Capítulo 39: New Term, New Problems

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Harry se sorprendió del frío que hacía cuando aterrizó en Noruega. Se había puesto la ropa más abrigada y Narcissa había insistido en lanzarles encantamientos de advertencia a él y a Draco antes de partir, pero el gélido viento ártico aún se las arreglaba para atravesarlo todo. Hizo que Harry se preguntara si, tal vez, Durmstrang era la opción más difícil en cuanto a colegios, sobre todo después de algunos de los comentarios de los padres de Macmillan en la vista. No le había importado el frío antes, ya que se había acostumbrado a él mientras estaba allí, pero el invierno más suave de Wiltshire aparentemente lo había malcriado un poco. Supuso que pronto volvería a acostumbrarse, sobre todo cuando volviera a la escuela, con sus altos muros y sus profundas acumulaciones de nieve que hacían maravillas para aislarle del frío. Por el momento, sólo necesitaba coger a Artemis y salir del túnel de viento que era Boer i Rana.

Artemisa se alegró de verle, lo que reconfortó el corazón de Harry, y él se alegró de sentarse a tomar una taza de chocolate caliente con Jehlička, poniéndose al día de lo que había pasado en Navidad. Harry se alegró de escucharla parlotear sobre la gente del pueblo, la mayoría de la cual ni siquiera conocía. Probablemente no se habría quedado tanto tiempo, pero la pequeña tienda era muy acogedora y tanto él como Draco se resistieron a marcharse: Harry porque estaba feliz jugando con Artemisa y Draco porque estaba ocupado hojeando las existencias de Jehlička. Al parecer, quería algunas capas interiores extra, lo que a Harry también le pareció una buena idea y ambos se marcharon con unas cuantas compras nuevas, y Artemisa metida debajo del nuevo jersey de cachemira de Harry.

Harry ya estaba bastante acostumbrado al viaje de vuelta al colegio, pero aún así se encontró sonriendo cuando Draco y Theo, con los que se habían tropezado mientras esperaban el carruaje, extendieron las manos para sujetarlo, permitiendo a Harry sostener a su pequeño zorro. Era una cosa pequeña, pero casi inconscientemente hecha, y Harry tuvo que sonreír al saber que tenía gente a su alrededor que se preocupaba por él de esa manera. Todavía era un concepto nuevo para él, pero le dio otra sensación cálida y le recordó por qué se alegraba de haber decidido venir al colegio. Por eso Harry tenía una sonrisa en la cara mientras subía al castillo, una sonrisa que no hizo más que crecer al ser saludado por varias personas mientras subía a los barracones para instalarse de nuevo.

-Por fin lo conseguimos-, dijo Blaise, sonriéndoles al cruzar la puerta.

-¿Cuándo has llegado?- Theo preguntó.

-Ayer, igual que Kare y Alrik. Están revisando sus invernaderos en este momento-.

-Oh, yo también debería ir a comprobarlo-, exclamó Harry. -Espero que el invierno no haya hecho mucho daño, odiaría no tener ingredientes para pociones la próxima lección-.

-Ráða Pärn dijo que el encantamiento de estasis debería aguantar-, le recordó Draco. -Dudo que las dos semanas sean demasiado agotadoras para los encantamientos si están bien lanzados-.

A Harry se le cayó la cara. -Pues ahora sí que estoy preocupado-.

-La verdad es que no se te dan tan mal los encantamientos como crees-, rió Theo entre dientes, -además he comprobado los tuyos para asegurarme y no he visto ningún problema-.

-Sabes que siempre podemos comprar ingredientes también-, señaló Draco.

-Lo sé-, suspiró Harry. -No sé por qué pero me gusta usar mis propios ingredientes si puedo. Mis pociones han salido bien hasta ahora así que creo que soy un poco supersticioso-.

-Tiene sentido-, asintió Theo. -Comprobémoslo entonces; sé que no te vas a conformar hasta que lo hagas-.

-¿Cómo es que has vuelto tan pronto?- le preguntó Draco a Blaise mientras saltaba de la cama. -Hubiera pensado que te quedarías en Italia el tiempo completo-.

HARRY POTTER: THE DURMSTRANG YEARS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora