedra que había junto a la cochera, en la base de la montaña. Harry no le había prestado mucha atención cuando habían llegado, pero ahora que se acercaban, Harry vio que había dos grandes pilares que prácticamente ocultaban una gran puerta de madera de aspecto pesado que estaba cubierta por lo que parecía un montón de picos de hierro forjado. Karkaroff no se detuvo, puso la mano en la puerta y ésta se abrió automáticamente para él.
-Bienvenido a Dómstaðr, el primer banco mágico, Harry-, dijo Karkaroff mientras lo hacía pasar. Harry se sintió como si hubiera entrado en otro mundo al cruzar el umbral. La entrada de una sola puerta era engañosa, pero al entrar en el edificio Harry recordó rápidamente que estaban dentro de una montaña y el arquitecto que lo había diseñado había aprovechado al máximo las cosas, obviamente, con los techos más altos que Harry había visto nunca, de los que colgaban grandes candelabros que bañaban el interior con una luz cálida. Había quioscos de madera oscura tallada alrededor de todo el nivel inferior y grandes escaleras que llevaban a los niveles superiores, que parecían igual de lujosos por lo que Harry podía ver entre las columnas ornamentadas. Las zapatillas de Harry apenas hacían ruido al cruzar la entrada de mármol, pero el ruido de las botas de Karkaroff resonaba a cada paso a pesar del ruido de las criaturas que había alrededor.
Karkaroff los condujo hasta un quiosco central e inclinó la cabeza ante la pequeña criatura que estaba sentada detrás. La criatura tenía unos ojos pequeños, oscuros y muy juntos, y una nariz muy larga y puntiaguda. Tenía uñas largas como garras al final de los dedos y, cuando sonreía, Harry podía ver hileras de dientes afilados que daban a la criatura un aspecto muy amenazador.
-Buenos días, Razortooth-, saludó Karkaroff. -El señor Potter asistirá a Durmstrang, así que me gustaría transferir su cuenta de Gringotts a tu excelente establecimiento-.
-Excelente, excelente-, sonrió Razortooth. -Tardaremos muy poco. Sólo tienes que entregarme la llave de su cuenta de Gringotts-.
-Me temo que no es tan sencillo-, suspiró Karkaroff. -Como el señor Potter era sólo un bebé cuando murieron sus padres y no tenía parientes mágicos que pudieran ocuparse de sus asuntos, parece que la llave se ha perdido en alguna parte. Le pregunté a Albus Dumbledore si sabía dónde estaba, pero dudo que le sorprenda saber que negó todo conocimiento-.
-No, no me sorprende lo más mínimo-, siseó el Razortooth. -Por suerte, aún es posible transferir la cuenta del señor Potter, pero esto dificultará un poco las cosas. Si subes las escaleras de la izquierda y esperas en la sala de Pirita, Ironclaw llegará enseguida-.
-Gracias Razortooth. Que tu oro fluya siempre-, se inclinó Karkaroff.
-Y que tus enemigos se arrastren a tus pies-.
Karkaroff condujo a Harry escaleras arriba hasta un lujoso despacho donde ya había refrescos esperándoles en una mesita entre dos sillones de felpa, frente a un gran escritorio.
-¿A qué se refiere cuando dice que éste es el primer banco de magos?-. preguntó Harry, pensando que también podría hacer algunas preguntas mientras esperaban.
Karkaroff sonrió a Harry. -Los duendes siempre han sido buenos con el dinero, e incluso en la antigüedad se les utilizaba a menudo para negociar con la gente que quería intercambiar mercancías raras y, al parecer, se podía encontrar un duende en casi todos los mercados. Con el auge del cristianismo y el miedo a todo lo no humano, los duendes tuvieron que dejar de trabajar al aire libre y trasladarse a las cuevas. Esto les ofrecía protección, pero no era muy bueno para conseguir nuevos negocios. Sin embargo, cuando se fundó Durmstrang, ya había enanos trabajando en la montaña en busca de tesoros, así que Nerida Vulchanova hizo un trato con ellos, ofreciéndoles la protección de los magos a cambio de que ayudaran a construir y mantener el castillo. Los goblins de la zona vieron una oportunidad cuando esto ocurrió, ya que los enanos son notoriamente malos negociadores, y se sumaron al acuerdo, estableciendo su base de operaciones al pie de la montaña y permitiendo el comercio inmediato de todos los tesoros que los enanos desenterraran-.
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HARRY POTTER: THE DURMSTRANG YEARS
FanficMuchos habían llamado a Igor Karkaroff un hombre débil a lo largo de los años, pero pocos lo llamarían estúpido; egoísta, sí, pero no estúpido. Esa misma naturaleza fue lo que lo llevó a un tranquilo suburbio de Surrey en julio de 1991. Verá, él sab...