Noble 6

Noche de fuego

Enseguida el Cadete levantó ambas manos y se quedó rígido, por su parte, Kaworu se quedó con las manos fijas en el teclado de la computadora, mirando fijamente al monitor.

- Quiero que ambos levanten sus manos y se pongan de rodillas - gritó el hombre apuntando con un arma.

- Está bien, solo dame unos segundos para hacer lo que dices - respondió Kaworu apretando su mano.

- ¡Levanta las manos! - gritó el hombre con rudeza mientras le apuntaba con un arma.

- Voy, es solo que ... - respondió Kaworu mientras le veía de reojo.

- ¡Hazlo ya! - el hombre se acercó y empujó a Kaworu.

Al tocarlo, Kaworu volteó rápidamente pero aquel hombre soltó un disparo, el cadete golpeó la rodilla del hombre y en ese instante su rodilla se quebró, el hombre cayó gritando de dolor, alertando al resto de sus compañeros, inmediatamente el cadete le tomó por el cuello para callarlo lo más rápido posible, sin embargo, ya era tarde; por lo que bruscamente giró la cabeza del insurgente hasta que tronó su cuello.

- Estamos acabados - dijo Kaworu con respiración entrecortada, sudando precipitadamente y el rostro completamente pálido.

- Calma, solo quedan 5, tenemos las armas aquí - respondió mientras veía hacia el exterior de la tienda.

- Lo sé, tú lo lograrás - dijo Kaworu con una voz muy debil, en ese momento cayó de rodillas y el cuchillo se desprendió de su mano.

- ¿Estás bien Kaworu? - dijo preocupado.

- Tranquilo, solo necesito un momento para descansar - respondió viéndole con una mirada agotada.

- No, déjame ver - revisó el cuerpo de de su compañero, en la revisión sus manos se llenaron de sangre - ¿por qué lo hiciste?

- Necesitamos dar esta información a la base, Kroller es un traidor - dijo con una respiración cada vez más agitada, su pecho se sacudía a un ritmo acelerado.

- Ya vi, te dieron en el hombro, necesito parar la hemorragia - dijo con tranquilidad.

- No, ya vienen.

- No me tomará mucho tiempo - tomó un pañuelo y lo envolvió en el hombro de su compañero, la sangre dejó de brotar - estarás bien.

- Pero ¿y los demás? - preguntó Kaworu mientras se recostaba a un lado del escritorio donde estaba la computadora.

- Yo me encargo - respondió mientras le entregaba su cuchillo - la próxima trata de ser más veloz.

El cadete recogió el arma del muerto y fue hacia donde se encontraban el resto de armas, en ese momento comenzó a escuchar pisadas y murmullos - debo darme prisa, aunque tenga todo el armamento, me pueden rodear y no sé si tenga la habilidad, además en cuanto sepan que Kaworu está herido lo tomarán de rehén.

Fue a la bóveda de armas y se dio cuenta que estaba cerrada con candado, una ira despertó en su pecho y golpeó con sus puños la caja que las almacenaba.

- ¿Buscabas esto? - dijo una voz a sus espaldas.

El cadete se quedó fijo mientras se levantaba poco a poco.

- No, no te levantes, o aceleráremos la muerte de tu amigo - dijo nuevamente la voz, esta vez endureciendo su voz.

El corazón del cadete se acelera al ritmo de su respiración, sus manos sudaban, tenía frío, ¿acaso estaba teniendo miedo? ¿Un futuro Spartan podría tener miedo? un sentimiento que en sus inicios se veía lejano y como una experiencia impropia de un miembro de la Elite Militar, un futuro soldado del orgulloso nuevo ejército de la UNSC que salvaría a la humanidad, no podía tener miedo y menos si no se trataba del verdadero enemigo, el Covenant.