Capítulo 14: The Chasers Game

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Harry se encargó de enseñarles el castillo a los dos chicos nuevos, al menos lo que recordaba de él. No recordaba dónde estaban todas las clases, aunque, por suerte, el cartel no lo hacía necesario. El hecho de que sólo hubiera cuatro plantas era un punto a favor de Durmstrang, ya que Hogwarts aparentemente tenía siete, sin contar las torres y las mazmorras, aunque Malfoy no quedó tan impresionado cuando se enteró de que tanto el laboratorio de pociones como los departamentos de Herbología estaban al otro lado de los terrenos. El golpe se atenuó un poco cuando se enteró de que podían usar toda la magia que quisieran entre clase y clase y tanto Malfoy como Theo dijeron que tendrían que asegurarse de practicar sus encantamientos impermeables y calentadores preparados para el invierno.

Al parecer, la Biblioteca era muy impresionante, al igual que las salas de estudio, algo en lo que Hogwarts no había pensado, pero lo que realmente les impresionó fue la idea de que a los de 1er año se les permitieran escobas, así como jugar al quidditch, algo que no estaba permitido en Hogwarts según Malfoy e insistió en bajar a la lechucería para escribir una carta a sus padres de inmediato para que le enviaran su escoba y pudiera ver la forma de unirse a un equipo lo antes posible. Sin embargo, había cierta confusión con respecto a los equipos; por alguna razón, los dos chicos pensaban que se les clasificaría por casas y que los equipos de quidditch se basarían en ellas. Al parecer, fue una agradable sorpresa saber que habría más de cuatro equipos, y Malfoy se sintió más seguro que nunca de que entraría en uno. A Harry le intrigaba la idea y se preguntaba qué tal sería su vuelo contra el de Viktor.

Harry tardó un poco en encontrar el camino a la lechucería, ya que sólo había pasado por allí antes. Malfoy se las arregló para no hacer ningún comentario, aunque puso los ojos en blanco ante la vacilación de Harry, que prefirió ignorar, lo que le valió una sonrisa de Theo. Harry nunca había estado dentro de la lechucería y se sorprendió un poco de lo limpio que estaba el lugar, dado que era esencialmente un edificio para pájaros, no es que ninguno de ellos estuviera en la zona de la entrada, que tenía unas cuantas mesas y sillas, así como pergamino y tinta, claramente para permitir a los estudiantes escribir cartas en caso de que no hubieran traído sus propios suministros. Se oían bastantes chillidos de pájaros procedentes de una puerta situada al fondo de la sala y Harry supuso que las lechuzas debían de estar encerradas por allí. Malfoy se sentó en una de las mesas para escribir su carta, en realidad parecía un poco impresionado por las instalaciones, y Theo y Harry se sentaron un poco apartados para dejarle un poco de intimidad. Acababa de conocer a esos chicos y por muy molesto que pareciera Malfoy, Harry no quería que el tipo pensara que Harry estaba intentando leer por encima de su hombro.

-No es tan malo, te lo prometo-, le susurró Theo a Harry al cabo de unos instantes. -Sé que puede resultar odioso muchas veces, pero si consigues ganarte su amistad, se quedará contigo en las buenas y en las malas. Algunos de los sangre pura de Inglaterra pueden ser muy estirados, negándose a juntarse con cualquiera que no sea tan puro como ellos, pero los Malfoys, y Draco en particular, no son así, siempre dicen que una bruja o un mago debe ser juzgado por sus logros y no por su sangre, y defienden a varios mestizos cuando oyen a ciertas personas menospreciarlos-.

-¿De verdad es para tanto?- preguntó Harry, haciendo que Theo se riera un poco.

-Quizá para ti no, pero en nuestra sociedad sí. No me malinterpretes, a veces le he oído usar el término 'Sangre Sucia', pero creo que es más por haber crecido oyéndolo tanto. Dice que aún no ha conocido a ningún hijo de muggles especialmente impresionante, aunque puede que eso tenga algo que ver con la vieja creencia de que los hijos de muggles roban la magia a las antiguas familias de magos, razón por la cual suelen ser rechazados por los círculos más antiguos-.

-Eso suena un poco ridículo-, se burló Harry.

Theo sonrió satisfecho. -Quizá, pero hay gente que cree cosas ridículas. He oído que algunos muggles creen que hay un hombre en el cielo que los juzga cuando mueren y que los enviará al inframundo si no visitan cierto lugar todos los domingos-.

HARRY POTTER: THE DURMSTRANG YEARS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora