A la mañana siguiente, Harry se despertó con un golpe en la puerta.
-Hora de levantarse, Harry-, llamó Karol.
-Gracias-, bostezó Harry, dando un estirón. Su cuerpo todavía se estaba acostumbrando a tener una cama adecuada para dormir y probablemente le estaba haciendo maravillas a su espalda, aunque sus músculos le dolían un poco gracias a todo el vuelo que hicieron ayer, aunque el recuerdo de eso todavía traía una sonrisa a la cara de Harry y no podía esperar hasta que pudiera subirse a su escoba de nuevo. -Oye, Karol, ¿sabes dónde puedo encontrar toallas? Me vendría bien una ducha o algo así después de lo de ayer-.
Karol abrió la puerta y miró a Harry interrogante. -¿Quieres decir que no tuviste ninguna anoche? Claro que no, maldita sea, te va a doler. Bueno, si te das prisa puedo enseñártelo para que al menos lo sepas para la próxima vez. Coge tus cosas-.
Harry hizo una pequeña mueca mientras se levantaba, pero no era tan malo como había temido, no después de todas las veces que Harry había tenido que pasar todo el día desherbando el jardín de los Dursley, seguido de un rápido lavado con la manguera del jardín antes de ser metido en el armario. Hablando de armarios, Harry se acercó a coger las túnicas que había colgado la noche anterior. Harry suspiró mientras las sacaba pero entonces notó la expresión de confusión en la cara de Karol cuando se dio la vuelta.
-¿Ocurre algo?- preguntó Harry.
-¿Sólo tienes un juego de túnicas?-. preguntó Karol, y Harry sintió que se ruborizaba un poco, avergonzado.
-He encargado algunas más, pero aún no han llegado-.
-¿Necesitas entonces que te enseñe el hechizo para refrescarlas? No es el mejor, pero ayudará a que no se sientan tan grotescos después de todo el ejercicio que hicimos ayer-.
-Tampoco tengo mi varita todavía-, se rió Harry.
Karol sonrió a Harry con un poco de lástima. -No te preocupes. Te haré el hechizo ahora y espero que podamos arreglar algunas cosas pronto. Tal vez podamos revisar las cosas mientras estamos abajo y conseguir algo más si es necesario-.
-Gracias Karol-, Harry sonrió y el chico mayor asintió antes de levantar su varita hacia la prenda.
-Scroufigy-, dijo Karol y Harry se sorprendió un poco cuando nada pareció suceder aunque sonrió cuando recogió la túnica y se sintió tan limpia como cuando la había recogido el día anterior.
-Bien, Harry, las duchas están ahí al lado-, dijo Karol saliendo de la habitación e indicando la esquina. -Siempre hay toallas limpias dentro, así que no tienes que preocuparte por eso, sólo llévate tus cosas de aseo, aunque probablemente puedas dejarlas en una ya que no hay nadie más alrededor. Sin embargo, no te lo aconsejo cuando el lugar empieza a llenarse, aunque en teoría estas tres duchas están pensadas para tu dormitorio, no siempre funciona así, especialmente cuando empieza el curso. A veces hay mucho jaleo por las mañanas-.
-Lo tendré en cuenta-, sonrió Harry, agradecido por el consejo.
Karol sonrió. -Encantado de ayudar. ¿Te acuerdas del camino?-. Harry asintió. -Muy bien, bajaré directamente a desayunar entonces, imagino que Viktor llegará enseguida, baja cuando estés listo. Tenemos unas dos horas antes de que tengamos que estar en la cochera, pero querremos darnos tiempo de sobra para caminar hasta allí, así que procura no tardar demasiado o no te dará tiempo a desayunar-.
Harry volvió a dar las gracias a Karol antes de atravesar la primera puerta al doblar la esquina. Pensó que ya debería estar acostumbrado a la idea del espacio de los magos, pero aún así le chocó un poco atravesar lo que parecía una simple puerta en la pared para descubrir que dentro había todo un cuarto de baño. Bueno, podría decirse que era un cuarto de ducha, ya que no había bañera, pero aun así era un espacio de buen tamaño con un lavabo, un retrete y una ducha abierta sobre un desagüe. Todo era de baldosas, pero el suelo era cálido y Harry lo agradeció. No había ventanas, pero la luz de la habitación era brillante, más parecida a la de un día despejado de verano que a la de una tienda, y Harry se alegró de que no le hiciera daño a los ojos.
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HARRY POTTER: THE DURMSTRANG YEARS
FanficMuchos habían llamado a Igor Karkaroff un hombre débil a lo largo de los años, pero pocos lo llamarían estúpido; egoísta, sí, pero no estúpido. Esa misma naturaleza fue lo que lo llevó a un tranquilo suburbio de Surrey en julio de 1991. Verá, él sab...