Capítulo 7 "Un niño en un tiovivo"

168 13 3
                                    

NARRA MATEO:

Había perdido de vista completamente a las chicas. Estaba tan concentrado llamando que no me había dado cuenta. Llame de inmediato a todos los contactos que pude para intentar conseguir que las localizasen.

NARRA SOFÍA:

Después de un rato llorando y pensando en todo lo que acaban de pasar nos decidimos a irnos, ya no íbamos a conseguir nada en el aeropuerto, por lo que volvíamos a casa.

- ¿Por qué no podemos conseguir acabar ni una misión bien? Yo creo que soy yo, tú eres lista, espabilada... no como yo, yo no aporto nada. - decía Lina.

- ¿Cómo que no aportas nada? ¿Te estás escuchando? Lina, sin ti ni siquiera hasta dónde hemos llegado lo habría conseguido. ¿Se te olvida que yo soy una tímida y me da vergüenza todo? Si fuese yo sola no hubiese conseguido ni pasar la estación de tren. Cada una aporta cosas geniales, y las dos juntas, hacemos un equipazo, ¿te queda claro? A si que no te quiero volver a escuchar decir tales tonterías cómo estás.

Lina me respondió con un fuerte abrazo.

Ya habíamos llegado a la salida del aeropuerto, nos íbamos hacia la estación de tren. De repente un guardia nos paro:

- Chicas, esperar aquí un momento por favor - nos dijo el guardia.

En ese momento nos quedamos en shock.

(En mi mente: madre mía... ¿Nos habrían encontrado nuestros padres? ¿Habíamos hecho algo malo?)

Teníamos tanto miedo que nos temblaban hasta las orejas, creo que Lina estaba igual que yo.

Después de pocos minutos, apareció el mismo hombre que estaba en el mostrador.

- Vamos chicas, tenemos que correr un poco, he conseguido que podáis subir al avión.

En ese momento nuestras caras cambiaron en un instante. Seguimos las órdenes del hombre del mostrador.

- Buen viaje chicas - nos dijo el guardia mientras se despedía.

Nos corrimos una maratón por todo el aeropuerto, toda la gente se nos quedó mirando. Mucha gente se asustaba al vernos por lo que se apartaban rápidamente. Lina casi se lleva un carrito de maletas por delante, y yo casi me tropiezo con un hombre en silla de ruedas. Fue un poco caos pero admito que fue divertido. Las pocas lágrimas que nos quedaban por la cara se volaban por la velocidad que llevábamos. Era como si por cada lágrima que se iba, volvían un poco más nuestras esperanzas. Digo un poco porque después de todos los inconvenientes que habíamos tenido en el poco tiempo que llevábamos ya costaba volver a creer que conseguiríamos nuestro sueño algún día. Después de pocos minutos conseguimos llegar al la puerta de embarque B17.

- Muchísimas gracias de verdad - le dijimos Lina y yo al unísono.

- A mi no me las deis, dárselas a Luis - nos respondió en hombre.

Nos quedamos flipando al escuchar sus palabras ¿Luis? Bueno no era momento de pensar en esto. Teníamos que entrar. Luis nuevamente había salvado nuestra misión.

Pasamos por los pasillos que se dirigían a nuestro avión con mucho cuidado para no volver a confundirnos.

Al salir, estaba lloviendo por lo que fuimos corriendo hacia las escaleras del avión. La azafata se mostraba tranquila y no se sorprendió al vernos, supongo que estaría avisada de que llegábamos tarde o algo porque sino hubiese sido extraño que después de que esté todo el mundo dentro, apareciesen dos niñas con toda la cara roja de tanto llorar y medio sudadas por corrernos la media maratón por el aeropuerto. Ahora que lo pienso, llevábamos noche y casi un día entero con la misma ropa sin habernos duchada ni comido. Con tantas cosas se nos había olvidado hasta comer. Me rugía el estómago y creo que a Lina también.

Nos dirigimos hasta nuestros asientos, los que sí que se sorprendieron con nuestra presencia fueron los pasajeros. Sinceramente lo veía normal.

