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Había pasado seis meses desde que se fueron. No sé nada de ellos, mi hermano tampoco y Óscar menos.

El rey me había puesto un apodo, pues no podíamos usar mi nombre real pq "corría riesgos".

Según el, por el dige, la pulsera y el anillo que uso soy como una serpiente, rápida y sigilosa, pero realmente peligrosa.

A mí me parece una estupidez. Incluso siento pena cuando me llama así.

-Krait, te estoy hablando- me llamo, desde que ellos se fueron el Rey insiste en tenerme a su lado.

Ahora yo soy la que hace todo, soy como su mano derecha.
En este tiempo he matado a 14 hombres aproximadamente.

Según el estoy mejor sin aquellos dos.
El nunca los volvió a mencionar y se negaba a contarme que pasó aquella noche.

- ¿Si?- conteste a su llamado

-necesito que mates a este pendejo. Nomás está cagando el palo e interfiere con los planes-

-¿Dónde lo encuentro?-

-esta noche, estará en un antro. Iremos, sirve que tendré una reunión con mi hermano-

El hermano de el rey tenía tiempo haciendo tratos y negocios.

-¿Sobre qué?- pregunté mientras jugaba con el cigarro entre mis dedos.

-Ya lo verás, no te desesperes- me sonrió. El se convirtió en un buen amigo para mí. Suena extraño, lo sé. Pero me entiende y me ayuda, incluso me ayudó con lo que pasó hace unos meses.

-por mientras cuéntame, ¿Que pasa con Max?- pregunto, Max es un idiota que conocí hace poco

-pues nada Rey, es solo entretenimiento de noche y nada más. Siempre he pensado que el enamorarse es lo más pendejo que uno puede hacer-

-no por el echo de que Hassan- lo mire mal, sabe que no me gusta oir su nombre- lo lamento Reyna, no por el echo de que ese idiota haya sido así significa que todos son igual

-prefiero mantener mi distancia. Es mejor verlo como diversión y hasta ahí- suspiré algo harta, el extendió el encendedor hacia mi y yo encendí el cigarro.
Si una gran calada y comencé a fumarlo.

-señor, son las 8:48- entro Román, uno de los guarda espaldas principales de el Rey.

-enciende la camioneta- dió la orden y Román salió dela habitación. Me puse de pie y camine hacia el baño para mirarme en el espejo.

Acomode mi falda y mi top, me puse los tacones y acomode mi labial.
Acomode mi cabello y salí de la habitación, camine hacia la camioneta y subí en la parte de atrás.

-siempre me ha encantado cómo se te ve ese tono de labial - el Rey sonrió y yo mire por la ventana.
De ves en cuando se atravesaba el recuerdo de Hassan y odiaba eso.

Jugué con el anillo recordando a Nata, de verdad extraño sus estupideces.
Al llegar a aquel antro bajamos todos de la camioneta y nos dirigimos a la mesa que nos tenían reservada.

Ahí ya se encontraba el hermano de el rey, nos miro a todos y se levantó.

-Axel!, Sabes que te extrañe, hermano- se acerco el hermano de el rey a saludarlo.

Por lo visto era más joven, tenía al rededor de 26 y  32.

-bien, Caleb- El rey se acomodo su traje y se sentó- hablemos sin rodeos y sin hipocresías sobre el negocio

-primero preséntame a tu muñeca- el me sonrió y yo solo lo mire sería- es de carácter, por lo visto - dió una vuelta al rededor de mi, sentí como sus ojos solo subían y bajaban

-haciendo eso parece un estúpido perro adorando a su dueño- hablé, el me miró con algo de coraje y luego sobró. Se sentó a el lado de el rey y yo me senté de el otro lado.

- primero, Caleb. Ella es MI muñeca, está prohibida para tus ojos, tu mente, tu boca, tu pensamiento y todo lo que sea que te funcione - Caleb sonrió y dió un trago a su bebida- segundo,debo asegurarme de que el negocio quedé en buenas manos. No pienso dejar que la cagues mientras yo he sido respetable por años

-¿Estás seguro de eso?- pregunto. Yo solo lo observaba mineras jugaba con el cartucho de mi arma.

Mientras ellos seguían hablando mi mente viajo y pensó
¿Que habría pasado si Hassan siguiera aquí?
Tal ves seríamos pareja o tal ves ya nisiquiera habláramos.

Ahgg, se me hace tan estupido desperdiciar tiempo y mente en el, quiero dejar de pensarlo, arrancarlo de mi cabeza y olvidarme de el.

Tome un trago y tome mi celular. Sabía que el ahora era famoso, un poco por lo menos.
Era cantante al igual que Natanael. O algo así.
Su vida dejo de importarme después de lo que hicieron.

Que pensándolo bien, ellos no hicieron nada.
La culpa la tuve yo, yo permití que ellos entrarán a mi vida, a mi casa, a mi mente y mi corazón.

Ahora debo de arreglarmelas yo sola, porque sabía desde el principio que era mala idea.

Entre a WhatsApp y le envié mensaje a Max. Le mandé mi ubicación y dijo que llegaba en 30 minutos.

-Rey, ¿Quien es el que tengo que matar?- el rey me señalo a un hombre que estaba bailando, se veía de unos 23 años.

Me empine lo que quedaba de una botella y camine hacia el, me le pegue y baile un poco.

El paseo sus manos por mi cintura.

-¿Vamos a un lugar más privado?- pregunté y el sin dudarlo me siguió, cheque que mi arma estuviera cargada y entramos a el baño.

Mientras el se entretenía besando mi cuello yo le apunte en el abdomen y dispare, apunte un poco más arriba y volví a disparar.

Cuando me asegure de que ya no respirara acomode mi labial y salí de el baño, lo deje tirado en una parte que tenía productos de limpieza.

Probablemente encontrarán el cuerpo hasta mañana.

El resto de la noche me dispuse a bailar con Max y como era de costumbre a las 2:40 a.m. nos fuimos a mi casa y terminamos envueltos entre las sábanas..

























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Yyy, primer capítulo sin Hassan, ¿Que creen que haya pasado?

𝐎𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 // 𝐇.𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora