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Le pedí un wiski al barman, y esperé mientras él realizaba mi pedido. Miré a mi alrededor a las personas disfrutando del pub; personas bailando, otros simplemente conversando en compañía o en grupos de amigos. En aquel momento, deseaba estar en la comodidad de mi hogar, viendo alguna película o simplemente, haciendo nada. Mi cuerpo lo pedía, me quería alejar del bullicio. Pero ese día era el cumpleaños de Matt y como buen amigo, decidí ir, pensando que __________, y sus bellos ojos marrones saldrían de mi mente.
Me acerqué a la mesa y me senté al lado de Grace. La muchacha no perdió tiempo; me abrazó y besó mis labios. Le respondí, como hace un año le respondía sus caricias. Grace me miró y sonrió gustosa.
—Te extrañé. —Susurró en mi oído. Sentí un leve cosquilleo. Sonreí ante su acotación.
—Han sido solo cinco minutos. —Respondí, tomando un sorbo de mi wiski. Pero Grace negó y parpadeó varias veces, haciendo deslumbrar la tonalidad azul de sus ojos. Me acerqué a ella y la abracé, para luego depositar un beso en su frente. Gesto que dejó a Grace encantada.
Grace era una mujer alegre y muy querida por sus amigos y por quienes la conocían recientemente. Algo tenía que hacía que las personas la quisieran, su amabilidad y forma de ser era un plus que tenía. Y yo no quedaba atrás, su personalidad era bastante llamativa. Mis amigos la querían, siempre la invitaban o esperaban a que yo apareciera con ella en las reuniones familiares. No había duda alguna que Grace se había ganado el corazón de mis seres queridos.
Pero había algo, dentro de toda esta maravilla. Ella, no tenía aquellos ojos marrones que yo tanto amaba. Ella, no era ______________.
Pese a que eran distintas en todo sentido, _____________ había robado mí corazón. El destino había querido otra cosa para nuestro camino, y es que nos separamos después de tiempo juntos. Habíamos conseguido trabajos en distintos lugares y la relación en si se había vuelto monótona. Sin embargo, pese a que ambos decidimos dar término a nuestra relación en buenos términos, no pensé que la extrañaría tanto. Aun la amaba, y aquello, se me dificultó admitirlo. Mirar a Grace era agradable, su compañía era agradable, pero sólo eso. Estar con ______________ era indescriptible.
—Estas muy callado, Pedro. —Me dijo Oscar Isaac. Sacándome de mis pensamientos.
—Es-estoy bien. —Reí nervioso. —Sólo estaba pensando en lo que me han propuesto para ingresar a The Mandalorian.
—Te hemos dicho que dejes de pensar en esa oferta, al menos por esta noche. —Intervino Grace, negando indignada. —¿Quieres otro vaso de wiski? Iré por vodka...
Asentí. Grace se levantó y se fue junto a Matt y su pareja a buscar más tragos. Oscar me miró y sonrió mientras negaba. Era mi mejor amigo, sabía que aquel papel en la franquicia de Star Wars era un paso enorme, y es que él me incentivó a dar aquel paso.
—Pedro, te conozco. —Dijo y tomó un sorbo de su trago.
—He tenido mucho que hacer estos meses, la oferta de ser Mando...