- 16B y C - no nos lo podíamos creer, esos eran nuestros asientos. Espero que tanta casualidad no nos vuelva a dar mala suerte.

Nos sentamos y dimos un suspiro de alivio. Madre mía, ¡habíamos conseguido llegar al avión y ya íbamos camino a Barcelona! Después de todo lo que llevábamos costaba creer que ya habíamos casi llegado. ¡En dos horas y media estaríamos en Barcelona! Lina y yo nos abrazamos por 627272 vez, ¡es que estábamos muy ilusionadas!

Durante el vuelo, intentamos dormir un poco pero no pudimos por la emoción, por lo que decidimos revisar nuestro plan para poder conocer a Gavi y a Pedri. Ahora que lo pienso, he mencionado que cumpliríamos nuestro sueño pero no os he dicho nunca nada de como lo conseguiríamos. Pues bueno, es un plan de 5 fases, ya llevamos dos y casi tres. Esta es la lista:

FASES:
1 - Escapar de casa sin que nadie sospeche
2 - Llegar al aeropuerto
3 - Llegar a Barcelona
4 - Colarnos en la Masía
5 - Conocer a Gavi y a Pedri

Esta era le idea principal pero hemos pasado por unos cuantos inconvenientes y la lista se había convertido en algo así:

FASES:
1 - Escapar de casa sin que nadie sospeche
2 - Llegar al aeropuerto (coger un tren que nos llevó hasta Manchester, volver a Londres en limusina)
3 - Llegar a Barcelona (perder el avión y volver a recuperarlo)
4 - Colarnos en la Masía
5 - Conocer a Gavi y a Pedri

Esperemos que nuestra lista no sufra más cambios ya que sino no llegaremos a casa a tiempo y la habremos liado. De momento no sabía nada de mis padres, cosa que me resultó extraña. No me habían llamado ni una sola vez. Cuando aterricemos intentaré llamarles. Supongo que ellos no habrán querido hacerlo para no molestarnos mientras hacemos nuestro "trabajo".

Bueno, volvemos a nuestro plan. Vamos a centrarnos ahora en la parte de colarnos a la Masía. Yo creo que será la parte más complicada y que más inconvenientes pasaremos. Supongo que habrá mucha seguridad y unas buenas instalaciones pero nada es imposible para Lina y Sofía.

Después de un rato más planificando nuestro plan llego el servicio de bar del avión. Lina y yo nos giramos en un instante al percatarnos del olor a comida que entraba por nuestras fosas nasales y que nos recordaba que llevábamos sin comer un día entero. Eran las seis y media de la tarde y llevábamos desde la cena del día anterior sin comer. Sin pensarlo ni un segundo más yo me pedí un sándwich de jamón York y queso con algunas verduras y Lina se pidió unos nuggets de pollo con patatas. En cuanto llegó la comida nos lo zampamos como si nunca hubiésemos probado la comida. Al acabarnos nuestro festín, nos dormimos un rato para bajar la comida.

Me desperté al escuchar que el capitán estaba diciendo algo por la megafonía del avión:

- Tin tin tin tin. Pasajeros, me temo que debo anunciarles que no llegaremos a nuestro destino cuando esperábamos. Por unos problemas de los motores nos vemos obligados a aterrizar en Francia. No podemos llegar hasta Barcelona ya que sería muy arriesgado. Por favor abróchense los cinturones correctamente y manténganse sentados en la posición correcta. Recuerden que deben tener la mesita plegable bien cerrada y las ventanas subidas al completo. Intentaremos aterrizar lo más pronto posible. Cuando lleguemos les daremos todas las indicaciones de cómo volaremos a Barcelona. Perdonen las molestias - decía el capitán.

- No puede ser, ¿cómo tenemos tan mala suerte? - decía Lina.

- No lo se, pero definitivamente vamos a dar más vueltas que un niño en un tiovivo. Conoceremos al final todo el mundo menos España.

Persiguiendo mi sueño // Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora