Éxodo

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I

Del cielo caía una estrella, envuelta en fuego, iluminando el oscuro horizonte, su fugaz y resplandeciente aurora, era opacada por una superficie envuelta en escombro y llamas; poco podía hacer un objeto tan inquietante en el cielo, cuando se contrastaba con el desolador y catastrófico panorama de la zona a la cual descendía la estrella. Cerca de caer, la estrella bajó dramáticamente su velocidad y fue en ese momento que la estrella recuperó su verdadera forma, un Spartan 3, de armadura gris uniforme, su casco tenía el cristal de color ámbar; a unos metros de llegar a tierra, el Spartan giró para amortiguar el golpe, sin embargo, no fue suficiente, cayó por un barranco entre las colinas nevadas, dejando a sus espaldas una gigantesca nave del Covenant, que su compañero había logrado derribar con su último sacrificio.

Se levantó con mucho esfuerzo, su brazo izquierdo estaba entumecido por los constantes golpes que recibió al descender por el barranco, sus rodillas también estaban debilitadas, su cuerpo se balanceaba al ritmo que le permitía, la armadura del Spartan quedó dañada, afortunadamente no había enemigos cerca, pero sí un largo camino que seguir.

Avanzó unos pasos hacia los restos de una Nave de la UNSC, parece que había sufrido el mismo destino que la del Covenant, sin embargo, de entre los restos extrajo una pistola Magnum, para continuar su camino a la ciudad más próxima, Nueva Alejandría, con solo una Magnum, la placa de su compañero caído y muchos deseos de venganza, se adentró en el bosque que dividía la zona nevada donde había aterrizado y la inmensa y moderna urbe.

II

El sol comenzaba a pintar el cielo de tonos cálidos, como un pincel, el cielo se llenó de naranjas y rojos impactantes, dejando ver con claridad el caos y la destrucción que provocaba el Covenant, tristemente Jorge murió creyendo que había acabado con ellos, pero lo cierto es que la guerra estaba lejos de terminar y lo peor es que probablemente ya al que se dirigía el Spartan, pero también dándole su siguiente misión, si algo podía hacer el Spartan era luchar y seguir luchando, no importa cómo iba el marcador, había que defender la Tierra hasta el final, como Noble 5 lo hubiera hecho.

En su mano tenía el recuerdo y el emblema de su compañero caído, probablemente el único recuerdo tangible, observó unos segundos el emblema y luego lo guardó en su pechera, miró unos segundos la ciudad y luego descendió hacia ella, llegó hasta su pintoresca calles, enromes edificios de estilo art deco, como superficie de color blanco y plata, sus pasillos se veían limpios y junto con los enormes edificios, daban una apariencia elegante y ordenada a la ciudad, sin embargo, a lo lejos se podía alcanzar a ver el humo que se escapaba de los edificios más altos.

Avanzó por un pasillo entre enormes edificios con un ligera inclinación en diagonal opuesta, lo que daba mayor visión al frente, y permitía el paso del sol como si fuera un embudo; ingresó en uno de los edificios abandonados y tomó un equipo médico, después buscó un rincón oscuro, y entre las sombras desprendió parte de la armadura del antebrazo y curó el espasmo que sentía en el mismo, además desprendió la armadura que cubría su pecho para colocar antiséptico en las quemadura y golpes expuestos de su pecho, se tomó unos minutos para descansar el cuerpo, el dolor en su brazo desapareció, se sentía más aliviado, pero tomó una jeringa y se inyectó polipseudomorfina en su brazo, activando de inmediato sus sentidos, quedando en un estado de completa alerta. Rápidamente colocó toda la estructura de la armadura y avanzó en dirección a donde continuas explosiones oscurecían el amanecer prematuro de la Urbe.

A profundidad de Nueva Alejandría, la calle cambió sus tonos limpios y elegantes, por un clima apagado y oscuro, las paredes sucias, cristales rotos, sangre en el pavimento, y fachadas ennegrecidas, contando historias sobre los posibles conflictos en los alrededores; cuerpos humanos descansando en las estructuras de la ciudad y en los pasillos, con carente señales de vida, algunos con impactos de láser en su cuerpo, otros con brazos o piernas desprendidos en su totalidad, por otro lado, había bajas del Covenant, en algunas partes altas de los edificios, se podían ver Jackals con agujeros en sus cabezas, impactos limpios que había penetrado por completo la cabeza de la criatura, dejando solo una línea de sangre purpura. Elites regados por el suelo, encima de un lago de sangre, y muchos Grunts, desparramados por los edificios, algunos aún con armas en la mano. Sin embargo, había un cuerpo con el pecho abierto, aun escapando un humo grisáceo.

Noble 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora