B-312

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- ¡Cadetes! El día de hoy vamos a llevarlos al máximo, esta prueba, podría considerarse su graduación, ya que representa el escenario perfecto para la mayoría de misiones a las que serán enviados cuando termine este Proyecto.

- ¿Nuestra graduación? Por fin, me muero por usar esa armadura ¿la has visto en acción?

- Guarda silencio B-289, el General nos está explicando la misión.

- Ya te dije que no me llames así, no soy un robot, mi nombre es Kaworu, respeto que te guste tu etiqueta de soldado, pero tarde o temprano me tendrás que decir tu nombre.

- ¡Soldados! Gritó el General Kroller, quien ya se encontraba frente a ellos - Supongo que ya realizaron esta misión con anterioridad ¿podrían pasar a explicarnos a detalle lo que van a hacer junto a sus compañeros?

- No Señor, respondió el joven con rapidez sin perder su posición recta.

- Entonces guarden silencio Cadetes, si no, haré que comiencen la prueba en la última posición - dijo sin perder de vista a ambos chicos, posteriormente levantó la mirada al resto del pelotón - recuerden que el último lugar se queda sin cenar y tendrá que cargar con el campamento hasta la base.

El General se apartó de ellos, para definir los últimos detalles de la prueba, con sus auxiliares, el muchacho se relajó un poco y volteó a ver con molestia a Kaworu.

- Gracias, supongo que, aunque breve, tu respuesta fue mejor que todas las opciones que rondaban por mi cabeza.

- Solo presta atención, no siempre estaré para ti.

- Ey! tampoco te creas tan especial, eres bueno con las armas, pero yo soy el listo, si te quedas conmigo, superaremos esta prueba, antes de que recuerdes porque nos regañaron.

- Siempre tan confiado.

- ¿Cuándo te he fallado?

El muchacho soltó una leve sonrisa, mientras lo veía de reojo, el chico apenas y se permitía una indisciplina, tanto en su manera de hablar como de caminar, daba la apariencia de ser un robot, frío y completamente concentrado, solo con su amigo se permitía ser un poco más cálido; en su mirada perdida solo podía verse como el futuro Spartan que iba a defender la tierra del Covenant, una raza que tenía misericordia de su especie, por lo cual, él tenía que ser el arma que contrarrestara los efectos de una posible extinción de la raza.

- Bien, ya me está comenzando a dar hambre ¿cuál es el plan Kaworu?

- Empezamos bien, no olvides que recordar un nombre es tan importante como la misión en sí. 

- Eso no tiene sentido.

- Para mí sí, aunque es muy difícil recordar B-312, pero lo respeto.

- Gracias.

- ¿Por qué? Si no fuera por esos números no sabría cómo nombrarte.

- Bien, ¿cuál es el plan?

- Primeramente, escuchar las instrucciones.

Ambos chicos llevaron su mirada al General, quien estaba acordando los últimos detalles del próximo desafío. Culminó su charla dándole una ligera palmada al Teniente con un listado en su mano, escrito que entregó al General.

- ¡Cadetes! Está última misión se trata simplemente de sobrevivir, en unos instantes, todos nos retiraremos de aquí y ustedes quedarán completamente solos, no hay límite de tiempo, ni restricciones, únicamente no pueden atacar a sus compañeros, todo lo demás está permitido, incluyendo atacar nativos del lugar, aunque aclaro que cada acción será tomada en cuenta, para su aprobación, tenemos cámaras en diferentes zonas de esta isla; así que aunque estén solos, los estaremos observando. Quien llegué primero a la Base, será el ganador del Banquete Bufet, el resto comerá solo el menú normal y el último lugar se quedará sin cena. Aunque honestamente no creo que solo haya una sola persona que se quede atrapada en esta isla.

Todos los cadetes se sorprendieron al escuchar la misión y murmuraron por lo bajo, Kahoru abrió sus ojos perdiéndose unos instantes en la montaña al horizonte detrás del General Kroller.

- ¿Lo tienes Kaworu?

El chico no respondió, seguía algo perplejo, aunque sus ojos se movían con rapidez, probablemente su cabeza era una calculadora en ese momento.

- Una cosa más, John, Kelly y Fred, ustedes no harán esta prueba, tengo una tarea especial para ustedes, para todos los demás, mucho éxito. Quien concluya esta prueba, prácticamente se puede considerar un Spartan, no olviden las reglas. ¡Entendido!

Todos le respondieron al unísono y con un corto saludo militar, el General sonrió mientras colocaba un puro en sus labios y se agrupaba con el resto de los Generales, mientras caminaba hacia la nave que los llevaría a la Base, tomó un encendedor y con un breve movimiento encendió su puro, dejando escapar un ligero humo de su tabaco, posteriormente abordó el Hornet y se perdió entre lo las nubes de la Isla.

Noble 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora